Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en Vitoria Monseñor Elizalde: “El Ecumenismo en Álava se vive de manera creciente y fraterna”
Representantes de varias iglesias valoran la jornada
Javier Otaola, anglicano: "Mi experiencia personal como anglicano ya es en sí misma ecuménica, en cualquier templo cristiano me encuentro en mi casa: ya sea católico-romano, ortodoxo o protestante…, todas las liturgias cristianas me entusiasman"
Radu (Iglesia ortodoxa rumana): "Es como en una familia, donde los hijos no viven juntos y los padres los quieren unidos y en la misma casa. Lo importante es que los hijos (las iglesias), tienen amor y escuchan la voz del Padre y dan un paso más para encontrarse"
Andrey Kordochkin (Iglesia Ortodoxa rusa): "No podemos predicar contra nadie. Predicamos las buenas noticias, la libertad y la dignidad del hombre como imagen de Dios, y el resto dejamos con la voluntad del hombre y con la legislación del país en que vivimos"
Radu (Iglesia ortodoxa rumana): "Es como en una familia, donde los hijos no viven juntos y los padres los quieren unidos y en la misma casa. Lo importante es que los hijos (las iglesias), tienen amor y escuchan la voz del Padre y dan un paso más para encontrarse"
Andrey Kordochkin (Iglesia Ortodoxa rusa): "No podemos predicar contra nadie. Predicamos las buenas noticias, la libertad y la dignidad del hombre como imagen de Dios, y el resto dejamos con la voluntad del hombre y con la legislación del país en que vivimos"
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Un año más las Iglesias cristianas dedican una semana de oración por la Unidad de los Cristianos. Si bien esta semana es del 18 al 25 de enero, en Vitoria-Gasteiz, miembros y representantes de varias iglesias, se encontrarán el día 30 de enero en la parroquia de la Esperanza para compartir un rato de oración en común tomando como referencia la propuesta que el Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos y el Consejo Mundial de Iglesias han elaborado.
Monseñor Juan Carlos Elizalde considera que “lo que nos separa a los cristianos, antes que la teología o las tradiciones litúrgicas, es el pecado. Por eso rezar por la unidad es vencer al pecado”. Valora el diálogo ecuménico en Álava como algo “creciente y fraterno”.
A juicio del obispo de Vitoria el ecumenismo “no puede ser un ecumenismo de laboratorio. El camino recorrido por cada Iglesia ha sido histórico y real y el camino hacia la unidad también debe serlo. Yo creo que se tiene que parecer más a la realidad de los carismas en la Iglesia. Muchas sensibilidades, estilos y espiritualidades, pero una misma fe, un mismo bautismo y un único Señor”.
Las diferentes iglesias tienen que hacer frente en el mundo a muchas sectas que surgen bajo el apelativo de cristianas, “volver a la unidad del origen y del primer amor, garantiza la autenticidad de la experiencia cristiana” dice el obispo. “Estos grupos sectarios, proyección de personalidades complejas más que de la acción del Espíritu Santo, encuentran el caldo de cultivo perfecto en la desunión entre los cristianos. Nuestra dispersión les justifica. En cambio nuestra unidad les desenmascararía”.
Un diálogo en aumento
Radu, sacerdote de la Iglesia Ortodoxa rumana, considera que en el diálogo ecuménico en Vitoria “se nota un aumento cada año, y no hablo solo de números de encuentros. Es más, cada vez hay más intensidad y más colaboración”.
En todo caso la razón de ser de estas jornadas para Radu se encuentra en que “es un paso más para avanzar y cumplir con el objetivo de Jesucristo “que seamos una”. Es como en una familia, donde los hijos no viven juntos y los padres los quieren unidos y en la misma casa. Lo importante es que los hijos (las iglesias), tienen amor y escuchan la voz del Padre y dan un paso más para encontrarse”.
El surgimiento de sectas bajo el paraguas de presuntas iglesias significa para Radu que “hay que andar con cuidado para mantener la unidad en cada iglesia. Pero estas dificultades casi desaparecen, cuando las circunstancias sociales son igualmente adversas para los cristianos de distintas confesiones. La pandemia creo que nos acerca más a todos. Véase el testimonio del escritor francés Jean Guitton, sobre como celebraban la semana por la unidad de los cristianos en los campos de concentración. La situación social en la que vivimos ahora es diferente, pero también está fuera de lo habitual y eso hace más fáciles los encuentros espirituales”.
“En Rumania - comenta Radu - hay un dicho: “Dios te ayuda, pero no te mete nada en el bolsillo”, es decir, Dios nos ayuda porque sin Él no podemos hacer nada, pero espera nuestra participación y nuestra contribución. En este caso, creo que es muy importante que, en la oración por la unidad, pidamos primero perdón por la división eclesial, y solo después, pidamos que Él nos ayude en el progreso espiritual con la finalidad de que seamos una. Esta es nuestra participación efectiva en la obra de Dios”.
Reconciliar y sanar heridas pasadas
Raúl Vázquez es misionero y Secretario General del Consejo Evangélico del País Vasco -CEPV. Para él esta jornada “es una buena intención de la iglesia católica, de querer conciliar y sanar heridas pasadas para lograr un acercamiento entre distintas ramas del cristianismo”. Respecto de la situación del ecumenismo en Álava, “hay buenos avances y van poco a poco, lo cual es bueno y debemos seguir en esa línea, sin presiones”. Para Vázquez el diálogo ecuménico ha de “buscar tener una coexistencia en paz para acortar la distancia, mediante la aceptación y respeto unos con otros por esa diversidad. Y esto puede acercarnos”.
Respecto del tema de las sectas comenta que “Jesucristo ya lo dijo y explicó en la Parábola del Trigo y la Cizaña, enseñando que juntamente con lo uno crece lo otro. Recomendó dejar crecer ambas espigas hasta la siega porque al intentar arrancar la cizaña podemos arrancar el trigo”.
Otra voz que se hace presente en los eventos ecuménicos e interreligiosos que se organizan en Vitoria es la de Javier Otaola perteneciente a la Comunión Anglicana: “mi experiencia personal como anglicano ya es en sí misma ecuménica, en cualquier templo cristiano me encuentro en mi casa: ya sea católico-romano, ortodoxo o protestante…, todas las liturgias cristianas me entusiasman, y las diferencias teológicas y eclesiológicas siempre me parecen menores, cuestiones de acento, frente a lo esencial que nos une, a saber: proclamar al Logos encarnado Cristo”. A su juicio en Vitoria-Gasteiz “más que diálogo ecuménico —no hay, que yo sepa, coloquios de tipo teológico o eclesial— se trata más bien de una fraternal convivencia, y de encuentros litúrgicos compartidos, que nos permiten conocernos mejor”.
Otaola considera que esta Unidad no se trata tanto de uniformidad: “No haría falta una unidad orgánica y total, ni creo que sea posible, ni siquiera buena; hay entre nosotros diferencias litúrgicas, devocionales y eclesiales que a mi juicio nos enriquecen, del mismo modo que, en el seno de la Iglesia Católica hay diferencias entre la espiritualidad franciscana y la jesuítica, entre la espiritualidad del Opus Dei y la de las Comunidades de Base... y en los múltiples estilos espirituales y carismas. A mi juicio, y al menos entre el Catolicismo-Romano, la Tradición Ortodoxa, la Comunión Anglicana y el Protestantismo histórico, compartir el bautismo y la Mesa del Señor es una Unidad que ya tenemos al alcance de la mano”.
Tiempo de escuchar
El reverendo Andrey Kordochkin reside en Madrid pero atiende a la comunidad ortodoxa rusa en Vitoria. Para él este octavario tiene mucho sentido: “Es un tiempo muy singular, cuando podemos encontrar a otras comunidades cristianos en sus propios lugares de culto, en su ambiente natural. Es un tiempo de escuchar y descubrir las otras tradiciones, que al final te hace entender mejor la tradición a que perteneces tu”. Respecto de la situación del ecumensimo en Vitoria-Gasteiz, valora altamente el liderazgo del obispo Elizalde: “Vitoria es una ciudad única, aunque no es una ciudad grande, ni la ciudad más grande del País Vasco, pero tiene una panorama amplio de la convivencia de comunidades Cristianas, entre ellas, dos comunidades ortodoxos, la Rumana y la Georgiana. Por supuesto, el obispo Juan Carlos Elizade es el verdadero motor del movimiento ecuménico en la ciudad, su energía es admirable”.
La familia le sirve como ejemplo para dar una explicación a la
coexistencia de varias iglesias: “Si, hay un libro de familia, pero este no significa que los esposos vivan juntos. Igual las iglesias - la realidad no se construye firmando papeles. Tenemos que buscar una relación de confianza y transparencia, respetando la libertad de cada persona. Parece que son pasos pequeños, pero son importantes”.
Respecto de las sectas que surgen al amparo de las Iglesias cristianas el reverendo opina que “No podemos predicar contra nadie. Predicamos las buenas noticias, la libertad y la dignidad del hombre como imagen de Dios, y el resto dejamos con la voluntad del hombre y con la legislación del país en que vivimos”
El guión de este año ha sido tomado del estilo de oración que llevan en la comunidad religiosa de Grandchamp. Esta comunidad de religiosas, de inspiración benedictina, viene a ser la versión femenina de Taizé. De hecho en sus orígenes y constitución se encuentran las bases establecidas en Taizé por el Hermano Roger.
El lema que presidirá este año la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos es: “Permaneced en mi amor y daréis fruto en abundancia”.
El acto del día 30 contará con todas las medidas sanitarias y las distancias de seguridad en la parroquia de la Esperanza.
Los organizadores de este evento frente a las situación de pandemia lo tiene muy claro: “La pandemia del COVID ha dado un impulso de digitalizar todos aspectos de la vida. Espero que la semana de la unidad va a mostrar que no TODOS los aspectos del culto y fe Cristiana pueden estar suprimidos al ordenador o móvil. El cristianismo no puede ser convertido en un culto virtual”, señala El reverendo Andrey Kordochkin; “Las restricciones no nos van a afectar demasiado. Nos movemos en círculos muy minoritarios. ¡Ojalá hubiera que preverlas minuciosamente porque la asistencia fuera enorme! La pandemia no es ninguna excusa en casi nada” opina Elizalde; “Yo vivo la semana de la unidad en mi fuero interno y en mi devoción privada o sea que en ese ámbito no me afectará y en cuanto a los actos litúrgicos conjuntos que podamos compartir tendremos que atenernos a las condiciones de protección sanitaria establecidas” comenta Otaola.
Non solum sed etiam
Mal que les pese a algunos los católicos, apostólicos y romanos no tenemos la exclusiva de Dios. De hecho, estoy convencido de que Dios no entiende de credos, que es la Inclusión en Persona.
La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos es, para mi, la reivindicación de espacios comunes para los fieles de a pie para elevar una plegaria común y comunitaria.
Las instituciones, estructuras, jerarquías y trabajadores de cada Iglesia tienen que mantenerse, y sólo las razones históricas lo justificarían. Pero ello no ha de impedir que los creyentes en Cristo tengan sus tiempos y espacios para orar unidos.
Y ya puestos, esto podría ampliarse a todos los credos y sentimientos religiosos, que preserven lo propio, sí. Pero sin dejar de dar pasos para esa unidad a la que estamos llamados en la otra Vida, o en otra dimensión.