Ramón de Garciasol 5. MADRE: PADRE VA SOLO

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Publica Ramón de Garciasol, en 1968, “Apelación al tiempo”, un extenso poemario de gran intensidad metafísica y existencial. Manuel Mantero, en su excelente ensayo Poetas españoles de posguerra (Espasa Universidad, 1986) dedica al poeta alcarreño 65 páginas de notable sensibilidad. Nos permitimos reproducir algunas reflexiones del crítico sevillano,Premio Nacional de Literatura:

Apelación al tiempo” es un muestrario de la variedad de la poesía de Garciasol. Y el poeta se asombra constantemente, pues advierte que está vivo y que es para dejar de ser. Garciasol se declara militante de la tradición existencial poética española, la que va de Quevedo a Unamuno, a A. Machado, la que indaga por Dios. Se pregunta Garciasol si “Apelación al tiempo” es un libro de versos o un libro de metafísica; si un libro poético o un libro religioso, y afirma que el libro apunta a una poesía integral, amasada de cuerpo y alma, poesía “pudorosa”, de bella expresión vistiendo el sentido razonar, y respetuosa para con el prójimo (próximo, escribe Garciasol).”

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Y SONRÍE MIRÁNDOTE A LO LEJOS...

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Presentamos, en la pasada entrega, algunos versos del poemario “La madre” (1958), al que pertenece el presente soneto Madre: padre va solo”. Necesitado de amor y comunicación, se dirige el poeta a la autora de sus días, para darle noticias del padre. Rememora el hijo la exuberante y lejana juventud de aquel, que se va remansando por las playas del tiempo. Importante escenografía final: una luz que se apaga, una vida que se aleja y se ocultará, sonriendo, en la noche... Amoroso testimonio de una avanzada vejez (“sacralidad y lejanía”) que se disuelve cumplidamente por las fecundas aguas del misterio...

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MADRE: PADRE VA SOLO

Madre: Padre va solo. Tiene ochenta
y tantos años ya. (Una pavesa
aquel roble valiente.) Ya le pesa
el tiempo, barco frágil. Por su cuenta

ayer, un tenue ayer, tenía veinte
años moceros para el canto, el brío
y el trabajo. Se borra, se hace río
que va frenando en hielo su corriente.

Un tachón en el ceño cejijunto
le da sacralidad y lejanía.
Impone su silencio, su barrunto

de que el sol da los últimos reflejos
en los cristales, que se pone el día...
Y sonríe mirándote a lo lejos.

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QUE SE APAGA COMO SE MUERE UN ASTRO

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En “Apelación al tiempo”, descubrimos, entre poemas excelentes, los versos de “Padre anciano”, una pequeña joya, donde describe Garciasol a un padre muy aislado (¿demencia senil, alzheimer?), perdido, sin historia... Leo en una “Guía para familias” de un miembro con alzheimer, el siguiente testimonio: “Siento que he perdido a mi madre, que la madre que conocí y que quise, ya no existe y me siento tan triste como si ya hubiera muerto”.

El amor, la ternura que expresa el poeta hacia su padre ausente, son intensos. También lo es su comprometida respuesta: “¡Aquí estoy, padre!” Esta presencia del hijo, su compañía física, es casi lo único que puede hacer por su progenitor. Imaginar, como lo hace entre lágrimas, que un día él fue niño en sus brazos, que un padre poderoso y protector le ahuyentaba los miedos...

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PADRE ANCIANO

El padre se ha quedado niño,
débil. Casi un soplo, un aire
puede tirarle al suelo. Ahora
sus huesos son arcilla frágil
o tallos de cristal. Se queda
parado y nos pregunta por las
cosas más entrañables, como
si no las conociera.

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Niño
se me ha quedado el padre. ¿Pero
quién riñe al padre, quién le deja
sin postre o de rodillas? Llora
a veces como yo lloraba
entonces en sus brazos. Y no
puedo acunarle yo en los míos,
tal él a mí. ¿Cómo se dice:
que viene el coco, padre, ea,
que no resulte monstruosa
farsa? Estoy junto a la orilla
de este niño que ya no llega
a hombre, que no entiende nada
más que su soledad, su frío,
siempre su frío, aun en agosto.
Ya no recoge mi palabra,
perdida por un aire ambiguo.
¡Cercada soledad! ¿Es éste,
lejano, que se apaga como
se muere un astro, torna opaco,
misterioso de luz ya muerta?
¿Este es el padre, el fuerte, el muro
que contuvo la pena antigua,
el miedo niño, la alegría
nos regresaba siempre intacta?

Una amargura vieja, el mar,
nos cubre de silencio el habla.

Aquí estoy, padre. ¡Cómo ahoga
la impotencia de verte solo,
mascullando abandono, niebla,
niño que sueña con la muerte,
ya ni temor, de tan cumplido!



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RAMÓN DE GARCIASOL

nacido hace cien años

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1.Nosotros sí que celebramos el centenario de Ramón de Garciasol

LIMOSNA
CANCIONCILLA DEL MENDIGO
CANCIONCILLA DE LA INVITACIÓN A LA SERENIDAD


2.Treinta dioptrías en las gafas

MIRAR SIN VER
QUISIERA DESPEDIRME
PERO A TU SOMBRA, AMOR


3.Herido ver

HERIDO VER
MILAGRO
ORACIÓN POR LOS OTROS


4.No seas niña, madre

NO SEAS NIÑA, MADRE
NADIE ME CANTARÁ COMO TE CANTO
LA MADRE


5.Madre: padre va solo

MADRE: PADRE VA SOLO
PADRE ANCIANO


6.Del amor de cada día

DEL AMOR DE CADA DÍA
CANCIÓN DE LA COMPAÑERA
CANCIONCILLA DE LA ESPOSA EN EL DÍA DE LA MADRE


7.Arenga a las rosas y a los hombres

ARENGA A LAS ROSAS Y A LOS HOMBRES
FRATERNIDAD CON LAS COSAS


8.Los que viven por sus manos

YO SOY PLAZA



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