FALLECIÓ NICANOR PARRA A SUS FECUNDOS 103 AÑOS
El pasado 23 de enero se nos marchó silenciosamente, como había vivido, el poeta chileno Nicanor Parra, uno de los tres inmortales del Litoral de los Poetas (Neruda, Huidobro y Parra). El miércoles 24 se llevó el féretro a la Catedral santiaguina y se celebró misa. No faltaron cánticos, especialmente el “Gracias a la vida” de Violeta. El ataúd se veía arropado por una colorida manta confeccionada por la madre de Nicanor, Clara Sandoval, al estilo de los patchworks de moda hoy.
En lo alto del féretro se leía el mensaje: “VOY & VUELVO”, con que el poeta solía ilustrar las cruces, y podría sugerir la resurrección. Solía comentar que le gustaba residir en Las Cruces porquese sentía muy bien al lado de las cruces de las iglesias y capillas, recordando que durante su niñez en San Fabián de Alico y en Chillán, creció jugando al lado de un cementerio.Cristobal Ugarte (Tololo) leyó dos poemas del abuelo, “Epitafio” y “Hay un día feliz”, que reproduciremos a continuación.
Al día siguiente, se trasladó el cuerpo del poeta al balneario Las Cruces, a su recoleto domicilio donde serenamente había vivido los últimos veinte años. Se celebró primero una misa privada en la cercana Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Y al mediodía procesionaron familiares y amigos hacía la casa del centenario escritor donde, en un terreno aledaño, ya se había cavado un hoyo para albergar el féretro. Se orientaron al mar sus pies, pues había pedido en vida ser enterrado mirando al océano Pacífico.
ÚLTIMAS INSTRUCCIONES
No fue casual el hecho de ser enterrado en tierra libre. Desde medio siglo antes
(lo da a conocer en su “Obra gruesa” de 1969), en su poema “Últimas instrucciones” (pulsar) solemnemente exige: “La voluntad del muerto que se cumpla”. Y sugiere algunas “mandas”, como que de ninguna manera le velen “en el salón de honor de la universidad / o en la Casa del Escritor”. Que le velen con los siguientes objetos: “un par de zapatos de fútbol / una bacinica floreada / mis gafas negras para manejar / un ejemplar de la Sagrada Biblia…” En arranque fervoroso glorifica al Señor: “Gloria al padre / gloria al hijo / gloria al e.s.”
Una vez enterrado, les recomienda una fiesta: “quedan en libertad de acción: / ríanse –lloren– hagan lo que quieran…” Un estremecedor maravilloso último deseo desde lo más hondo del corazón: “que cuando choquen con una pizarra / guarden un mínimo de compostura: / en ese hueco negro vivo yo.”
ENTRE EL RÍO DE ENTONCES Y EL DE AHORA
Poema de 76 versos, predominando el endecasílabo. El poeta de San Fabián de Alico, bendecido pueblo al pie de la cordillera de los Andes, después de mucho tiempo, aunque no más de cuarenta años, expectante regresa (“la emoción se me sube a la cabeza”), contemplando la pureza de todo, evocando su felicidad de entonces por aquellas calles, por aquellos paisajes.
Pero le falta algo importante. Como sus hermanas fallecidas. Como el padre que plantó este árbol. Como la amorosa madre que cultivaba violetas “para curar la tos y la tristeza”. “Todo está igual, seguramente. El vino y el ruiseñor encima de la mesa. Mis hermanos menores a esta hora deben venir de vuelta de la escuela…” (Nicanor era el mayor de nueve hermanos…) Pero no. “Ay de mí. ¡Ay de mí!” Se me rompió la ensoñación. “El tiempo lo ha borrado todo”. La vida es breve. La vida es ilusión, “una pequeña nube pasajera.”
HAY UN DÍA FELIZ
El correo en la esquina de la plaza
Y la humedad en las murallas viejas.
¡Buena cosa, Dios mío! nunca sabe
Uno apreciar la dicha verdadera,
Cuando la imaginamos más lejana
Es justamente cuando está más cerca.
Ay de mí, ¡ay de mí!, algo me dice
Que la vida no es más que una quimera;
Una ilusión, un sueño sin orillas,
Una pequeña nube pasajera.
Vamos por partes, no sé bien qué digo,
La emoción se me sube a la cabeza.
Como ya era la hora del silencio
Cuando emprendí mí singular empresa,
Una tras otra, en oleaje mudo,
Al establo volvían las ovejas.
Las saludé personalmente a todas
Y cuando estuve frente a la arboleda
Que alimenta el oído del viajero
Con su inefable música secreta
Recordé el mar y enumeré las hojas
En homenaje a mis hermanas muertas.
Perfectamente bien. Seguí mi viaje
Como quien de la vida nada espera.
Pasé frente a la rueda del molino,
Me detuve delante de una tienda:
El olor del café siempre es el mismo,
Siempre la misma luna en mi cabeza;
Entre el río de entonces y el de ahora
No distingo ninguna diferencia.
Lo reconozco bien, éste es el árbol
Que mi padre plantó frente a la puerta
(Ilustre padre que en sus buenos tiempos
Fuera mejor que una ventana abierta).
Yo me atrevo a afirmar que su conducta
Era un trasunto fiel de la Edad Media
Cuando el perro dormía dulcemente
Bajo el ángulo recto de una estrella.
A estas alturas siento que me envuelve
El delicado olor de las violetas
Que mi amorosa madre cultivaba
Para curar la tos y la tristeza.
Cuánto tiempo ha pasado desde entonces
No podría decirlo con certeza;
Todo está igual, seguramente,
El vino y el ruiseñor encima de la mesa,
Mis hermanos menores a esta hora
Deben venir de vuelta de la escuela:
¡Sólo que el tiempo lo ha borrado todo
Como una blanca tempestad de arena!
NINGÚN POEMA SE COMPARA CON LAS FRASES DE UN NIÑO
Alguna vez dijo Parra: “Yo, prácticamente, he renunciado ya al diálogo con los adultos, pero con los niños, no… Hablan por necesidad y no por vanidad. La antipoesía es una asociación por necesidad, sin embargo nunca he podido lograr el grado de necesidad que tiene un niño. Es que uno, hasta hoy, sigue hablando por vanidad.” En otra ocasión afirmó: “Dejé de escribir cuando comprendí que ningún poema se compara con las frases de un niño.”En imagen, el poeta jugando con sus nietos menores Colombina y Juan de Dios.
NUEVE ENLACES
El día 1 de diciembre de 2011 fue galardonado Nicanor Parra con el Premio Cervantes. Al mes siguiente, iniciamos entrega de nueve páginas sobre la obra del poeta chileno, sugiriendo para la familia de Religión Digital, modestas reflexiones sobre aspectos religiosos de su original obra. A continuación presentamos un cómodo índice con enlaces a sus páginas del blog.
NICANOR PARRA, NUEVO CERVANTESa sus 97 años
1.Memorias de un ataúd
MEMORIAS DE UN ATAÚD
2.¡Un embutido de ángel y bestia!
AGNUS DEI
EPITAFIO
3.El Cristo de Elqui
XLII: LA PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO...
4.Y nosotros debemos decir misa
XXXI: CREO NO EQUIVOCARME...
XXV: TODAS LAS PROFESIONES SE REDUCEN A UNA...
XXVI: RESUMIENDO LA COSA...
5.No queremos ser pobres como él
XLIV: POBRE CRISTO DE ELQUI DICEN MIS DETRACTORES...
XXXII: QUIÉNES SON MIS AMIGOS...
V: UNA VEZ UN BEODO...
X: CUANDO MI MADRECITA DEJÓ DE EXISTIR...
6.Tome Coca Cola, y otros artefactos
EL "PADRE NUESTRO" DE LA COCA COLA
"MADRE NUESTRA QUE ESTÁS EN EL CIELO..."
"ME PREGUNTAN QUE SI, DE VOLVER A NACER..."
"QUE DIJERA ALGO SOBRE LA VEJEZ..."
7.El Cristo de Elqui se echa a volar...
"SE SUBIÓ A UNA ALTURA DE APROXIMADAMENTE CINCO METROS..."
LA TERNURA DE NICANOR PARRA
LOS MEJORES ENLACES A LA OBRA DE NICANOR PARRA
8.Sus artefactos visuales en la Biblioteca Nacional
OS PRESENTO A DON NADIE
CLARA SANDOVAL
9.Sus 242 tarjetas visuales
SEIS INTERESANTES TARJETAS VISUALES
CONCLUSIONES