Un divertimento literario de Txenti García También Ella (Octava entrega)
Una visión de Dios en femenino es una corriente que cada día va cogiendo más fuerza, pero nadie la propone como algo excluyente de la visión dominante en los últimos …dos mil años aproximadamente. Esta ficción va un poco en la línea de los rostros de “Mi Cristo roto” del P. Cúe. De lo femenino en la Iglesia como parte de un todo que sin Ella la realidad es incompleta. De un evangelio encarnado en Jesús de Nazaret, pero también en María, su madre, en María de Magdala, en las hermanas de Lázaro, … También Ella es una propuesta de reconocimiento de “ellas” como Hija muy amada del Padre
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
OCTAVA ENTREGA
Residencia sacerdotal Santo Tomás. Despacho del P. Umberto.
Samuel. Has estado presente en todas las entrevistas que he tenido con Eva María y has sabido muy prudentemente no abrir la boca en ningún momento. Gracias. Pero quiero volver a preguntarte ¿Qué opinión te merece ahora Eva María?
P. Umberto. No tengo la formación necesaria para discernir sobre este caso.
No te estoy pidiendo un juicio canónico, sino una opinión personal como hombre, como amigo.
Creo que es una gran mujer. No sé si Dios se está valiendo o no de ella para revelarse, para revelarnos un nuevo Evangelio. Lo que sí creo es que todas sus intervenciones tienen coherencia, mesura, firmeza, sinceridad, … no son herejías, resulta convincente. Lo que pasa es que fuimos enseñados en las habilidades del demonio para hacernos comulgar con ruedas de molino, y eso nos hace suspicaces, incrédulos, excesivo celo en una prudencia pastoral que a veces no es la mejor opción.
Bien, Samuel, has hablado con sabiduría, y con el corazón. Ve a por ella.
(...)
Hola P. Umberto.
Hola Eva María. Toma asiento. Estaba tomando unas notas … Bien. Me decías esta mañana que a Dios le salpican las incoherencias y los pecados de quienes se presentan como sus representantes. Cierto. De hecho uno de los grandes pecados contra Dios ha sido la de tomar su nombre en vano, o más exactamente hacer en nombre de Dios lo que Dios nunca aprobaría en su nombre. En la Iglesia tenemos tomos de relatos de nuestra historia sobre esto: la inquisición y sus torturas, las guerras “santas”, … pero es algo que no solo ha sido obra de eclesiásticos, también reyes, políticos, mandatarios de todas las épocas han usado el nombre de Dios en beneficio propio y para justificar lo injustificable. ¿Cuál es tu palabra sobre esto?
En esta vida es muy probable, pero en la otra es seguro que cada cual será juzgado por sus actos. Dios no es patrimonio de nadie, porque es el Dios de todos. La gran asignatura pendiente en todos los momentos de la formación de la persona es “El manejo de la libertad”. No sabemos gestionar la libertad, por eso no sabemos ni podemos educar ni en libertad ni para la libertad. Eso conduce a la persona al egoísmo y a los extremismos. Y una consecuencia de ello es usar a Dios en nuestro beneficio. Imagino que me preguntas por el antídoto para este mal: Educar en la Verdad, esa verdad de la que ya hemos hablado en otro momento. No es lo mismo tener a Dios de nuestra parte que ponernos todos de parte de Dios, eso sí haría cambiar el mundo.
Ya, pero ¿Cómo se siente Dios al ser manipulado por el hombre?
Es el precio que decidió pagar por hacernos totalmente libres.
Por cierto, quería preguntarte sobre un asunto que anda en los medios recientemente y que no sé si tiene algo que ver contigo. El de la reliquia del Cayado del Maestro. Al parecer han encontrado algunos indicios que aventuran a construir un relato, o quizá más a reinventar una leyenda en pleno siglo XXI, sobre el cayado, bastón, bordón o vara que pudo usar Jesús en sus desplazamientos durante su vida pública. Yo es que soy muy escéptico en estos temas, y pienso que Jesús pillaría la primera vara que le pareciese fuerte por el camino, él como carpintero conocía bien los árboles y sus maderas. En fin, yo soy de los que piensan que es un cuento chino.
He seguido esas informaciones y me ha gustado el relato que hacen. Pero, no sé si has reparado en un detalle, quizá más importante que la vara en sí. Cada vez que alguien, y son todos hombres, recoge la vara lo hace de manos de una mujer. Creo que alguien ya ha realizado esa observación y coincido en que hay un mensaje detrás de esas historias o leyendas, da lo mismo. Todos han sido invitados a apoyarse en un cayado entregado por una mujer, es como si el cayado fuese la compañía femenina donde apoyarse en el camino. “No es bueno que el hombre esté solo” dice el Génesis, y quizá ahí sí podamos encontrar un nexo con nosotros. Ya te he dicho que siento que puedo ser el cayado que hoy necesita el Papa para seguir caminando. Por eso necesito verle.
Está claro que eres de ideas fijas. Vamos a descansar y nos vemos en la cena.
Cuando llegué a la residencia Santo Tomás Eva María llevaba casi un par de horas en ella. Le habían asignado una habitación y en la puerta los dos que me habían acompañado a “recogerla”. Me fui a mi habitación y tras una buena ducha me puse de riguroso “uniforme sacerdotal”. Tuve tentaciones de ir a verla pero mi deber me hizo acudir al despacho del P. Umberto. Le encontré ojeando en internet unas informaciones sobre la reliquia del Cayado del Maestro, al parecer hasta la misma revista National Geographic estaba preparando un número sobre el tema. Le puse al corriente de los detalles de la operación, preparamos el primer interrogatorio juntos y luego fui a buscarla. La esperé en el pasillo y fueron los escoltas quienes llamaron a su puerta y le indicaron que me siguiera. En aquel trayecto no me atreví a dirigirle la mirada. Sería al día siguiente cuando al acompañarla a la habitación, en un pequeño hall que hay antes del pasillo que da a las habitaciones pudimos hablar.
Residencia sacerdotal Santo Tomás. Comedor de invitados.
Buenas noches Eva. Acabo de preguntar por el menú, espero que te guste. Primero un puré de calabaza, nos pondrán también huevo picado y taquitos de jamón por si queremos darle alegría al puré. Como segundo plato un huevo frito sobre una cama de gulas y patatas fritas. Y de postre helado de avellana con sirope de frambuesa.
Me gusta el plan.
Sabes, Eva María. Le pedí a Samuel que activase tu caso el día que me llamó mi hermana para decirme que mi sobrina quería incorporarse a tu grupo.
Ixone.
¿Sabes quién es?
Sí, una cría muy especial. La conocí en un encuentro en una parroquia. Pero hasta hace una semana no he llegado a hablar con ella. Solo hemos cruzado miradas.
Sabes entonces que empezó la catequesis de confirmación y lo dejo …
No, no sé nada de eso. No es un dato importante. Lo que me importa de Ixone es que es una mujer que busca la Verdad. Pero no de la misma forma que su tío.
¿Eso es un golpe bajo?
¡No, P. Umberto! no se lo tome todo tan a pecho. Es un simple comentario.
Bueno, el caso es que, sabes que en la sociedad, y en la Iglesia también claro, hemos hecho tanto daño a los jóvenes, y a las mujeres en especial. Hasta el abuso sexual de ellas. Y, solo pensar que a Ixone pudiera pasarle algo, verse envuelta en una secta o qué sé yo …
Te entiendo.
¿Por qué, Eva María, todos estos abusos? ¿Por qué ha perdurado este machismo, disfrazado a veces de un falso paternalismo, y especialmente contra las mujeres?
Porque hemos construido sociedades en las que las personas no han sido tratadas como personas, como iguales, sino como objetos. A todos los niveles. Los ricos a los pobres, los ricos entre ellos, y los pobres también entre ellos. Los hombres a las mujeres y las mujeres a los hombres perpetuando ese comercio entre seres humanos. Y no me refiero a los abusos evidentes de esclavitud, trata o prostitución. Me refiero a cuando para un político los votantes son votos, no personas; cuando para un empresario sus trabajadores son rendimiento laboral, no personas; cuando para un banco sus clientes son activos financieros, no personas; cuando para los sanitarios los enfermos son el número de la cama o su tarjeta sanitaria, no personas con nombres y apellidos; cuando para un profesor sus alumnos son futuros parados que le aseguran hoy su sueldo, no personas; cuando un deportista es una marca, un gol, un punto para su equipo, y no un ser humano; cuando… cuando el prójimo es cualquier otra cosa menos un ser humano igual que yo, o más, un Hijo de Dios como yo, … abonamos el campo para los abusos, y el que se siente abusado acaba abusando de otros, porque es lo normal, es lo que todos hacen con todos. Por eso es importante que haya santos y santas, y mártires, hombres y mujeres que dieron su vida por no tratar al otro como el mundo quiere sino como Dios manda. Eres muy libre de aconsejar a tu sobrina lo que consideres, pero si se une sabes que el camino no será cómodo, aunque sí te garantizo que nunca lo hará sola.
Gracias Eva María. Pásame el huevo picado. Y come, que no se te enfríe el puré.
Pásame el jamón, P. Umberto.
¿Crees que es un error el celibato? ¿Que sería mejor que los curas fuésemos casados?
¿Te arrepientes de ser célibe?
Realmente no, pero sí lo he pensado alguna vez, no voy a mentirte.
Lo que no creo que sea un acierto es imponer ningún estado de vida. Estamos en este mundo para ser felices y hacer felices a los demás. Esa es la misión universal por excelencia. Por eso cada cual debe discernir primero su estado de vida, y luego su vocación. Otra cosa es que la Iglesia se abra a diversos modelos por ejemplo de sacerdocio. Pero en el discernimiento personal debe ir primero el estado de vida: solo, célibe, en pareja, en comunidad, … es decir cómo desea uno realizarse como persona y ser feliz, sirviendo a los demás pero desde una vida en solitario o en compañía, con una pareja o con una comunidad, y luego ya ir viendo dentro de esa primera opción personal las formas de desarrollarla con una vocación al matrimonio y a la paternidad/maternidad, o solo a una vida en pareja con una vocación profesional, una vida en comunidad, qué tipo de comunidad, … Por lo tanto respondiendo a tus preguntas iniciales: el celibato en sí no es ni un error ni una bendición, es una opción de vida; y sobre la segunda yo cambiaría la pregunta ¿puedes ser sacerdote estando casado? Ambas son vocaciones, no estados de vida. Por eso elige primero tu estado de vida y luego decide si encaja con tu vocación. Muchos casados descubren que su opción de vivir en pareja no era compatible con la vocación al matrimonio.
¿De donde sacas toda tu sabiduría?
Del estudio, de la formación, de la observación y quizá algo también de inspiración del Espíritu Santo. Por cierto es riquísima esta combinación del huevo frito con las gulas y las patatas. Estaba delicioso.
Pues por ahí viene el helado con el sirope.
¿Puedo preguntarte algo P. Umberto?
Por supuesto. Aunque no niego que te temo.
No lo creo. ¿Por qué o cómo has acabado en este servicio a la Iglesia?
Uff. Samuel, prepara una infusión y una copita para mí, que esto puede ser largo.
Me vale con una síntesis.
Vale, pues sin remontarme a la Creación del Universo. Cuando terminé mis estudios de Derecho Canónico en Roma me propusieron trabajar en la Secretaría jurídica. Allí pasé dos años y posteriormente me asignaron a la Secretaría de Estado. Allí pude conocer los entresijos de la diplomacia vaticana que tiene tanta fama. Y fue con Juan Pablo II cuando se decidió crear unas delegaciones en todos los países, independientes de las nunciaturas, y que se encargarían de filtrar los temas polémicos, de manera que la Nunciatura podía enviar sus informes pero el asunto no seguiría su curso sin el informe independiente de esta delegación no oficial. De hecho, no figuramos en el organigrama de la Santa Sede. Más aún la sede central no está en el Vaticano, sino a las afueras de Roma, cerca del aeropuerto de Fiumicino.
Vamos que sois parte del servicio secreto vaticano.
Más o menos. La muerte de Juan Pablo II retrasó la puesta en marcha de este servicio. Por eso, cuando se fueron conformando estas delegaciones fue el Secretario de Estado de Benedicto XVI, Tarsicio Bertone, quien me pidió directamente que me ocupara de la delegación en España. Ese es uno de los motivos por el que la sede se encuentra camuflada en esta residencia sacerdotal en Zaragoza. Yo conocía de su existencia y me parecía el lugar idóneo para instalar nuestro cuartel general.
Y ¿estás contento en tu trabajo?
La verdad es que sí Eva María, ya sé que no es esta precisamente la labor que se le supone propia a un sacerdote, soy más un funcionario. ¡Ojo! celebro la Eucaristía todos los días y el Oficio de las Horas, que la verdad me ayuda mucho a la hora de afrontar el día a día. Y con el tiempo he ido encontrando el sentido a este departamento de filtro de chorradas como suelo decir. Si supieras la cantidad de sandeces que en torno a lo religioso, a la Iglesia, se producen cada semana. Pero en todos los países, no te creas. En la última visita que hice a Roma para dar cuentas coincidí con el compañero que trabaja en Irlanda, pues a cuenta de los Vikingos hay unas corrientes religiosas célticas que se les va un poco la pinza y se siguen mezclando ritos y leyendas paganas, e incluso inventando algunas que nunca existieron ni formaron parte de las tradiciones celtas. Esto nos exige estar muy preparados culturalmente. El compañero me contaba que le ha tocado desmontar teorías supuestamente de la cultura celta y demostrar que eran ritos importados de la polinesia por los gurús de hoy. En cambio el que trabaja en Alaska nos habló maravillas de la cultura Inuit. Su trabajo está consistiendo más en aprender de aquellos pueblos que de filtrar gilipolleces. Eso es más propio de culturas como la nuestra.
Interesante.
¿De verdad? Bueno. Se hace tarde, imagino que quieres retirarte. A mi me queda hacer algunas cosas en el despacho. Samuel, luego de acompañarla vienes para el despacho.
No hace falta, me sé el camino. Y, creo que a estas alturas no tenga miedo de que me pueda escapar.
De acuerdo. No, yo no tengo ese miedo. Pero has de saber que las salidas están vigiladas las 24 horas del día. Buenas noches. Ven conmigo entonces Samuel.
La mire con respeto y, sí, quizá también con cariño. Llevaba ya varias horas escuchándola en las reuniones con el P. Umberto. Le pedí que antes de retirarse a su habitación se sentase en una de las sillas tapizadas a juego con las cortinas del hall. No sabía cómo empezar, si pedirle perdón por haberme infiltrado, engañando. No sabía si me tenía que sentir un Judas, o un Caifás. Entonces Ella me ayudó. Me dijo que había obedecido las órdenes que me habían dado. Que no tenía ni que avergonzarme ni arrepentirme. Que estaba haciendo un servicio a la Iglesia. Me hizo un repaso de los días que yo había estado en la comunidad. Me confesó que Marta y Alberto sospechaban algo, y que por eso habían decidido invitarme a acompañarles a la casita cerca de Langre. Me explicó que por eso se llevó el papel con la cruz dibujada, era la señal para sus hermanos de tener que dispersarse por el mundo. Me contó algunos momentos en los que nuestras miradas se habían cruzado y lo que fue viendo en cada encuentro de miradas. Al final yo solo la escuché y le di las gracias. Reconozco que sentí el deseo de abrazarla pero, no tuve valor de hacerlo. Pero desde aquel momento lo que sí puedo decir es que me siento con una paz interna como nunca la había sentido antes.
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