Vitoria celebra el final de la fase diocesana del Sínodo Una exposición de buenos deseos y propuestas proactivas con la esperanza de que sean pronto una realidad

Una exposición de buenos deseos y propuestas proactivas con la esperanza de que sean pronto una realidad
Una exposición de buenos deseos y propuestas proactivas con la esperanza de que sean pronto una realidad VLG

Unas 400 personas participaron en esta Asamblea que clausura la primera fase del Sínodo en Vitoria

El Vicario General, Carlos García Llata, coordinador de esta fase en Vitoria ha mostrado su emoción ante la respuesta de participación plural, respetuosa y esperanzadora

“Somos gente vocacionada, estamos porque queremos estar”

El 75% de las participantes en esta fase sinodal han sido mujeres

Con puntualidad a las diez de la mañana monseñor Elizalde daba la bienvenida a los asistentes a la Asamblea diocesana convocada para la finalización y presentación de las conclusiones de la participación de la Diócesis en el Sínodo convocado por el Papa Francisco.

El primer gesto fue la oración y la escucha de La Palabra. Tras la música interpretada por  el dúo “Carlos y Whitney’”, la oración de San Isidoro de Sevilla sirvió para cerrar este primer momento.

Todo el acto fue conducido por la periodista de Onda Cero Susana Marqués

La danza y los lazos con la tierra y sus tradiciones fueron ambientando la asamblea antes de dar paso a las conclusiones, fruto del trabajo realizado en parroquias,  comunidades, movimientos, asociaciones y colegios.

Durante los últimos seis meses se ha hablado sobre asuntos tan importantes  como la vida eclesial en la actualidad, los temas sociales que afectan a la Iglesia, el  papel de los jóvenes, la presencia de la mujer, la promoción de los migrantes, la  lucha contra la pobreza y la exclusión o la transmisión de la fe a las nuevas  generaciones, entre otros muchos más temas. También se ha intentado responder a cuestiones  sobre cómo se viven las celebraciones y cómo se promueve la participación interna,  si la Iglesia escucha y acompaña de manera efectiva a creyentes y no creyentes de  toda edad y condición, cómo se dialoga y en qué espacios, cuáles son las diferentes  responsabilidades que tienen los fieles dentro de la Iglesia, cómo ser una Iglesia más  abierta, de qué manera hacer más atrayente el anuncio del Evangelio o cómo  afrontar los desafíos actuales que afectan a las familias, al trabajo o al ocio.

El vicario general, Carlos García Llata, que ha llevado la coordinación de esta fase en la Diócesis, expuso una primera presentación para enmarcar el acto de este día. Garcia Llata, ha hecho público un resumen de todo lo  tratado en este tiempo y también para agradecer la gran participación. “Nos  reunimos, no sólo para mostrar las aportaciones de los distintos grupos sinodales  que se han constituido en la Diócesis, sino también para evocar, agradecer y  celebrar una experiencia que nos ha hecho ser más Iglesia. Hemos caminado y  reflexionado juntos, hemos discernido sobre cuáles son los procesos que pueden  ayudar a toda la Iglesia, universal, a vivir la comunión, a realizar la participación y abrirse a la misión. Todo esto lo hemos hecho con ilusión y ánimo”. Haciendo un  repaso de este proceso sinodal ha asegurado además que “nuestro caminar juntos  es lo que mejor realiza y manifiesta la naturaleza de la Iglesia como Pueblo de Dios  peregrino y misionero, que visibiliza a nuestra Iglesia en su identidad y su misión”.

“Hemos  recibido 107 aportaciones de grupos, sabiendo que aún no tenemos todas las que  se han recabado sus conclusiones”. También ha compartido datos como que “sólo  un 10% de las parroquias no han participado en este proceso” y que el 75% de  participación han sido mujeres en toda la Diócesis” (Este dato ha sido recibido con una ovación por el público asistente). “La presencia de los jóvenes en  los grupos parroquiales ha sido de una media de dos por cada grupo, además de  muchas aportaciones de los jóvenes provenientes de colegios religiosos y de grupos  de confirmación. También los niños tuvieron un cuestionario adaptado a su edad y  que se trasladó a los grupos de catequesis que se reunieron en el Seminario en una  jornada especial. Asimismo, ha habido un grupo de mayores que ha enviado sus  aportaciones y 30 aportaciones individuales enviadas a través de la página web”. El Vicario General ha puntualizado que todas las aportaciones, además de las conclusiones serán remitidas a la Conferencia Episcopal Española.

García Llata ha enumerado los temas que más se han repetido: "La labor social de la  Iglesia, la mujer, el laicado, la formación, los alejados, la espiritualidad, el diálogo y el  discernimiento, la corresponsabilidad, la comunicación, la comunidad y la  celebración”. El Vicario ha recordado que “este proceso sinodal no termina aquí,  sino que ha venido para quedarse, con diálogo y escucha, una Iglesia abierta,  generosa, integradora de sus distintas sensibilidades y conciliadora”.  “No esperéis hoy encontrar matices de vuestras aportaciones” ha matizado en uno de los momentos de su intervención.

“En estos meses hemos sentido el impulso del Espíritu que nos lleva a salir de  nuestros entornos eclesiales seguros para tomar conciencia de que compartimos la  aventura de la vida con otras personas y grupos, no sólo de nuestro territorio sino  también de un mundo cada vez más globalizado” ha finalizado subrayando que “la  gran tarea que hemos de asumir entre todos, como Iglesia local presidida por el  Obispo es ser una Iglesia abierta a todos”. 

García Llata ha señalado que:  “de algunas de las aportaciones se desprenden propuestas concretas, unas que dependen su puesta en marcha de la Iglesia universal, pero otras, que afectan a la Iglesia local y pueden ser realidad en breve”

Nacho Eguizabal, Lourdes Ochoa y Marian Martinez, de diversos organismos de la  Diócesis, han desarrollado más en detalle los temas más repetidos en las reuniones  sinodales durante los últimos 6 meses y las muchas propuestas que se han hecho  desde los grupos sinodales de todo el territorio. 

Tras otros momentos como testimonios, música coral juvenil a cargo de Musikalde  Elkartea y una pausa para un café, se ha ido finalizando este acto en el Palacio  Europa con las palabras finales del Obispo de Vitoria mostrando su alegría de “cómo  hemos podido dialogar estos meses sin herirnos”, advirtiendo que “si nos miramos  demasiado a nosotros mismos y sólo hablamos de nosotros mismos, podemos  perder de vista al Señor que nos envía y a los hermanos más pobres y vulnerables a  los que somos enviados”, por lo que ha invitado a “de nuevo a mirar a Jesús, que se  hace presente en la Eucaristía, en su Palabra y en la fracción del pan”. 

Esta importante jornada para la Diócesis de Vitoria ha sido clausurada con la  celebración de una misa en la parroquia de San Mateo, justo enfrente del Palacio  Europa, con la participación de muchos sacerdotes y fieles de diferentes zonas de  Vitoria y de Álava. Y las últimas palabras en la celebración las ha vuelto a poner el Vicario General, que ha reconocido haberse emocionado al comprobar que en esta Asamblea se había hecho presente la pluralidad de la diócesis, el encuentro fraterno entre hermanos que piensan diferente, pero que están dispuestos a caminar juntos. 

Non solum sed etiam 

La Asamblea de esta primera etapa del Sínodo convocado por el Papa Francisco ha sido un resumen de todo lo trabajado. Claro, resumir lo que ya se ha dado resumido es caer en la inevitable obligación de seleccionar y escoger dejando en el tintero muchas cosas. Por eso, quien quiera abundar en lo que la Diócesis de Vitoria ha aportado a este Sínodo, le remito a la web de la diócesis https://diocesisvitoria.org/  y ahí irá encontrando todo lo que se vaya publicando. 

Pero, no puedo resistirme a hacer mi particular y habitual “Non solum sed…”

Empezaré por las palabras que, por repetidas en esta Asamblea, se me antojan que son claves en las conclusiones de esta Asamblea. Estas palabras, y expresiones son: Diálogo; Participación de todos (y todas); Visibilización de mujeres y jóvenes; Corresponsabilidad (clero, consagrados y consagradas, y, laicos y laicas); Formación y Espiritualidad; Celebración y Oración; Autoridad sí, pero coherente, servicial y dialogante; más democracia y menos paternalismo; el liderazgo compartido y desde el servicio (vamos! aquello de que el que quiera ser el primero que sea vuestro servidor); Comunicación y participación social (importancia del uso de las nuevas tecnologías y medios de comunicación); Transparencia de defectos y virtudes; Y participación y visibilización de la Iglesia en foros y plataformas de fuera de la Iglesia. 

¡Casi nada! 

Confieso que he acudido a esta Asamblea con un doble sentimiento de esperanza y de falta de fe a partes iguales. Y confieso que, he salido con la balanza de la esperanza más cargada. Elizalde lo ha recordado en su homilía y yo también me he quedado con el comentario de uno de los participantes cuando dijo: “Una preocupación ha quedado en nuestras conclusiones del grupo: no hemos encontrado en nuestras reflexiones la palabra AMOR”. Y Tan importante es que solo desde el AMOR será posible que quienes tengan la tentación de permanecer anclados en sus postulados “conservadores” o “progresistas” reconozcan que otra forma de ser Iglesia está llamando a la puerta a gritos, y tendrá que entrar por las puertas y ventanas de las parroquias. Ha llegado el fin del “porque siempre se ha hecho así”. 

Recogiendo también frases de los testimonios que se han expresado en esta asamblea, yo también afirmo que: “Todos y todas podemos decir algo”; que “Los que estamos hoy en la Iglesia somos gente vocacionada que estamos donde queremos estar”; que un gran paso está siendo el “ser capaces de poner nombres y apellidos a los pobres, vulnerables y necesitados”; que “tenemos un “producto” que muchos no conocen, pero a veces ni nosotros mismos parecemos conocerlo”.

Lo ocurrido hoy, no ha sido un “The End” sino un “To be continued”.

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