Muere el sacerdote y misionero alavés Koldo Montoya Vitoria pierde a uno de sus pastores más carismáticos, Koldo Montoya
Tras siete años de misionero en Ecuador con las Misiones Diocesanas Vascas regresó para dedicarse a la pastoral parroquial
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Muere Koldo Montoya, sacerdote de la parroquia de Santa Clara en Zabalgana. Nacido en Rivabellosa el 21 de febrero de 1959, Montoya fue ordenado diácono el 29 de junio de 1982 en la capilla mayor del Seminario de Vitoria y posteriormente fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1983. Su primer nombramiento fue el de coadjutor durante siete años en la Parroquia de San Juan Bautista de Vitoria. De allí marchó después, durante siete años, de misionero a Ecuador a la diócesis de Los Ríos. Al volver de Ecuador fue ordenado párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza en la capital alavesa, donde permaneció quince años hasta formar parte de la Parroquia de Santa Clara en Zabalgana. Allí ha sido el primer párroco desde el 26 de septiembre de 2010, fecha de la inauguración de la parroquia, hasta su fallecimiento. Goian bego
Non solum sed etiam
¡Dios qué semana! El sábado se nos fue Toni Vadell y este jueves Koldo Montoya. Por distintos motivos a los dos conocí y de los dos tengo muchos y gratos recuerdos.
Con Toni comparto con orgullo la primera promoción de comunicadores cristianos de la UPSA; y con Koldo, con Koldo sentía una especial admiración desde mis años de Seminario. Hoy en el grupo de whatsapp de exseminaristas, uno recordaba “cuando éramos apenas unos chiquillos “latinos”, él y otros “teólogos” seminaristas fueron nuestros referentes.
Koldo ha sido un modelo de buen pastor. Bastaría con recoger lo que estos días comenten quienes han sido en algún momento sus feligreses para editar un “manual del buen pastor” para el futuro clero. Koldo podría ser hoy para las nuevas hornadas de presbíteros un modelo a seguir, una referencia; y ahora alguien a quien encomendarse en su tarea pastoral. Koldo conocía a sus ovejas y sus ovejas conocían su voz.
Koldo ha sabido hacer “milagros” en las parroquias. Koldo ha sido un “santo de la puerta de al lado”.
Koldo es un referente de ese clero vasco misionero allí y aquí, ese clero vasco capaz de incardinarse tanto en Euskadi como en Ecuador, de ser Iglesia allí donde esté, sin apellidos, sin ideologías, solo Iglesia de Jesús de Nazaret.
Koldo ha sido un sacerdote con el evangelio en la mano, que ha sabido acercar a Dios a los hombres, y a los hombres y mujeres a Dios sin necesidad de usar cánones ni decretos, solo la Palabra y la Misericordia divina.
Koldo ha conectado con los niños y los ha sabido poner en medio de la Asamblea, con los jóvenes de todas las generaciones, con las parejas, sin meterse en sus vidas, con los ancianos siendo un padre para ellos.
Koldo no era amigo de halagos, y desde el cielo, porque no concibo otro lugar para él, me estará mandando a la m… con una sonrisa.
Koldo, querido amigo y hermano mayor, gracias por todo lo que has dado. Eskerrik asko. Goian bego.