Nos referimos, en el pasado post, a las anotaciones vivenciales de Cardenal en su Diario Espiritual. Elevadas posteriormente a poemas oracionales, tenemos la fortuna de conocer en verso, en el poemario "Gethsemani, KY",algo de lo que experimentó aquellos meses, pequeñas postales, como fotografías ingenuas, que iremos conociendo y ambientando gráficamente en el blog.
Pero de lo que todavía no hemos informado es de que esos apuntes sirvieron, sobre todo, para redactar un librito de espiritualidad, "Vida en el amor" (Trotta), sobre Dios, la naturaleza y el hombre en línea teilhardiana de integración y ascenso en el amor. Aunque el prólogo de Merton se fechó en 1966,unos meses después de la ordenación sacerdotal, en Managua, del poeta nicaragüense, no llegó a las librerías hasta 1970. Es curioso, pero su franciscana ternura, su encantador y comprometido misticismo siguen vivos hoy como si de una novedad editorial se tratara.
"NO TENÍA SENTIDO QUE CONTINUARA AQUÏ COMO NOVICIO..."
No podían faltar en la Presentación del Maestro de Novicios palabras de elogio hacia el muchacho que acompañó fraternalmente por los claustros de Gethsemaní. Escuchemos alguna de sus confidencias:
"Ernesto Cardenal fue novicio en Gethsemani por dos años y yo sabía de sus apuntes y sus poemas. Me hablaba de sus ideas y sus meditaciones. También supe de su sencillez, su fidelidad a su vocación, su fidelidad al amor. No me imaginé que un día yo haría un prólogo a las sencillas meditaciones que él escribía en esos días, ni tampoco que al leerlas (casi diez años después) las encontraría tan claras, tan profundas, tan completamente maduras. Aquí hay algo más que una doctrina sistemática: hay una intuición de la profunda verdad de la vida cristiana: el cristiano está unido a Dios en Cristo por el amor..."
Pero el mejor elogio hacia el poeta granadino lo hace Thomas Mertoncuando justifica su salida del noviciado:
"Ernesto Cardenal dejó Gethsemani por su mala salud. Pero yo ahora puedo ver que también había otra razón: no tenía sentido que continuara aquí como novicio y como estudiante, cuando en realidad él ya era un maestro. Ahora ha sido ordenado sacerdote y ha fundado una comunidad contemplativa, bajo el signo de la sabiduría y la humildad del amor que son tan evidentes en estas páginas..."
Y SIENTO QUE HAY ALGO MÁS EN ESTA NIEVE...
De VIDA EN EL AMOR. "La presencia de Dios es vaga, velada, y se va haciendo más vaga conforme Dios se acerca más. Es como una especie de film transparente, delicadísimo, que se interpone entre la percepción y la realidad. Y nosotros no debemos de tratar de forzar esa vaguedad, de romper ese velo. Estamos tan cerca de Él que no le vemos (p 28)."
NO SÉ QUIÉN ES EL QUE ESTÁ EN LA NIEVE...
No sé quién es el que está en la nieve.
Sólo se ve en la nieve su hábito blanco,
y al principio yo no había visto a nadie:
sólo la pura blancura de nieve con sol.
El novicio en la nieve apenas se ve.
Y siento que hay Algo más en esta nieve
que no es ni novicio ni nieve y no se ve.
Y DETRÁS DE ESE VIDRIO
TÚ ME ESTABAS VIENDO...
De VIDA EN EL AMOR. "Pero Dios está también infinitamente lejos de nosotros. Estamos separados de Él por el infinito. Y la unión con Dios es siempre como la de dos enamorados separados por un vidrio, besándose a través del vidrio (p 28)."
YO APAGUÉ LA LUZ PARA PODER VER LA NIEVE...
Yo apagué la luz para poder ver la nieve.
Y vi la nieve tras el vidrio y la luna nueva.
Pero vi que la nieve y la luna eran también un vidrio
y detrás de ese vidrio Tú me estabas viendo.
TÚ NOS ENVUELVES COMO LA NIEBLA...
De VIDA EN EL AMOR. "Dios nos envuelve por todas partes como la atmósfera. Y como la atmósfera está llena de ondas visuales y sonoras pero nosotros no podemos verlas ni oírlas si no las sintonizamos por los canales, así también estamos rodeados por todas partes de las ondas de Dios pero no podemos percibirlo a Él si no lo sintonizamos por los canales debidos. Quien vive sólo en el mundo de las percepciones sensibles no puede captar estas ondas de Dios (p 28)."
TÚ NOS ENVUELVES COMO LA NIEBLA...
Tú nos envuelves como la niebla
de esta mañana de invierno.
Yo te oigo en el grito del grajo,
los gruñidos de los cerdos comiendo,
y el claxon de un auto en la carretera.
¡SÓLO LA ROJA PARA EL MONASTERIO!
De VIDA EN EL AMOR. "Pero los hombres modernos tratan siempre de huir de ellos mismos. No pueden estar nunca ni callados ni solos porque eso sería estar con ellos mismos, y por eso los lugares de diversión y los cines están llenos de gente. Y si alguna vez quedan solos y están a punto de enfrentarse con Dios, prenden la radio o la televisión (p 26)."
FRENTE AL MONASTERIO, SOBRE LA CARRETERA...
Frente al monasterio, sobre la carretera,
hay un semáforo rojo y amarillo
que se apaga y se enciende día y noche.
Amarillo para la carretera
y rojo para el monasterio.
De noche nadie pasa por la carretera
ni nadie sale del monasterio.
Pero allí sigue el semáforo solitario
colgado sobre la carretera entre las estrellas
encendiendo y apagando su luz roja
y amarilla: roja-roja-roja
STOP-STOP-STOP
¡sólo la roja para el monasterio!
NO SÉ QUIÉN ES EL QUE ESTÁ EN LA NIEVE...
YO APAGUÉ LA LUZ PARA PODER VER LA NIEVE...
TÚ NOS ENVUELVES COMO LA NIEBLA...
FRENTE AL MONASTERIO, SOBRE LA CARRETERA...
