El segundo presidente de EE.UU. que abraza el catolicismo ¿Cuánto pesará en Joe Biden su fe católica y su cercanía al Papa Francisco?
El demócrata sintoniza con el pensamiento del pontífice sobre refugiados, migrantes y cambio climático. Pero su posición frente al aborto, mete ruido en la Iglesia estadounidense y el Vaticano
El primer mandatario católico en ocupar la Casa Blanca fue John F. Kennedy, hace 60 años. En aquel momento su triunfo disparó prejuicios en muchos sectores de su país sobre un supuesto sometimiento a los dictados de la Iglesia católica
Siempre dijo que su fe lo ayudó enormemente a sobrellevar dos situaciones tremendamente traumáticas: primero, la muerte de su primera esposa y de su pequeña hija en un accidente de tránsito, en 1972, y luego la de uno de sus hijos, de 46 años, debido a un cáncer, en 2015
Siempre dijo que su fe lo ayudó enormemente a sobrellevar dos situaciones tremendamente traumáticas: primero, la muerte de su primera esposa y de su pequeña hija en un accidente de tránsito, en 1972, y luego la de uno de sus hijos, de 46 años, debido a un cáncer, en 2015
| Sergio Rubin, en Valores Religiosos
(Valores Religiosos).- El mismo día de las cruciales elecciones, el pasado martes, Joe Biden concurrió a misa. No fue un gesto de campaña, sino una actitud en línea con su fe católica. Más aún, puede decirse que es practicante: cumple con el precepto dominical y lleva un rosario en su bolsillo. Cercano al Papa Francisco y en sintonía con su pensamiento, será el segundo presidente que abraza el catolicismo en la historia de los Estados Unidos.
El primer mandatario católico en ocupar la Casa Blanca fue John F. Kennedy, hace 60 años. En aquel momento su triunfo disparó prejuicios en muchos sectores de su país sobre un supuesto sometimiento a los dictados de la Iglesia católica. Pero el propio Kennedy cortó las especulaciones, al decir que era el candidato del partido demócrata y no del Vaticano. ¿La fe católica de Biden suscita también prejuicios?
Para responder es necesario revisar los antecedes religiosos y los vínculos de Biden con los últimos pontífices. Por lo pronto, siempre dijo que su fe lo ayudó enormemente a sobrellevar dos situaciones tremendamente traumáticas: primero, la muerte de su primera esposa y de su pequeña hija en un accidente de tránsito, en 1972, y luego la de uno de sus hijos, de 46 años, debido a un cáncer, en 2015.
Como vicepresidente se reunió con Benedicto XVI. Pero fue con Francisco con quien estableció una fluida relación que trascendió lo político. En efecto: asistió a su toma de posesión, el 17 de marzo de 2013. Y en abril de 2016 participó de un seminario sobre la atención de los enfermos de cáncer en el Vaticano. Ambos cerraron el encuentro con emotivos discursos e intercambios muy fraternos.
Más aún: en septiembre de ese año el pontífice –durante su viaje a los Estados Unidos- se reunió en Filadelfia con toda su familia para confortarlos por la pérdida de su hijo. “Fue muy consolador”, dijo Biden, quien, por otra parte, acompañó en aquellos años las tratativas secretas de Francisco y el entonces presidente Barak Obama para el restablecimiento de relaciones con Cuba.
Pero Biden no solo cultivó una relación personal con Francisco. También sintoniza con sus posiciones sobre refugiados, migrantes y cambio climático, contrastando con Donald Trump. En el último debate presidencial, citó su reciente encíclica “Fratelli Tutti”. “El Papa Francisco ha hecho preguntas (allí) que cualquier persona que busque liderar esta gran nación debería responder”, dijo.
Sin embargo, no todos los católicos norteamericanos votaron por Biden, ni mucho menos. Según una encuesta solo el 49 % lo votó contra el 50 % que optó por Trump. Más allá de las preferencias partidarias –que pesaron como en otras elecciones- hubo un par de temas que lo enfrentaron sobre todo con los fieles conservadores: su apoyo a la legalización del aborto y al matrimonio igualitario. En medio de versiones de que la Corte Suprema –de mayoría republicana- acotaría la práctica del aborto, legalizado por el alto tribunal en 1973 en el histórico fallo en el caso Roe vs. Wade, Biden salió a aclarar durante la campaña que llegado el caso estaría dispuesto a impulsar una ley de legalización para que ello no ocurra. “No pienso imponer mi fe a toda la sociedad”, manifestó.
Es evidente que esta posición mete ruido al vinculo de Biden con el Papa y la Iglesia, y da argumentos a los católicos más conservadores, que no solo no simpatizan con él, sino con el mismísimo Francisco. Acaso por eso Jorge Bergoglio –acosado por la derecha norteamericana- no se apuró a saludar al nuevo presidente de los Estados Unidos.
Pero la urgencia del electo presidente –cosa que destacó en su primer discurso- es tratar de cerrar un poco la grieta que divide a los estadounidenses y que Trump se encargó de cavar con fruición. Los obispos norteamericanos se lo acaban de señalar al reconocer su triunfo.
En síntesis, salvo el aborto –un tema no menor-, Biden sintoniza a la perfección con parte de la Iglesia norteamericana (no la más conservadora) y con el mismísimo Francisco.