"La Iglesia tendrá que arrepentirse de lo que ha hecho bajo Putin", señala Hovorun El exsecretario del patriarca ortodoxo de Moscú: "Para Kirill, Putin es su principal fuente de riqueza y prestigio"

Secretario personal entre 2002 y 2012 de Kirill, el patriarca de la Iglesia ortodoxa de Moscú, Kirill Hovorun (Zolotonosha, Ucrania, 1974) aborda en una interesante entrevista en La Vanguardia las profundas consecuencias e implicaciones que traerá para la Iglesia ortodoxa que da 'cobertura' espiritual a la invasión de Ucrania por parte de Putin, sino cómo habría de ser la época sin el dirigente ruso, para la que considera indispensable "desmantelar el putinismo, tal como se desmanteló el nazismo en Alemania después de la muerte de Hitler".

A tres días de que se cumple el primer aniversario de la invasión, este archimandrita, profesor de Teología en el University College de Estocolmo y una autoridad en las iglesias ortodoxa, considera que, "en aras de una paz duradera en Europa, la victoria debería ser ucraniana y no rusa. Si Rusia siente que ha ganado la guerra, seguirá probando su suerte invadiendo Occidente. La guerra, por lo tanto, se extenderá más al continente europeo como una gangrena. Todo el mundo sabe que no se puede detener la gangrena a menos que se extirpe quirúrgicamente".

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— Cyril Hovorun (@cyril_hovorun) February 21, 2023

"Es poco probable que Putin sobreviva a la guerra", señala también Hovorun. "Sin embargo, a mi juicio, Putin no es un problema tan grande como el putinismo. El mayor problema es que es probable que el putinismo sobreviva a la guerra. Si lo hace, esto aumentará los riesgos de que la guerra sea recurrente en Europa. Por lo tanto, estoy convencido de que necesitamos derrotar no solo a Putin sino también el putinismo", entendiendo este como "un conjunto de creencias de que Rusia es una civilización especial favorecida por Dios. Estas creencias han llevado a la conclusión de que Rusia es el país elegido para todo tipo de violaciones y violencia, lo que de hecho demuestra en Ucrania".

En este sentido, el religioso ortodoxo reconoce que el líder ruso tiene difícil explicar esta guerra a sus compatriotas, por lo que recurre "a explicaciones metafísicas o cuasi religiosas, para lo cual necesita a la Iglesia ortodoxa rusa". "Juntos -añade a La Vanguardia-, el Kremlin y el Patriarcado de Moscú han fabricado una mitología que adoctrina a la población rusa y la hace avalar la guerra. Esta mitología no es nueva, sino bastante antigua. Lo encontramos en las religiones dualistas del pasado, que veían el mundo dividido en partes buenas y malas. Para Putin, Occidente encarna la parte malvada, mientras que Rusia es la parte buena".

Kirill y Putin, "un matrimonio de conveniencia”

Para el archimadrita, "tanto el Kremlin como el Patriarcado de Moscú tienen una actitud puramente utilitaria entre sí", a la que califica de “un matrimonio de conveniencia”. "El papa Francisco -prosigue- llamó al patriarca Kirill monaguillo de Putin. Sin embargo, desde la perspectiva de Kirill, es Putin quien es su monaguillo. Putin y Kirill no se gustan mucho, pero se necesitan. Para Putin, la Iglesia es uno de los principales proveedores de su legitimidad; también le ayuda a inventar argumentos en apoyo de su guerra. Para el patriarca Kirill, Putin es su principal fuente de riqueza y prestigio".

Además de mucho dolor, como el que ya se está viviendo, Hovorun estima que de este 
"matrimonio de conveniencia” se derivarán dos grandes facturas para la Iglesia ortodoxa Rusa y para la comunidad ortodoxa mundial. "La iglesia en Rusia ya está siendo desacreditada por apoyar la guerra. Incluso aquellos rusos que todavía la apoyan (desafortunadamente, constituyen la mayoría de la población rusa), creen cada vez más que no es asunto de la Iglesia respaldarla. Cuando acabe la guerra, habrá un gran fiasco personal para el patriarca Kirill y para la iglesia rusa. Para encontrar por sí misma un nuevo lugar en la nueva Rusia, esta iglesia tendrá que arrepentirse de lo que ha hecho bajo Putin. En cualquier caso, la sociedad rusa se secularizará aún más".

En cuanto a la "Ortodoxia global", señala, en alusión a la docena de Iglesias locales independientes. que la conforman, "solo unas pocas de ellas han condenado explícitamente la agresión rusa. Muchas no se atreven a evaluar la guerra. Significa que la guerra ha dividido a la ortodoxia global. Creo que solo se puede reconciliar después de que condene unánimemente la guerra y a su perpetrador: la Rusia de Putin".