"Un papa emigrante. Signos y palabras conjugados" Francisco, un ayer que es futuro, olor fresco del evangelio
"Nuestro papa es un emigrante venido del fin del mundo. La huella emigrante la tiene pues en su ADN y desde luego le sale por los poros con un lenguaje y unos signos rotundos y significativos"
"Pero también muchos lo han visto como un peligro. Sobre todo, los que no han sabido descubrir en sus gestos y sus palabras, palabras rotundas y gestos sencillos, el olor fresco del evangelio en continuidad con los papas anteriores y con los mejores hijos de la Iglesia"
"No quiero hacer un relato pormenorizado de la década del papa que otros lo harán mucho mejor. La sintetizo en dos momentos como homenaje y agradecimiento por su vida que Dios guarde muchos años
"Me uno así a la gran corriente de estos días a la hora de destacar dimensiones del Papa Francisco. A mí me alegra hacerlo desde mi pasión por los migrantes, 'oportunidad y gracia para el fortalecimiento de nuestras comunidades'"
"No quiero hacer un relato pormenorizado de la década del papa que otros lo harán mucho mejor. La sintetizo en dos momentos como homenaje y agradecimiento por su vida que Dios guarde muchos años
"Me uno así a la gran corriente de estos días a la hora de destacar dimensiones del Papa Francisco. A mí me alegra hacerlo desde mi pasión por los migrantes, 'oportunidad y gracia para el fortalecimiento de nuestras comunidades'"
| Jose Luis Pinilla Martin s.j.
Nuestro papa es un emigrante venido del fin del mundo. Un Papa hijo de emigrantes italianos; de segunda generación, y “retornado a Italia, país de origen de la familia –casi- contra su voluntad”. La huella emigrante la tiene pues en su “ADN “ y desde luego le sale por los poros con un lenguaje y unos signos rotundos y significativos.
Pero también muchos lo han visto como un peligro. Sobre todo, los que no han sabido descubrir en sus gestos y sus palabras, palabras rotundas y gestos sencillos, el olor fresco del evangelio en continuidad con los papas anteriores y con los mejores hijos de la Iglesia
No quiero hacer un relato pormenorizado de la década del papa que otros lo harán mucho mejor. La sintetizo en dos momentos como homenaje y agradecimiento por su vida que Dios guarde muchos años. Tras la petición cordial que me hace Religión Digital
Uno con el recordatorio público de uno de sus primeros y principales momentos donde se concentraron sus signos y sus palabras. Su visita a la isla de Lampedusa. Y el otro como reliquia personal que guardo de mis encuentros con él mismo.
Desde su primera visita a Lampedusa
Signos
Es el 8 de julio de 2013. Sobre las aguas de la isla de Lampedusa, frente a la "Puerta de Europa", el monumento en memoria de los migrantes muertos en el mar, en el extremo sur de la isla, el recién elegido Pontífice lanza una guirnalda de flores blancas y amarillas en recuerdo de quienes perdieron la vida en las travesías en busca de un futuro mejor. Esas imágenes dan la vuelta al mundo y permanecen imborrables. Conmovedor fue, poco después, su encuentro en Punta Favarolo con los inmigrantes. Recibido con cantos africanos, el Papa los saludó uno a uno e intercambió algunas palabras con algunos de ellos..
"El recién elegido Pontífice lanza una guirnalda de flores blancas y amarillas en recuerdo de quienes perdieron la vida en las travesías en busca de un futuro mejor"
Y el imborrable recuerdo del altar de la misa, una patera. La cruz y el cáliz, trozos de las barcazas azules que llegaron a la isla aquellas tras noches terribles de hundimientos y ahogados. En vez de un lujoso coche oficial, un jeep pequeño, viejo y prestado. Y unas palabras como rendija por donde el Papa colocó sus golpes directos al corazón.
Palabras
Entre otras: “¿Quién de nosotros ha llorado por la muerte de estos hermanos y hermanas, de todos aquellos que viajaban sobre las barcas, por las jóvenes madres que llevaban a sus hijos, por estos hombres que buscaban cualquier cosa para mantener a sus familias? Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia del llanto... La ilusión por lo insignificante, por lo provisional, nos lleva hacia la indiferencia hacia los otros, nos lleva a la globalización de la indiferencia”.
Y después de apelar a las conciencias de cada uno, el papa Francisco quiso elevar el tiro. A la hora de elevar la plegaria a Dios, dijo: “Te pedimos ayuda para llorar por nuestra indiferencia, por la crueldad que hay en el mundo, en nosotros y en todos aquellos que desde el anonimato toman decisiones socioeconómicas que abren la vía a dramas como estos. Te pedimos perdón por aquellos que con sus decisiones a nivel mundial han creado situaciones que conducen a estos dramas
"Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia del llanto... La ilusión por lo insignificante, por lo provisional, nos lleva hacia la indiferencia hacia los otros, nos lleva a la globalización de la indiferencia"
Signos y palabras conjugados
Es frecuente la crítica a la Iglesia porque hay demasiados curas que solo hablan de lo divino en sus sermones, asegurándose de no pisar los callos del poder ni molestar demasiado a sus feligreses. No están las iglesias como para espantar al respetable. Pero este argentino vestido de blanco llegó al Vaticano con ganas de llamar la atención. No sobre su persona sino sobre la misión encomendada. Decidió que su primer viaje oficial fuera a Lampedusa. Y que el blanco de su sotana y solideo fuera sobre todo para vestir de coherencia su discurso sobre la necesidad de que la Iglesia saliera de la autorreferencialidad y buscara las periferias del mundo al estilo machadiano, es decir ligero de equipaje. Pidió los políticos y a los altos prelados presencia sobria y rebajó la seguridad hasta tal punto que quienes quisieron acercarse a él lo pudieron hacer con gusto y facilidad Sus dos folios escasos de sermón fueron dinamita pura dijeron las crónicas de entonces. Quede este párrafo:
“¿Quién es el responsable de la sangre de estos hermanos? Ninguno. Todos respondemos: yo no he sido, yo no tengo nada que ver, serán otros, pero yo no. Hoy nadie se siente responsable, hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna, hemos caído en el comportamiento hipócrita [..]. Miramos al hermano medio muerto al borde de la acera y tal vez pensamos: pobrecito, y continuamos nuestro camino, no es asunto nuestro, y así nos sentimos tranquilos. La cultura del bienestar, que nos lleva a pensar solo en nosotros mismos, nos convierte en insensibles al grito de los demás, nos hace vivir en pompas de jabón, que son bonitas, pero son inútiles, no son nada...”.
Desde mi recuerdo personal
2014
Mientras esperábamos la audiencia con el papa Francisco en la gigantesca sala Clementina giré varias veces la mirada hacia el cuadro inmenso de Cherubino Alberti que representa la barca de Pedro surcando el mar en medio de múltiples dificultades, oleaje y vientos… Ese cuadro disparaba mi recuerdo y mi imaginación a los emigrantes que en cascarones parecidos a los del cuadro en ese momento quizás estuviesen intentado cruzar (o morir en) el Mediterráneo .
Pensaba en ellos, en este caso en los provenientes del Norte de África en los momentos previos al comienzo de sus largos viajes (a pie, en patera, o en buques destartalados, escondidos, o abiertamente protegidos por las mafias de turno...). Con miedo, sin tener nada claro los contornos del camino, pero decididos porque quieren caminar hacia la luz.
Quizás hacia la luz de plástico del Norte que desean, o quizás huyendo de los estallidos "luminosos" de las mil bombas actuales (las de la miseria y las otras) que les impiden ver la luna en la noche en sus hogares de origen. Allí estábamos para intentar que en nuestra humilde voz resonara la suya.
La media hora previa a la audiencia me sirvió para retrotraer alguna claves del VII Congreso Mundial de Migraciones en el que junto a 300 participantes de 92 `países había una amplia delegación española compuesta por 8 personas con D. Ciriaco Benavente Presidente de la Comisión episcopal de Migraciones al frente. En 2014 . Había más españoles en otras delegaciones como, Mons. Agrelo, de Tánger, y otros obispos y delegados españoles sirviendo ejemplarmente en Latinoamérica y en Europa
Recordé la grata acogida de la presentación en el plenario del Congreso de la labor de la Iglesia en España con los emigrantes. Nuestra voz recordó, al lado de imágenes, datos y proyectos que nos sirvieron de apoyo que, justo en la horas previas a que nos concedieran la palabra, ante las puertas del Congreso de diputados en Madrid, se habían presentado por parte de más de 100 organizaciones civiles y religiosas, como una petición para que no se aprobara la llamada cobertura legal a las devoluciones sumarias o "devoluciones en caliente". Ojo ¡¡¡ que estoy hablando de 2014. Dicha petición se había formulado recogiendo entre otras fuentes la de documentos de la comisión episcopal de migraciones en su función de denuncia evangélica, cuando se atenta a la dignidad de los inmigrantes, hijos de Dios y hermanos nuestros.
Silencio. Entra el Papa Francisco. Lo pasado, pasado queda. Es el presente lo que importa ahora. El Papa pide perdón por el retraso y poco a poco va desgranando su discurso. Me quedo con estos párrafos de traducción casera (seguro que la versión completa la verán en miles de sitios): La Iglesia trata de ser el lugar de la esperanza: quiere desarrollar programas para crear programas de formación y sensibilización ; levanta su voz en defensa los derechos de los migrantes; proporciona asistencia, incluido la material, sin exclusiones, porque a todo el mundo lo trata como a un hijo de Dios. En el encuentro con los migrantes, es importante hacerlo desde la perspectiva integral, para tratar de mejorar sus potencialidades en lugar de ver sólo un problema a resolver. El emigrante es Cristo. Su presencia es un recordatorio de la necesidad de erradicar la desigualdad, la injusticia y la opresión. De esta manera, los migrantes pueden convertirse cooperadores en la construcción de una identidad más rica para las comunidades que los acogen, así como para las personas que los reciben, estimulando el desarrollo de sociedades inclusivas, creativas y respetuosas con la dignidad de todos.
Termina su discurso. Saluda a los obispos. Con afecto a nuestro Presidente D. Ciriaco Benavente . Y Monseñor Agrelo le entrega un libro de salmos y fotos de los emigrantes del Estrecho elaborado por la Diócesis de Cadiz-Ceuta con una reproducción en miniatura de una pequeña patera. Eran nuestros gestos para acompañar a las palabras. Al terminar el Papa, lentamente, nos va saludando.
Me presento:"Santidad, Soy Jesuita y trabajo en la Conferencia Episcopal española al servicio de los migrantes y la movilidad humana" A lo que entonces el papa me contestó con su humor porteño: "¿Y quien os metió en estelío?". A lo que contesté: "El mismo que a Ud. Santidad, La Obediencia". Entonces su sonrisa franca y espontánea facilitó un breve intercambio de saludos.
2017
Otro encuentro en 2017 con él mismo con unas palabras acompañadas de gestos afectuosos: Cogió su mano con la mía mientras nos saludábamos. Mirándome fijamente fui desgranando una breve información sobre los migrantes en España. Le dije que queríamos que la "comunión en la reflexión y la acción significativa fuera nuestra fuerza" como nos había pedido.
El papa desveló con detalles, que aún hoy me asombran, un gran conocimiento de las situaciones de los migrantes en nuestro país. Hablaba de diócesis concretas de España y sus dificultades en estos temas. Debía tener buenos informantes.
Habiendo aludido a mi participación en la misión común como jesuita y diciéndole como la Iglesia en España ora por él y le apoya, seguía mirándome: "Rece por mí", apostillaba. El apretón ahora era más afectuoso. O al menos así me lo pareció.
Siempre con su mirada fija en la mía he guardado los ecos de sus palabras: el impagable servicio más a los vulnerables, a los emigrantes y refugiados, a las víctimas de la trata como si sus palabras formales quisiera fijarlas con su mirada cruzándose con la mía. Y permanece el eco de lo que también entonces decía sobre Iglesias particulares en Europa, donde percibía a veces desconcierto frente a la llegada masiva de inmigrantes y refugiados. Desconcierto marcado por la crisis económica, y sus heridas profundas y por los límites del proceso de unificación europea. Y Malestar incluso aumentado por una falta sustancial de preparación de las sociedades de acogida y de políticas nacionales y comunitarias a menudo inadecuadas... O por los obstáculos con los que se debería medir la aplicación real de la universalidad de los derechos humanos, de los muros contra los que se estrella el humanismo integral, que constituía y constituye uno de los frutos más hermosos de la civilización europea.
Esto es importante: "Para los cristianos todo esto debe interpretarse, más allá del inmanentismo laicista, en la lógica de la centralidad de la persona humana creada por Dios, única e irrepetible".
Hablándome con su mirada y con palabras. El signo: la mirada y las palabras: las justas. Las que desvelaban su cariño por los que sufren en España, sobre la necesaria y contante presencia de la Iglesia en las zonas de España que tienen migrantes heridos y descartados (poniendo nombres concretos). Y palabras sobre la necesidad de la oración.
Me marchaba a indicación del ujier de turno. La mano seguía apretada la mía como si en cada uno de los cuatro movimientos finales al despedirme con su mano apretada a la mía quisiera repetirme los cuatro verbos eje de su mensaje de aquellos meses para con los migrantes, acoger, proteger, promover, integrar.
Tuve que volver a mi sitio. El que el protocolo marcaba.
Me llevé la mano al corazón. Cuatro latidos repetidos: acoger, proteger, promover, integrar. Musitaba estas palabras para mis adentros. El corazón repicaba. No sé cómo, pero en ese momento, me parecía que se movía al mismo ritmo que el suyo
Este papa desde el primer día habla de futuro. En gestos y palabras. Por eso, para seguir al pastor todos debemos darnos prisa...¡todos!
Y que la Iglesia camine con esos impulsos. Veraces y afectuosos. Como los que trasmiten la mirada y los gestos de los hombres y mujeres buenos que buscan la verdad y la justicia del Evangelio .. Como Francisco. El de la profunda mirada y el gran corazón.
Sentado miré de nuevo sus zapatos. Los de siempre Otro signo. Gastados. Como su vida
Me uno así a la gran corriente de estos días a la hora de destacar dimensiones del Papa Francisco. A mí me alegra como habéis visto hacerlo desde mi pasión por los migrantes, “oportunidad y gracia para el fortalecimiento de nuestras comunidades” como les gusta decir a la Iglesia española.
Incluso antes de ser Papa
Y para terminar: un “anteayer” que se identifica con el hoy y el futuro de este gran papa:
Porque no es este año solo el del recordatorio de un pasado: los diez años trascurridos del pontificado del papa. Son los diez años o más para seguir y perseguir también como futuro. Que para volver al pasado y para estancarse en él ya hay otras mil voces o más, que quieren dar marcha atrás sin darse cuenta que son inútiles estatuas de sal si el pasado no impulsa al futuro
Traigo, pues, unos textos y unos signos de antes de ser nombrado papa
Antes de ser Papa la primera misa que ofreció Bergoglio para los emigrantes y las víctimas de la trata y los que luchan contra la mafia la presidió en la Iglesia de los Migrantes en el barrio de La Boca. Fue en 2008 desde su cargo de cardenal y arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, respaldando el trabajo de todos los que Luchan contra la trata con fines de explotación laboral, sexual y la esclavitud en todas sus formas como la exclusión. Y donde advirtió sobre las formas modernas de esclavitud y explotación, en una emotiva Misa para inmigrantes indocumentados, “para los sin papeles” como decimos por aquí. El lema de aquel año en Argentina fue 'Con esperanza, denuncia y compromiso por una sociedad sin esclavos ni excluidos'. La celebración fue convocada por el Arzobispado de Buenos Aires, junto a la Cooperativa La Alameda y el Movimiento de Trabajadores Excluidos, organizaciones que denunciaron casos de explotación y trata de personas en talleres textiles clandestinos y prostíbulos.
Bastantes veces más había presidido la misa con motivo del aniversario de laConvención Internacional de los Derechos de los Trabajadores Migrantes, que en el año 2009 continuó en las mismas claves del año anterior añadiendo más retos: "Con esperanza, denuncia y compromiso por una sociedad… con justicia, libertad y dignidad para todos y todas”. La del 2010 la hizo dentro del hall de la estación Constitución y en el 2011 y 2012 realizó la misa en plena Plaza de Constitución donde denunció a las mafias que esclavizan y que trafican personas para los prostíbulos, talleres clandestinos etc.
Y las palabras: A la ciudad de Buenos Aires y a la Iglesia misma le ha gustado llamarla “la ciudad, la Iglesia de los mil rostros”, tal y como hizo en la misa con motivo del Día del Migrante, del 2003 Ahí señaló que la presencia de los migrantes en la capital argentina “la transforma en “una ciudad con mil rostros”. En su carta pastoral, para ese día, el entonces Cardenal Bergoglio S.J. aseguró que "acá en Buenos Aires, en la gran ciudad, en esta ciudad cada día más avanzada, también hay hermanos nuestros migrantes que los tienen trabajando 20 horas por día, 18 horas por día, les pagan una miseria y un sándwich de mortadela; que aquí también no le importa a estos egipcios modernos –no tengo nada contra los egipcios de ahora, a estos que hacen el papel de los egipcios de aquella época– estos tratantes modernos, no les importa que se mueran los chicos: pensemos los que se murieron en Caballito quemados en ese taller clandestino porque estaban enrejados". Esta misa la celebró en la puerta de un taller textil clandestino donde murieron seis personas en el barrio de Caballito
En el año 2011 subrayó la presencia Jesús entre ellos, “que viene aquí ; y no viene a proponer una teoría de la libertad o a decir cómo hacer las cosas sino que viene a decir que está con estos hermanos y hermanas nuestros que en esta ciudad de Buenos Aires viven esclavizados. Ustedes me podrán decir: “Pero Padre, usted siempre dice lo mismo” … ¡Y sí, mientras en Buenos Aires haya esclavos voy a decir lo mismo! En el colegio nos enseñaron que la esclavitud estaba abolida, pero ¿saben que es eso? ¡Un cuento chino! Porque en esta ciudad de Buenos Aires la esclavitud no está abolida; en esta ciudad la esclavitud está a la orden del día bajo diversas formas; en esta ciudad se explota a trabajadores en talleres clandestinos y si son inmigrantes se les priva de la posibilidad de salir de ahí… “
Y en el 2012 se oyó su grito al respecto : Hoy en esta Ciudad queremos que se oiga el grito, la pregunta de Dios: ¿Donde está tu hermano? Que esa pregunta de Dios recorra todos los barrios de la Ciudad, recorra nuestro corazón y sobre todo que entre también en el corazón de los “caínes” modernos. Quizá alguno pregunte: ¿Dónde está tu hermano esclavo? El que estás matando todos los días en el taller clandestino, en la red de prostitución, en las ranchadas de los chicos que usas para la mendicidad, como “campana” de distribución de droga.. ¿Dónde está tu hermano el que tiene que trabajar casi de escondidas de cartonero porque todavía no ha sido regularizado ¿Dónde está tu hermano…? ¿Dónde está tu hermano?”
¿No os recuerdan estas últimas palabras a las del papa Francisco en su primera visita a Lampedusa?
Un ayer que es futuro. Gracias Papa Francisco
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