5 de octubre, Día Mundial de los Docentes Desafíos y referentes para una enseñanza comprometida con las personas y el amor por conocer
Profesor y profesar vienen de la misma raíz, la de fe; por eso tradicionalmente la enseñanza se ha considerado una ocupación altamente vocacional y de servicio
En un capítulo de "La interioridad como oportunidad educativa" (PPC), se apuntan algunas de las tensiones que cercan a los docentes: “las pruebas PISA, los indicadores de mejora, los resultados, el fracaso escolar, las notas de selectividad, la presión por innovar, la dispersión provocada por las multitareas asignadas…”
Tal vez haya que empezar por mirar más de cerca a los referentes de un proceso de enseñanza-aprendizaje más humano y deseable. Los que nos hicieron ilusionarnos
Tal vez haya que empezar por mirar más de cerca a los referentes de un proceso de enseñanza-aprendizaje más humano y deseable. Los que nos hicieron ilusionarnos
Antes del mundo contemporáneo, la escuela era una fábrica de estatus, una herramienta utilizada por el poder (político o religioso) para formar ciudadanos patriotas. Que a través de lo asimilado en el aula (sobre todo en asignaturas como la de historia), legitimaran en sus cabezas que la realidad era la que les interesaba a los poderosos. Vinculada a esta idea nació la figura del profesor, “el que habla en nombre de la sociedad” a los alumnos, explica Mariano Fernández Enguita. Profesor y profesar vienen de la misma raíz, la de fe; por eso tradicionalmente la enseñanza se ha considerado una ocupación altamente vocacional y de servicio.
Sin embargo, la enseñanza en España, actualmente, arruga el ceño. Entre huelgas en la pública, rechazo a la nueva ley en la concertada y pupitres que, en pandemia, más bien parecen cápsulas, el desconcierto aumenta y ya no se recuerda desde cuándo ‘viene de largo’. En un capítulo de "La interioridad como oportunidad educativa" (PPC), se apuntan algunas de las tensiones que cercan a los docentes: “las pruebas PISA, los indicadores de mejora, los resultados, el fracaso escolar, las notas de selectividad, la presión por innovar, la dispersión provocada por las multitareas asignadas…”. Un escenario estrenaste, que aplasta a los profesores y con frecuencia les aleja de aquello por lo que decidieron enseñar: la proximidad con las personas a las que se educa. Ayudar a los estudiantes a reflexionar, a conocerse y a cuidar de los demás. “El sueño de la razón de una educación desgajada” del cultivo de esa profundidad, explica otro libro de PPC, "Educación y cambio eco-social", “ha producido y sigue reproduciendo esta monstruosidad social”.
En el mismo sentido, la profesora María Acaso, que le ha dedicado mucha tinta al activismo educativo para evitar que los adolescentes y jóvenes de hoy acaben peligrosamente “educados por los medios” de comunicación, defiende que “los profesores no damos clase, tenemos una misión en el mundo”. En tiempos de dictadura de lo digital y sobresaturación de información, se hace cada vez más necesario recuperar la raíz de la docencia.
¿Cómo conseguirlo? José Antonio Marina ha apuntado en múltiples ocasiones “la importancia educativa que tuvo el aprendizaje por imitación”, y tal vez haya que empezar por ahí: por mirar más de cerca a los referentes de un proceso de enseñanza-aprendizaje más humano y deseable. Los que nos hicieron ilusionarnos por cosas impensables.
Muchas de esas figuras inspiradoras enseñaron en entornos rurales, donde la proximidad suele surgir con mayor espontaneidad. La novelista y maestra de Primaria Carmen Guaita, por ejemplo, recuerda en su libro "Lo que mis alumnos me enseñaron" sus primeros pasos en la docencia, en un pueblo adonde por entonces no llegaba la carretera. “Mis alumnos no habían recibido nunca una carta y mi propio abuelo escribió treinta diferentes, dirigidas a aquellos chiquillos, así que celebramos una gran fiesta cuando llegó el cartero. Recuerdo que las familias del pueblo me inundaban a diario de pan caliente y leche recién ordeñada”. Simplemente en esta anécdota, Guaita señala un elemento muy valioso en la enseñanza: la implicación de la comunidad (del abuelo a los vecinos).
Paradigma del maestro rural, de su encanto y sabiduría proverbial, es el personaje creado por Antonio Machado, Juan de Mairena. Fuera de la ficción, pero mezclándose en su literatura poética, la chilena Gabriela Mistral también fue maestra rural y escribió reiteradas defensas del valor de la educación para el bienestar emocional de la persona: “¡Libros callados, libros de estanterías, / (···) que siendo tan tristes nos hacen la alegría!”. Por último, desde la Córdoba rural Juana Castro tejió, más recientemente, en su poesía un homenaje a su aula y a sus pequeños pobladores: “un gamo de colores recorriendo la pizarra. / Mi jaula de mil pájaros, / mi retablo sin fin de maravillas”.
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