Siempre sintió la vocación al sacerdocio aunque se ordenó tras quedar viudo Aquilino Nguema: “Obiang ha comprado todas las conciencias”
Esta realidad tienen que escucharla los obispos de Guinea y los que se reúnen con ellos estos días
En países del África Central la Iglesia ya ha jugado un papel importante en los cambios que se han producido
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Hace un par de días me hacía eco del mensaje que el sacerdote ecuatoguineano Aquilino Nguema hacía llegar a los obispos que se reúnen estos días en Guinea Ecuatorial. Ahora presento una pequeña entrevista y el perfil de esta persona que tuvo que huir de su país por ser opositor al régimen de Teodoro Obiang
¿Por qué lanzas este mensaje a la Conferencia de obispos que se reúnen en Guinea Ecuatorial?
Primero porque Obiang ya tiene más de 90 años y se acerca su fin. Guinea somos un pequeño país, y no queremos violencia, queremos una transición pacífica, que él y su familia abandonen el poder y abandonen el país y dejen a los ecuatoguineanos desarrollar el proyecto de país con el que soñamos desde hace décadas.
Y a los obispos me dirijo porque en Guinea Ecuatorial la Iglesia es una institución capital. El 96% de la población es católica. Pero Obiang se ha comprado todas las conciencias. Es el que compra los cochazos que llevan los obispos, les asigna un sueldo mensual. Así tiene a los obispos y curas “anestesiados”. Obiang tiene a todos los obispos como consejeros suyos. Y esta realidad tienen que escucharla los obispos de Guinea y los que se reúnen con ellos estos días.
¿Tienes alguna esperanza en esta Conferencia?
Sí. En otros países del África Central la Iglesia ya ha jugado un papel importante en los cambios que se han producido. Por ejemplo en Gabón la Iglesia ha sido y sigue siendo mediadora para lograr esa evolución hacia un sistema democrático en el país. Un dato: hoy ya no hay presos políticos en Gabón. En Camerún ha sucedido algo similar. En Chad también la Iglesia ha mediado para obtener la paz social en el país. Y creo que en Guinea puede ocurrir lo mismo.
¿Sabes si el Papa Francisco está informado de la situación que tú denuncias en Guinea?
Sí. Por un lado están las visitas Ad limina en las que el Papa recibe toda la información de cada país. Por mi parte todo lo que publico lo hago llegar al Vaticano también, concretamente al dicasterio para la Evangelización de los Pueblos.
¿Has pedido ser recibido por el Papa Francisco?
Nunca he ido a Roma, soy un sencillo y pobre sacerdote. Yo puedo residir en España porque tengo el estatuto de refugiado aquí, aunque mi labor pastoral la desarrollo en África. Pero eso no quita para que continúe con mi activismo político en favor de un futuro nuevo para Guinea Ecuatorial.
Non solum sed etiam
Nació en Guinea Ecuatorial, al ser el tercero de una familia de 12 hermanos, pero el primer varón, su padre marcó su futuro inmediato como futuro cabeza de familia, pero Dios le había llamado y sabía esperar. El reconoce que desde pequeño sintió la vocación al sacerdocio, pero no le dejaron madurarla.
Cuando le conocí, hace diez años, tenía 48 años, estaba casado, padre de seis hijos, licenciado en Filología francesa y especialista en literatura africana, y también era periodista. Le conocí por otra de sus facetas, director de coros Fang en España, y por su activismo político como Secretario General de la Unión para la Democracia y el Desarrollo Social en Guinea Ecuatorial.
Hoy he vuelto a coincidir con él con motivo de su llamado a los obispos que se reúnen en Guinea Ecuatorial en el marco de la Conferencia que reúne a los obispos del cinturón de África.
En estos diez años Aquilino enviudó, se afincó en Gabón y allí un obispo le recordó su vocación al sacerdocio. Tras la formación fue ordenado sacerdote poco antes de la pandemia.
Ya hace diez años había vivido la persecución, el secuestro y el intento de asesinato por parte de sicarios de Obiang Nguema, con quien se ha podido ver cara a cara en varias ocasiones y le ha dicho que deje paso a un régimen democrático.
Ahora, desde su condición de pobre párroco de una parroquia en Gabón sigue militando en la lucha por la libertad en su país de origen. Su estatus de refugiado en España le permite viajar y visitar a las comunidades de ecuatoguineanos repartidos por la península, y de paso acompañar a los coros que él un día puso en marcha y que animan las liturgias de varias parroquias en Madrid, Zaragoza o Vitoria-Gasteiz por ejemplo.
Aquilino no pierde la esperanza de ver un día una Guinea Ecuatorial libre, donde las cinco etnias vivan en armonía y equidad en derechos y obligaciones, donde el gobierno lo ejerzan los elegidos por el pueblo y donde las riquezas de este pequeño país permita vivir bien a sus habitantes y no engrosar las cuentas corrientes de los explotadores.
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