Todo tu cuerpo estará luminoso

Llamaríamos místico al contemplativo que se une a Dios en el fondo de su corazón, abandonándose a su benéfica voluntad. Este espiritual abrazo suele realizarse en silencio, soledad y secreto como cualquier cita de amor, un amor que conduce, a través de la tiniebla de la nube del no-saber, al gran Misterio que en sí mismo es luz, pero oscuridad para nosotros.

EL GRAN MISTERIO ES LUZ, si nuestra mirada es luminosa. Nos propone Jesús una especie de acertijo, para que profundicemos en la experiencia de la mirada interior: “La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y ¿qué pasará si la luz que tienes adentro se volvió oscuridad? ¡En qué oscuridad andarás!” (Mt 6,22s). Cuando el ojo interior se despierta en la iluminación, podemos descubrir en la vida la gloria, la belleza, el sentido del universo... Esto es la fe: contemplar la existencia con la mirada de Dios, con “el ojo interior del amor” (William Johnston).

NO ES FÁCIL ENCONTRAR CONTEMPLATIVOS que refieran con amplitud sus experiencias. Temerían, por un lado, traicionar la intimidad de sus encuentros y, por otro, no encontrarían palabras para describir con entera verdad la existencial riqueza de lo vivido. Presentamos hoy trece poemas y seis nombres.Tres mujeres: María de los Ángeles Gómez, Pilar Paz y Fina García-Marruz.Y tres hombres:Luis Álvarez, Bartolomé Mostaza y Jesús Mauleón. Es de agradecer, por varios motivos, la presencia de estos escritores en una antología de Poemas para Meditar: escribir poesía religiosa, poesía mística, más que abrir puertas de reconocimiento crítico al poeta, suele cerrárselas. Claro que al autor de estas labores le importa más expresar y dar a conocer sus vivencias que descubrir su nombre en antologías y artículos literarios.

HOMBRES Y MUJERES QUE VIVEN UN AMOR SIN LÍMITES. Cerraré  esta presentación citando el último párrafo del ensayo “El ojo interior del amor” de William Johnson: “Tanto en Oriente como en Occidente y en todas las grandes religiones encontramos hombres y mujeres que viven un amor sin límites y que contemplan el mundo con ojos de amor y compasión. Muchos de ellos son poco conocidos o se habla poco de ellos. Sin embargo, mientras personas así caminen por la tierra podremos seguir teniendo una confianza inconmovible en el futuro.”

QUE SOY UN PAJARILLO DE CORTO VUELO

Ángeles Gómez Pascual, viuda con ocho hijos, como tanta gente laboriosa y sencilla, ha descubierto las dulzuras del amor divino y, casi en la clandestinidad, levanta tímidamente para nosotros una puntita del encendido velo de su corazón en llamas. No por mérito propio se asciende a la cumbre: regalo de Dios es, confiado abandono en sus alas de fuego. (Para conocerla mejor pulsaraquí, admirando sus textos y descubriendo sus enlaces.)

NO FUI YO POR MI ESFUERZO QUIEN SUBIÓ A LA MONTAÑA...

 No fui yo por mi esfuerzo quien subió a la montaña,
pues soy una avecilla de corto vuelo
que revoloteaba, contenta, en la llanura.
El águila me trajo: me tomó suavemente.
Y, sin que yo pudiera resistirme,
me elevó hasta la cumbre,
en donde se respira
un aire delgadísimo y en donde
se levantan los muros del castillo
construido en purísimo diamante.
Aquí puse mi nido, en alta torre
invisible a los ojos
de aquellos que caminan por el llano.
Aquí el águila madre me protege,
me cobija a la sombra de sus alas.
En la profunda cima de este monte
reside concentrada la Belleza.

No fui yo con mi esfuerzo quien subió hasta la cumbre
de la felicidad inexpresable.
Me trajeron las alas del Águila del viento.
Yo no hubiera podido llegar hasta tan alto,
que soy un pajarillo
de corto vuelo.

 ¡Pero nadie me pida que baje al campo llano!

OH DIOS, QUE ME CONTIENES Y ME HABITAS…

 Compara María Ángeles Gómez la presencia íntima de Dios en su ser con su vivencia de madre embarazada (ocho hijos). “Son dos vidas en una. Como cuando / un hijo me crecía en las entrañas.” Dios crece en mí como crecieron mis hijos. Y una segunda intuición muy fecunda: como mis hijos crecieron en mí, yo crezco en la matriz creadora del Señor. Resumen final: ”Oh Dios, que me contienes y me habitas...”
Sugerencia.Primera vivencia: imagino que Dios habita bajo mi piel como luz y fuente de vida (“crece mi Dios en mí”). Leo y medito la primera parte del poema. Segunda vivencia: soy como un bebé que se alimenta y crece en el útero de Dios (“En Él respiro. Me alimento / de su propia sustancia)”. Leo y medito los versos hasta el final. Gracias, Señor por tu presencia y tu ternura.

 EL SER QUE HABITA EN MÍ ME VA CRECIENDO...

El ser que habita en mí me va creciendo
y me transforma en ascua de su llama.
Son dos vidas en una. Como cuando
un hijo me crecía en las entrañas.
Vive en mi seno. Late en mi latido.
Mira con mi mirada.
Soy un templo sagrado
una reliquia santa.
Crece mi Dios en mí. Yo, poco a poco
voy volviendo a mi nada.
¡Oh dichosa fusión, oh dulce vida
en que mi levedad se me adelgaza
y este Dios trinitario que me habita
va modelando en mí su semejanza!

Pero el Ser me contiene. En Él resido
de su propia sustancia sustentada.
Como el niño en el seno de su madre,
en el seno de Dios vivo instalada.
Sumergida en su Vida.
Envuelta en su mirada.
En Él respiro. Me alimento
de su propia sustancia.
En el amnios divino estoy sumida.
Voy madurando en El. Y cuando nazca
seré imagen del Hijo
porque seré su voz y su palabra.

¡Oh Dios, que me contienes y me habitas
en doble gestación de amor y gracia!

ALZADA POR TU GOZO EN BLANCA NUBE

 Siente urgencia de Dios María Ángeles, hambre y sed que calmará el amado. Nube cargada de lluvia, se abrirá, camino del Mar, sobre los campos, para fecundarlos y aliviar la sed. Que una persona muy mayor, que ha tenido ocho hijos, se sienta nube preñada dispuesta a derramarse, me evoca a la Samaritana que, lleno el cántaro, corrió a la aldea, a repartir agua de Dios.

DISUELTA EN TI MI VIDA...

 Disuelta en Ti mi vida
y convertida en agua de tu fuente
y alzada por tu gozo en blanca nube,
necesito caer en lluvia mansa
sobre tus campos-hijos, Padre nuestro,
para refrigerar,
saciar, sanar, limpiar.
Seré absorbida por el surco estéril
en el que Tú pusiste la semilla,
y la harás germinar
en Ti fertilizada por mi entrega.

Ya que me has dado condición de agua,
déjame, mi Señor, que me derrame,
que me pierda –incolora–; que me esconda
y que alivie la sed de los sedientos
(Tu propia sed, Señor,
que bien sé yo que en ellos la padeces)
pues eres Tú, viviendo en mí, quien sacia,
quien limpia, sana y refrigera.

¡Pero me has dado condición de agua!

¡Déjame derramarme
por tus campos
al correr hacia Ti,
Mar Infinito!

POESÍA PARA MEDITAR
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13. MISTICISMO
1. Todo tu cuerpo estará luminoso
NO FUI YO POR MI ESFUERZO, de Ángeles Gómez Pascual
EL SER QUE HABITA EN MÍ ME VA CREC., de Gómez Pascual
DISUELTA EN TI MI VIDA, de Ángeles Gómez Pascual
2. En ti me muevo, existo y soy
EN TI ME MUEVO, EXISTO Y SOY, de Pilar Paz Pasamar
VIOLENCIA INMÓVIL, de Pilar Paz Pasamar
AYER ME HUNDÍ, ME PUDO LA TRISTEZA, de Á. Gómez Pascual
3. Se me llenó de Dios toda la casa
PRIMAVERA, de Luis Álvarez Lencero
GRACIAS, SEÑOR, de Álvarez Lencero
LOS CHOPOS, de Fina García Marruz
y4. Es preciso aguardar la noche mística
DESDE EL CENTRO DEL PÁRAMO, de Bartolomé Mostaza
PLEGARIA, de Bartolomé Mostaza
SALMO DE LLAMADA, de Bartolomé Mostaza
NADA TE TURBE, de Jesús Mauleón

14. MISTERIO PASCUAL
1. Es la fiesta de la resurrección
VIVES EN EL PAN, de Victor Manuel Arbeloa
TENGO SED, de Antonio Carvajal
DELANTE DE LA CRUZ, de Rafael Sánchez Mazas
2. Demos cuerda de fiesta al corazón
EN ESTA TARDE, CRISTO DEL CALVARIO, de Gabriela Mistral
RESUCITADO EN LA TIERRA, de José María Valverde
y3. Puesta la mano en el pecho
DIOS NOS HABLA A TODAS HORAS, de Ricardo León
EMAÚS, de Rafael Alfaro
JESÚS, de Gabriela Mistral.