Un 5 de noviembre falleció LUIS CERNUDA. Nos asomamos a SUS VERSOS
En este aniversario le apetece a uno acariciar el cuerpo de su poesía, sentir por las manos el latido fecundo de su alma. A pocas fechas del Día de los Difuntos, ¿por qué no explorar versos del poeta sevillano que nos hablen de sepultura y tránsito, de soledad y sueños, de esperanza... Específicamente: podríamos incluir algunos de sus mejores "poemas de cementerio", tan valiosos literariamente, tan bien ungidos de amor y búsqueda...
Falleció Cernuda de ataque al corazón un 5 de noviembre de 1963, a los 61 años, en Coyoacán (Mexico), residiendo en la casa de Concha Méndez, viuda del poeta Altolaguirre. Podéis acceder a una información bastante completa de sus últimas horas pulsando aquí. El pasado noviembre dediqué seis post al tema de la muerte y la sobrevida, presentando 17 inquietantes poemas (ver aquí). En imagen, Luis Cernuda en las Misiones Pedagógicas, acompañado de un chaval.
RECUERDAS LOS TUYOS
Aunque en arte menor, nos encontramos frente a un poema de su última época,"Desolación de la quimera" (1956-1962), de excelente calidad literaria y humana. Se observa la fascinante afirmación de un pensamiento existencial muy cernudiano: que los difuntos sobreviven gracias a la memoria de los vivos("ahora tú sostienes / solo la memoria"). Se van calentando el corazón y el día (se anuncia "aire tibio"). Se quedará enganchado en el olor a tierra de las flores. Tierra que es hermosura, que es permanencia, que es vida. Se siente, finalmente, aliviado en su tristeza el lírico andaluz, porque de nuevo ha conectado con el hondo misterio de la sagrada materia.
DOS DE NOVIEMBRE
Las campanas hoy
ominosas suenan.
Aún temprano, el aire,
frío acero, llega
por tu sangre adentro.
Recuerdas los tuyos
idos este año
dejándote único.
Ahora tú sostienes
solo la memoria:
el hogar remoto,
familiares sombras,
todo destinado
contigo al olvido.
El azul del cielo
promete, tan limpio,
aire tibio luego.
Y por el mercado,
donde están las flores
en copiosos ramos,
un olor respiras,
olor, mas no aroma,
a tierra, a hermosura
que, antigua, conforta.
A pesar del tiempo,
al alma, en la vida,
materia y sentidos
como siempre alivian.
EN TORNO DE LA IGLESIA
Se está ocultando el sol. Ya se acerca la noche. Pero aún hay pájaros que cantan o regresan al hogar. El poemario "Como quien espera el alba" (1941-1944) ha sido escrito en la posguerra española, a comienzos de la Segunda Gran Guerra. La palabra paz es más que un recurso literario, es una necesidad, un grito. Habla Cernuda de amigos ya fallecidos que un fiel recuerdo sería capaz de resucitar. Termina celebrando el misterio de la vida y la muerte del ser humano, semilla que sembrar en el corazón de la tierra hasta verla florecer.
EL CEMENTERIO
En torno de la iglesia esparce el cementerio
sus tumbas viejas, caídas en la hierba
como lebrel cansado ante los pies del dueño,
y tras su tapia va la calleja solitaria.
Hay un fulgor aún tras del pino señero
sobre las losas, adonde los pájaros regresan
al cobijo nocturno, y un mirlo todavía
canta. Pero la luz se queda enamorada.
Como un óleo de paz, luz, música y aroma
traspasan esta hierba, bajo la cual el sueño
de amigos invisibles, que vivieron sus días
antes que tú, acaso en un recuerdo se despierte.
YA BRILLAN UNAS CELESTES ALAS
Descripción imprecisa de unas horas de lluvia y misterio por paisajes con niebla. Se escuchan frescas voces, batir de alas celestes. No hay juicio de condena ni salvación ("Nada pesa ganado ni perdido"). Estos versos forman parte del conjunto "Las nubes" (1937-1940), en la encrucijada de la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial. Sobre un campo de muerte, con millones de cadáveres/hojas, pasa la neblina su misericordioso velo.
SENTIMIENTO DE OTOÑO
Llueve el otoño aún verde como entonces
sobre los viejos mármoles,
con aroma vacío, abriendo sueños,
y el cuerpo se abandona.
Hay formas transparentes por el valle,
embeleso en las fuentes,
y entre el vasto aire pálido ya brillan
unas celestes alas.
Tras de las voces frescas queda el halo
virginal de la muerte.
Nada pesa ganado ni perdido.
Lánguido va el recuerdo.
Todo es verdad, menos el odio, yerto
como ese gris celaje
pasando vanamente sobre el oro,
hecho sombra iracunda.
POEMAS CON INQUIETUD RELIGIOSA
DE LUIS CERNUDA
A lo largo de siete entregas comentaremos poemas de Luis Cernuda que nos hablan de Dios.
1.Un 5 de noviembre falleció Luis Cernuda. Nos asomamos a sus versos:
DOS DE NOVIEMBRE
EL CEMENTERIO
SENTIMIENTO DE OTOÑO
2. “La visita de Dios”, dramáticos versos de Luis Cernuda:
LA VISITA DE DIOS
3.“Apología pro vita sua”, de Luis Cernuda: ensayo para la buena muerte
APOLOGÍA PRO VITA SUA
4.Realidad y memoria en Luis Cernuda:
EL RETRAÍDO
VIOLETAS
EL PERFUME
5.“Atardecer en la catedral”, de Luis Cernuda:
ATARDECER EN LA CATEDRAL
6.Se enfrenta Luis Cernuda a su muerte un 5 de noviembre
EPÍLOGO
DESPEDIDA
7."LÁZARO", de Cernuda, bello y conmovedor poema
LÁZARO