De forma parcial y con un estricto protocolo contra el contagio El santuario mariano de Lourdes abrirá el sábado para peregrinos cercanos
El rector del centro de peregrinaje cristiano calcula en 8 millones de euros las pérdidas previstas por el cierre desde el pasado 17 de marzo
"Para garantizar su futuro y preservar los empleos, es vital para el santuario apelar a la generosidad de los donantes", indica
El santuario solo abrirá cuatro horas al día, entre las 14.00 y las 18.00
El santuario solo abrirá cuatro horas al día, entre las 14.00 y las 18.00
| Agencias
El santuario mariano de Lourdes, situado en el sur de Francia, cerrado a causa de la pandemia de COVID-19, anunció este miércoles que reabrirá sus puertas de forma parcial el próximo sábado para acoger peregrinos individuales de proximidad y con un protocolo estricto para evitar contagios.
«La reapertura es una señal de esperanza», indicó en un comunicado monseñor Olivier Ribadeau Dumas, rector del santuario, que calcula en 8 millones de euros las pérdidas previstas por el cierre desde el pasado 17 de marzo.
Centro de peregrinaje del cristianismo, con unos 6 millones de visitantes al año, el santuario no puede sobrevivir sin las donaciones de los fieles, muchos de ellos enfermos en busca de la ayuda de la Virgen María, aseguró.
«Las dificultades económicas azotan al santuario en un momento en el que acababa de recuperar el equilibrio financiero. Para garantizar su futuro y preservar los empleos, es vital para el santuario apelar a la generosidad de los donantes», indicó.
El santuario solo abrirá cuatro horas al día, entre las 14.00 y las 18.00, señaló el comunicado y añadió que los peregrinos deberán llevar mascarilla y que en las dos principales puertas del santuario se les informará de las medidas de seguridad necesarias.
El acceso a la gruta en la que, según la creencia, la Virgen se apareció a Bernadette Soubirous en 1858 no será libre
El acceso a la gruta en la que, según la creencia, la Virgen se apareció a Bernadette Soubirous en 1858 no será libre y se hará en grupos de diez peregrinos acompañados por religiosas del santuario.
En la misma, los capellanes mantendrán el rezo y propondrán el sacramento de la eucaristía, con respeto a las distancias de seguridad necesarias para evitar la transmisión del coronavirus.
También se vigilará que se mantengan esas medidas de seguridad frente a la gruta y en las fuentes donde los peregrinos suelen recoger agua bendita, al tiempo que el personal pedirá que el tiempo de rezo sea «razonable».