DENTRO DE MÍ 2
Si al silencio llegaras, dulce Dios…
Nace Concha Zardoya en Chile (Valparaíso, Chile, 1914 – Madrid, 2004) de padres españoles que, al proclamarse la República, regresan a España (1932). Inicia en Madrid estudios de Filosofía y Letras. Estalla la Guerra Civil, falleciendo en el frente su único hermano. Se entrega en Valencia a actividades solidarias de “Cultura Popular”. Presenta al Adonáis en 1947 su poemario “Dominio del llanto” que gana un Accésit. Al año siguiente viajará a EEUU, donde se doctora y enseña español en diversas Universidades, regresando a Madrid en 1977, donde vivirá de la cultura. Así describe Champourcin su religiosidad: “Aunque la autora confiese que su fe es más bien ascesis y autodisciplina, un misticismo que procede del Siglo de Oro ronda sus poemas.”
En el homenaje de hoy a Concha, presentamos lúcidos versos de “Si al silencio llegaras…” Poesía de súplica, delicada carta de amor y deseo. Si en el silencio, Señor, llegaras... me sellarías los labios, me pacificarías el corazón, besarías mi frente, levantarías un poderoso castillo “contra ausencias y muertes…” Brillaría, sobre todo, en el fondo del alma, oh buen Dios, tu voz dulce y alegre... (No parece difícil rezar desde el corazón, contemplativamente, versos tan inspirados y ligeros, tan dulces...)
SI AL SILENCIO LLEGARAS...
Si al silencio llegaras,
dulce Dios, dulcemente,
y pusieras tu dedo
en mis labios, muy leve,
o corazón adentro
–¡la vida desfallece!–
tocaras ese aire
que la pena consiente
y alIí dejaras, honda,
la paz, la suave nieve
de la serenidad...
Si besaras mi frente...
Si allí el dolorido
sentir trocaras... ¡Fuerte
soledad, Dios, almena
dame, torre valiente
contra rayos y vientos,
contra ausencias y muertes!
Si la dicha brillara,
oh buen Dios, sol ardiente,
en el fondo del alma,
al llegar dulcemente
tu voz dulce a la casa
en que siempre te pierdes...
PORQUE EN TI ESTÁ MANANDO ETERNAMENTE…
Segundo de Dios, autor del soneto “El manantial”, ha escogido como cita inicial el hermoso verso de Rilke:“Ardes de sed, aunque la catarata de Dios / se precipita por tus venas.” Pero el más importante texto para profundizar es el sensacional anuncio de Jesús a la Samaritana: “El que beba del agua que yo le daré, jamás tendrá más sed. Porque el agua que yo le daré se convertirá en su interior en manantial que brota para la vida eterna” (Jn 4,11). Sugerencia: ¿Por qué no imaginar que Cristo escribió el poema para ti y te lo está leyendo con emoción...?
EL MANANTIAL
Tú eres tu manantial y tu torrente.
No vayas a buscar lejos y fuera
la vena que murmura y reverbera,
porque en ti está manando eternamente.
Agoniza tu labio, seco, ardiente,
y en su angustia solloza y desespera
cuando calmar tu sed tan fácil fuera.
¡Cuánto sediento al borde de la fuente!
Penetra en ti y en ti descansa y mora
mientras vas, con mirada escrutadora,
buscando en el ribazo y la quebrada.
Verás con qué sorpresa y alegría
hallas al fin la fuente limpia y fría
con que tu ansia quedará saciada.
DIOS ESTÁ AQUÍ. NOS MIRA…
Se me ocurre destacar tres emocionantes momentos del poema “La fe”, de Carlos Salomón:“Nosotros en la tierra, / de rodillas” (¿por qué no postrarse en adoración?); “Dios está aquí. Nos mira” (sentirse amorosamente contemplado por el Padre...); sobre todo el final, “Hondas llamas de pronto / somos que rojas brillan...” (sentir esa Presencia del Espíritu en nosotros, en mí, como en la Transfiguración (Lc 9,28–36), como en Pentecostés...).
LA FE
Dios en el cielo. Dios
mirando desde arriba.
Nosotros en la tierra,
de rodillas.
La tierra en el espacio
traza su elipse mínima.
Pero Dios no está solo
con su enigma.
Porque Dios está cerca,
Dios está aquí. Nos mira.
Vierte sobre nosotros
su canícula.
Hondas llamas de pronto
somos que rojas brillan.
Llamas somos de pronto,
no ceniza.
ÍNDICE de ENLACES: pulsar el título de un Enlace
1. DENTRO DE MÍ
1. En el mismísimo centro de nuestro ser
A SOLAS SOY ALGUIEN, de Gabriel Celaya
EL ASTRÓNOMO, de Kahlil Gibran
UNIVERSO ABREVIADO, de Jesús Mauleón
2. Si al silencio llegaras, dulce Dios
SI AL SILENCIO LLEGARAS, de Concha Zardoya
EL MANANTIAL, de Segundo de Dios
LA FE, de Carlos Salomón
y3. Voz de lejos, más allá de la frontera del corazón
LA MEDITACIÓN, de Moreno Villa
DESDE DÓNDE ME LLAMAN, de Jesús Tomé
ESTÁS EN MÍ, SR., EN MÍ TE ENCUENTRO, de Gómez Pascual
2. VERSOS PARA ORAR EN LA NATURALEZA
1. Hermano sol, hermana luna
LA TIERRA ES TUYA, de Concha Zardoya
GRACIAS, DIOS MÍO POR TU INVITACIÓN, de R. Alfaro
CONTEMPLO CADA COSA Y DIGO: DIOS, de Jesús Tomé
2.Buenos días, felices días nos dé Dios
MAÑANA FELIZ, de Carlos Sahagún
MI AMADO, LAS MONTAÑAS, de Rafael Alfaro
VISIÓN, de Ernestina de Champourcin
3.Sí, pero aquella noche…
QUE ESTÁS EN LOS CIELOS, de Eugenio Florit
EL HUERTO, de Antonio Pereira
ESTE ÚLTIMO AÑO, de Juan Mollá
4.Una mano invisible le alisa la pelambre
CRUZÓ EL PERRO LA CALLE, de Ernestina de Champourcin
ME DA PENA, SEÑOR, de Susana March
CÁNTICO DE LAS CRIATURAS, de san Francisco de Asís