Reflexiones de verano a partir de una imagen Quitemos (las otras) alarmas y los cordones de prohibido el paso
podríamos hablar de otras alarmas que blindan el acceso a Cristo hasta tocarle el manto. Pero siempre hay quien sortea las barreras, burla las alarmas, se salta los cordones de “seguridad” que otros ponen
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
El otro día paseando entré en una preciosa y coqueta iglesia de mi ciudad y a pie del presbiterio me encontré con el cartel que aparece en la foto. Sí, ya sé que está puesto para evitar robos de objetos sagrados o incluso algún acto vandálico o sacrílego, que siempre puede haber algún idiota que pensando en hacer daño a la Iglesia se mete con quien más le ama. Pero mientras estaba sentado en los bancos de esta iglesia me ha venido a la cabeza un pensamiento que no he podido evitar y que comparto.
¡Cuántas alarmas hemos colocado en la Iglesia para evitar que muchos se acerquen a Cristo! Alarmas en forma de códigos, normas y leyes. Una alarma para que las mujeres no accedan al sacerdocio, ¡no vaya a ser que sea del agrado de Dios!; Algunos tienen esas alarmas muy sensibles y detectan incluso intentos de acercamiento a través del diaconado femenino; menos mal que algotros quitaron las alarmas y han llegado incluso a ordenar válidamente al parecer a algunas mujeres, he leído que hay unas 300 en esta situación. Sí están excomulgadas mientras las cosas no cambien, pero ya he dicho que así como algunos las condenan, algotros las aceptan.
Alarmas para evitar que parejas homosexuales o de divorciados sean bendecidas, no vaya a ser que lo de Amaros unos a otros resulte que también los incluye a todos. Así como algunos ponen el grito en el cielo y si fuese por ellos esta gente no pisaría la iglesia; algotros han desactivado las alarmas y ya no solo practican fiducia supplicans, sino que los bendicen como Dios manda.
¡Si algunos tienen activada la alarma hasta para cuando los niños molestan en misa!, que lo he vivido en primera persona, menos mal que siempre ha habido gente como el nuncio con el que me crucé un día (hace años bien es cierto) de camino a la catedral de Zamora que dio expreso permiso a mis hijos pequeños para “incordiar” en misa. Alarma desactivada.
Y así podríamos hablar de otras alarmas que blindan el acceso a Cristo hasta tocarle el manto. Pero siempre hay quien sortea las barreras, burla las alarmas, se salta los cordones de “seguridad” que otros ponen.
Pero bueno esto es solo una digresión a cuenta de la foto. Entiendo que para evitar ciertas tentaciones a los idiotas algunos piensen en estas medidas. Aunque Cristo creo que nunca las aprobaría.