Finalmente decidieron cerrar las instalaciones Un gimnasio polaco intentó hacerse pasar por iglesia y tienda para sortear las restricciones por el coronavirus
Cada país del mundo ha adoptado sus propias medidas para hacer frente al coronavirus. En muchos casos, los locales de ocio y algunos espacios como los gimnasios se han visto afectados por restricciones que han puesto contra las cuerdas a los dueños de estos establecimientos
“Dado que las clases de fitness no se pueden llevar a cabo, la congregación religiosa de miembros de la Iglesia del Cuerpo Saludable comienza hoy. ¿Difícil de creer? Todo es posible en este mundo”, escribieron los responsables del gimnasio en Facebook
"Mandamos un saludo a nuestra competencia y a aquellas personas que llaman a la policía para denunciarnos. Pensad que vosotros también deberíais luchar"
"Mandamos un saludo a nuestra competencia y a aquellas personas que llaman a la policía para denunciarnos. Pensad que vosotros también deberíais luchar"
| RD/Agencias
Cada país del mundo ha adoptado sus propias medidas para hacer frente al coronavirus. En muchos casos, los locales de ocio y algunos espacios como los gimnasios se han visto afectados por restricciones que han puesto contra las cuerdas a los dueños de estos establecimientos. Por ello, no es de extrañar que algunos hayan intentado encontrar formas de sortear las restricciones para poder seguir adelante con su actividad.
Un ejemplo es el del gimnasio Atlantic Sports Fitness, ubicado en Cracovia, Polonia. Tras las medidas adoptadas por el gobierno del país, que obligan al cierre de los gimnasios, los dueños del negocio decidieron hacerse pasar por una tienda en la que los clientes “pueden probar nuestros productos”. De esta manera, los socios del gimnasio pudieron acudir a las instalaciones.
“Dado que las clases de fitness no se pueden llevar a cabo, la congregación religiosa de miembros de la Iglesia del Cuerpo Saludable comienza hoy. ¿Difícil de creer? Todo es posible en este mundo”, escribieron los responsables del gimnasio en Facebook, dando a entender que no solo se intentaron hacer por tienda sino que además se declararon como iglesia, algo que no es tan sencillo.
“No solo estamos luchando por nuestra salud, ahora estamos luchando por sobrevivir y por nuestros trabajos. Por lo tanto, mandamos un saludo a nuestra competencia y a aquellas personas que llaman a la policía para denunciarnos. Pensad que vosotros también deberíais luchar. Son decisiones difíciles, pero no debemos dejar que nuestra industria sea destruida”, puede leerse en un comunicado.
En un primer momento, la policía se trasladó al gimnasio para ver lo que sucedía. Fue entonces cuando los dueños les explicaron que ahora eran una iglesia y una tienda y que por lo tanto podían abrir. Según un medio local, un portavoz de la policía dijo que se había abierto una investigación sobre la actividad del gimnasio.
Sin embargo, poco después el establecimiento publicó otro comunicado en el que anunciaban su cierre: “Nos gustaría informar que renunciamos a nuestros planes de organizar clases en forma de encuentros religiosos tras la primera visita de la policía. Los agentes nos visitan muy a menudo y pedimos disculpas a todos los clientes y también a aquellas personas que escriben y llaman a la policía. Al final también hay que pensar que ellos solo hacen su trabajo (...) Esperamos con ansias un cambio de decisiones gubernamentales con respecto al cierre general de clubes de fitness y gimnasio”.
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