En el marco de la Catedral Vieja de Santa María de Vitoria, icono de la recuperación patrimonial, monseñor Juan Carlos Elizalde ofreció su felicitación navideña para toda la Diócesis, que incluye, además del territorio histórico de Álava el enclave burgales de Treviño y la ciudad de Orduña. 

Para acceder al templo se solicitó el pasaporte COVID como ya se había comunicado tras los criterios establecidos por el Gobierno Vasco. 

Elizalde optó este año en su felicitación presencial por trasladar la felicitación del Papa Francisco que les hizo llegar en la reciente visita ad limina, así como la expresa petición reciente del Santo Padre de acoger a los refugiados en las diócesis.

El obispo de Vitoria se sirvió de la alegría generada por la lotería para hablar de la “Alegría por la Navidad''.

Tras su breve intervención actuaron los coros Vicente García, Mairu y Ahotz Argiak. con un repertorio de villancicos tradicionales en euskera y con nuevas obras musicales incorporadas a sus actuaciones.

Por otro lado en la web de la Diócesis y en las parroquias se dispone del pregón navideño que ha dejado escrito el obispo de Vitoria, donde, comenzando por el recuerdo a la reciente visita ad limina, hace después un recorrido belenista por los personajes del nacimiento que aparecen en la recreaciones de muchos hogares: “Querríamos ser los ÁNGELES de Belén que anunciaron a los pastores la Buena Noticia. Desde todos los carismas y vocaciones, desde todos los acentos y sensibilidades, querríamos anunciar que hoy, en la Diócesis de Vitoria, nace el Salvador.”;  “Los primeros testigos del nacimiento de Jesús fueron los PASTORES. Eran los últimos, al raso, de noche, velando el rebaño. Nuestros migrantes y refugiados, nuestros ancianos en soledad, nuestros enfermos y las personas más vulnerables, quienes sufren violencia o persecución, son los destinatarios privilegiados de la Navidad, del Evangelio y de la Iglesia.”; “Agradezco, en nombre de toda la Diócesis, la labor silenciosa, anónima y fecunda, de tantos monasterios, sacerdotes, diáconos, religiosas, religiosos y laicos comprometidos que, como San José, sostienen la Iglesia.” “MARIA. Que una criatura, como nosotros, sea la Madre del Señor, alumbra una fecundidad extraordinaria y desproporcionada. Esa fecundidad inmerecida se actualiza hoy en la Iglesia. Porque hoy nace Jesús en los sacramentos de la Iglesia, hoy son posibles las vocaciones, la conversión, la transmisión de la fe, la apuesta apasionada por las personas más vulnerables y el perdón.” Y concluye su pregón con varias llamadas dirigidas a la población y a las autoridades, haciéndose eco nuevamente de deseos expresados por el pap Francisco: “Que la Navidad la podamos vivir con todas las medidas sanitarias, con la protección de test, de las vacunas y mascarillas y en solidaridad con las personas de mayor riesgo. Con todas las dudas legítimas que puede suscitar la vacunación, vacunarse hoy es un acto de amor solidario y también de responsabilidad y de justicia social. Nos unimos a la voz del Papa para que todos, especialmente los países del tercer mundo, tengan acceso a las vacunas. De poco sirve la vacunación sólo en algunas regiones del planeta ante una pandemia mundial. Mi afecto y bendición! Gabon Zoriontsua eta urte berri on!”

Texto integro en el siguiente enlace:

https://diocesisvitoria.org/wp-content/uploads/2021/12/Pregon-Episcopal-Navidad-Obispo-2021.pdf 

Non solum sed etiam 

La mayoría de medios se han quedado con esa llamada del obispo a vacunarse como acto de amor, responsabilidad y justicia social. Pero yo me quedo con el pequeño detalle previo: “con todas las legítimas dudas que puede suscitar la vacunación”. Me fijo en este detalle porque creo que en él se recoge el respeto y la inclusión a quienes albergan miedos, dudas y temores y hacen uso de un legítimo derecho de libertad en un tema que, aun cuando pensemos la mayoría que la vacuna aporta más soluciones que problemas… la verdad es que no hay consenso ni entre los expertos. El tema no es blanco o negro. Por eso me fijo en ese detalle de Elizalde, porque en su llamada no deja de tener un gesto de respeto para quien piensa diferente.