Unión Editorial edita en castellano “Un Liberal, llamado Jesús”, de Charles Gave Una obra que afirma que “el liberalismo es la única filosofía económica conforme con los Evangelios”
Gave ofrece una lectura muy personal de las parábolas del Evangelio
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
El próximo 28 de abril se presenta en Madrid la traducción al castellano de la obra “Un liberal, llamado Jesús”, del francés Charles Gave. Es un libro que reivindica el liberalismo económico y su defensa desde los valores cristianos haciendo uso solo de las palabras atribuidas a Jesús de Nazaret. Su traducción al castellano ha sido revisada por Guillermo Franco Frías, a quien entrevisto para presentar esta obra.
El acto se celebrará en la Universidad Francisco Marroquín (C/ Arturo Soria 245) el jueves 28 de abril a las 18:30. Reservas de asistencia en info@centrocovarrubias.org
En 2001 Gave publica « Des lions menés par des ânes », «Leones conducidos por Asnos». Dedicó este libro a mostrar en primer lugar cómo la aplicación de la lógica griega causa-consecuencia, a la creación y distribución de la riqueza, había llevado a niveles de bienestar nunca antes soñados; y a continuación analizó el abandono de esta lógica en aras de unas muy ideologizadas políticas económicas, y en 2005, Gave se ocupó del segundo pilar de nuestra civilización, la Moral cristiana, y los ataques que está sufriendo. Gave ve la Moral cristiana como un mensaje moral permanente que traspasa el tiempo y el espacio. Esta visión de la Moral cristiana, , le lleva a Charles Gave a preguntarse qué tiene que decir la Moral cristiana sobre la economía hoy en día. Para averiguarlo, prescinde de intermediarios, y acude directamente a la palabra de Cristo, tal y como está recogida en los Evangelios. El resultado es este libro “Un liberal llamado Jesús”, un libro sobre la economía a la luz de los Evangelios, y las reflexiones morales que tal perspectiva provoca.
Non solum sed etiam
Una vez terminado de leer el libro puedo seguir recomendando su lectura como Palabra de Gave, y punto. Si bien comparto muchas de las reflexiones y análisis, por pura lógica y adhesión personal a los planteamientos que expone, no por mis conocimientos de economía que son muy básicos. Sin embargo tampoco elevo a la categoría de verdad absoluta las reflexiones de este autor. Además de haber encontrado alguna que otra injusticia, como la que se refiere a meter en el mismo saco a todas las ONGs y la distribución de sus ingresos (Manos Unidas que yo recuerde y por datos ofrecidos desde una auditoría externa, solo destina el 2% a cuestiones administrativas de la Organización), y no creo que en el país vecino las cosas sean muy diferentes. También he encontrado alguna ausencia evangélica como la parábola del hijo pródigo, para el que el liberalismo dudo tuviese la condescendencia y trato dado por el Padre.
Afortunadamente estoy convencido de que Dios no milita en ninguna ideología terrenal, que su lógica y sus matemáticas son de otro mundo, y eso nos salva, y que tan válidas me parecerán siempre las lecturas liberales o socialistas, o incluso comunistas en todo aquello que logren hacer un mundo mejor, donde los ricos no sean ricos por explotación de los pobres sino por una justa gestión de los bienes de este mundo; donde la propiedad privada se respete siempre y cuando no haya sido obtenida ilícitamente; pero también donde la comunión de bienes siga siendo un principio rector para garantizar una vida digna a todos; donde la colectividad no sea borreguismo sino fraternidad. Sinceramente, creo que se puede ser liberal y cristiano, socialista y cristiano, e incluso apolítico y cristiano. Lo que resulta más complicado es vivir el cristianismo a lo Robinson Crusoe.
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