"Excelente complemento aclaratorio de todo lo que el mismo Cardenal Fernández ya había propuesto" Espléndida respuesta a los atacantes de Fiducia Supplicans (III)

Bendiciones gays
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"A lo largo de la dialogante y fraterna respuesta sigue estando y  quedando muy claro lo que siempre estuvo claro desde la primera hasta la última línea de Fiducia Supplicans"

"Cada palabra y cada frase tienen que ser entendidas e  interpretadas con su significado propio y dentro del conjunto comunicativo al que pertenecen"

"Aceptar que los obispos y los sacerdotes, haciendo uso de un válido discernimiento  cristiano, apostólico y cultural, pueden buscar formas discretas y válidas para cumplir adecuadamente con la ineludible necesidad y obligación de bendecir pastoralmente"

El Cardenal Víctor Manuel  Fernández, Responsable del Departamento Defensa de la Fe Católica, acaba de publicar una clara, válida y muy fundamentada respuesta a los atacantes a Fiducia Supplicans (Confianza Suplicante) , al igual que lo hizo al formular el espléndido Fiducia Supplicans (Confianza Suplicante) ratificado por el Papa Francisco.

A lo largo de la dialogante y fraterna respuesta sigue estando y  quedando muy claro lo que siempre estuvo claro desde la primera hasta la última línea de Fiducia Supplicans (Confianza Suplicanter):

Necesidad de leer despacio, con cuidado y con sana intención de entender correctamente de principio a fin y en conjunto lo expresado en Fiducia Supplicans (Confianza Suplicante).

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Bendiciones gays

Para poder cumplir con este elemental requisito de inteligente lectura comprensiva, me permito sugerirle a los atacantes de Fiducia Supplicans (Confianza Suplicante) que además de Jaime Balmes y Paulo Freire, como ya les sugerí en mi anterior artículo, se esfuercen por conocer y practicar el mínimo esencial de la propuesta de Edgar Morin (1921-) sobre la necesaria interpretación epistemológica de Fiducia Supplicans (Confianza Suplicante): cada palabra y cada frase tienen que ser entendidas e  interpretadas con su significado propio y dentro del conjunto comunicativo al que pertenecen.

Creo que si los aguerridos, militantes y, algunos de ellos bien pagados y recompensados, atacantes de Fiducia Supplicans (Confianza Suplicante) acatan la necesidad de cumplir con esta primera e ineludible necesidad de lectura inteligente comprensiva, entender bien lo leído,  dejarán de decir todas y cada una de las incultas necedades que están propalando sobre este excelente documento papal y estarán pastoralmente dispuestos y deseosos de bendecir misericordiosamente a cuantos seres humanos, solos, en parejas o en grupos solidarios, se  lo pidan a su sacerdotal, episcopal o cardenalicio corazón cristiano. 

Necesidad de aceptar lo que el documento repite una y otra vez, desde su principio hasta su final: En este documento la Iglesia no cambia en nada su enseñanza permanente sobre la homosexualidad y sus prácticas interpersonales y sobre el matrimonio cristiano, constituido con carácter permanente, por parejas de hombre y mujer y abiertos a la propagación de la vida.

Aceptar que este documento sí contiene un valioso, digno, humano y evangélico desarrollo doctrinal y pastoral: la válida conveniencia cristiana de bendecir pastoralmente a homosexuales que conviven en pareja y a heterosexuales que conviven irregularmente en parejas matrimoniales.

El Papa entrega la birreta a Víctor Manuel Fernández
El Papa entrega la birreta a Víctor Manuel Fernández

Aceptar que los obispos y los sacerdotes, haciendo uso de un válido discernimiento  cristiano, apostólico y cultural, pueden buscar formas discretas y válidas para cumplir adecuadamente con la ineludible necesidad y obligación de bendecir pastoralmente, en nombre y al modo de Jesús, a toda persona que humilde y esperanzadamente lo solicite, sea homosexual, heterosexual y lo haga solo, acompañado de personas con las que convive o en grupos solidarios.

Esta nota de prensa del Responsable del Departamento Vaticano  para la Conservación y Promoción de la Verdad Católica, Cardenal Víctor Manuel  Fernández, es un excelente complemento aclaratorio de todo lo que el mismo Cardenal Fernández ya había propuesto, avalado por el Papa Francisco, en Fiducia Suplicans (Confianza Suplicante).

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