"Son muchas las necesidades que surgen a pie de parroquia" Luis Ángel de las Heras: "Jesús nos invita a vivir la misión en clave de lavatorio, desde abajo"
"Hay que aumentar los cauces para que podamos compartir hasta de lo que no nos sobra con quienes no tienen lo necesario para vivir"
"La festividad de San Isidro Labrador sirvió para reconocer las lecciones de la pandemia aprendidas en la aldea"
"Se dio un curioso regreso dominical a las celebraciones eucarísticas comunitarias abiertas con distancia marcada, gel desinfectante y mascarilla. La expresión facial se redujo a la mirada"
"Los fenómenos problemáticos (cambio climático, migraciones, guerras, pobreza, subdesarrollo…) son manifestaciones distintas de una sola crisis ética, cultural y espiritual"
"Se dio un curioso regreso dominical a las celebraciones eucarísticas comunitarias abiertas con distancia marcada, gel desinfectante y mascarilla. La expresión facial se redujo a la mirada"
"Los fenómenos problemáticos (cambio climático, migraciones, guerras, pobreza, subdesarrollo…) son manifestaciones distintas de una sola crisis ética, cultural y espiritual"
| Luis Ángel de las Heras, obispo de Mondoñedo Ferrol
El mes de mayo pasó raudo, con sensación de vértigo. Quizá fue uno de los efectos psicológicos de la famosa “desescalada”. Comenzó la fase 1 en Galicia y la esmeradamente preparada reapertura paulatina del culto público. Expresiones extrañas en un tiempo todavía extraño. Estuvo todo bien dispuesto, con los detalles y el cuidado debidos. La vuelta a las celebraciones comunitarias de la fe, sobre todo de la Eucaristía supuso un enorme, comprensible y loable gozo para muchos creyentes. El temor siguió presente, no hubo temeridad ninguna y triunfó la prudencia.
El 11 de mayo no pudimos celebrar el encuentro del presbiterio diocesano programado con motivo de la fiesta de san Juan de Ávila. Estaba prevista una conferencia a cargo de D. Ángel Cordovilla, sacerdote diocesano de Salamanca, profesor de teología dogmática de la Universidad Pontificia Comillas que nos iba a presentar su libro “Como el Padre me envió, así os envío yo”, teología y espiritualidad del ministerio apostólico presbiteral. Con gusto se lo regalé e hice llegar a cada sacerdote en estas fechas, esperando contar en un futuro con el profesor Cordovilla, que también sintió no poder desplazarse a Mondoñedo para estar con nosotros.
Ese día también hubo que posponer el homenaje y reconocimiento a los sacerdotes de Mondoñedo-Ferrol que celebran este año bodas de diamante (José, Luis, Alejandro, José María, Lorenzo, Luis y Restituto), de oro (Cosme, José Carlos, Marcos) y de plata (Manuel, José Angel, Manuel y Antonio). Habrá ocasión para hacerlo más adelante, Dios mediante. Sus nombres estuvieron grabados en mi mente durante esta jornada, con gratitud y admiración.
#DESESCALADA 😷⛪ La diócesis @mondonedoferrol subraya la necesidad de mantener las medidas de protección dentro de los templos #COVID19https://t.co/pJDpXkDZ4c
— Diócesis de Mondoñedo-Ferrol (@mondonedoferrol) June 8, 2020
El mismo lunes 11 por la tarde tuvimos reunión por videoconferencia del consejo diocesano de Cáritas. El encuentro virtual nos hizo poner los pies en la realidad mirando a los últimos. Como siempre debemos hacer los seguidores de Jesús, el Maestro que se abaja y desciende hasta lavar los pies a sus discípulos para invitarnos a hacer lo mismo, a vivir la misión en clave de lavatorio, desde abajo.
Son muchas les necesidades que surgen a pie de parroquia, en un momento en el que no se han podido realizar colectas a favor de Cáritas para ayudar a los más necesitados. Cáritas diocesana tiene que ayudar a cada Cáritas parroquial. También hay que aumentar los cauces para que podamos compartir hasta de lo que no nos sobra con quienes no tienen lo necesario para vivir. Un código para hacer donativos a través de una entidad bancaria es otro #GestoQueCuenta.
En medio de cada día de pandemia, del regreso cuidadoso a algunas actividades y, por supuesto a los templos, nos ayudan —aunque hay veces que nos sentimos abrumados— muchas iniciativas y propuestas.
Entre ellas, destacó el día 14 la jornada de oración Universal por el fin de la pandemia. Creyentes del mundo, independientemente de su religión, nos unimos para pedir a Dios Creador protección sobre la humanidad afectada por la pandemia del coronavirus Covid-19. La iniciativa estuvo promovida por el Alto Comité para la Hermandad Humana. Se unió el Papa Francisco y lo hicieron muchas instituciones y personas de la Iglesia y del mundo. Es tiempo de manifestar que estamos todos en la misma barca de la fraternidad universal y remamos en la misma dirección.
❤ Semana de la Caridad 2020 ❤
— Cáritas Mondoñedo-Ferrol (@CaritasMondoFer) June 7, 2020
Este año celebrar el #DíaDeLaCaridad tiene un sentido diferente y especial
🙌🏽🧔🏻 Si una persona es capaz de mejorar el mundo… ¡Imagina lo que podemos hacer en común! Es momento de ayudarnos y de sumar esfuerzos #ElPoderDeCadaPersonapic.twitter.com/IIbDv1fmSW
En la festividad de san Isidro Labrador recordamos al mundo rural, con un buen número de personas y parroquias de esta Diócesis. No pudimos reunirnos, pero sí hacer memoria. Durante el confinamiento, vivir en la aldea se convirtió en un privilegio respecto de las casas o pisos pequeños donde hubo que recluirse. En un lugar y un modo de vida bastante arduo, en el que junto a las penalidades sus gentes descubren la grandeza de vivir y trabajar allí, fue un día para experimentar esperanza en la vida rural y reconocer las lecciones de la pandemia aprendidas en la aldea. Allí hay una gran capacidad de solidaridad, habilidad y práctica para poner luz en medio de cualquier oscuridad, sensibilidad para cuidar bien a los mayores y, por supuesto, hay una conciencia de futuro que apuesta por la vida sencilla y ofrece ejemplos para responder a la necesidad de cambio que se manifestaron en este tiempo de “coronavirus”.
Comenzó la Semana Laudato Si’ con un retiro. La propuesta permitirá recoger estos momentos históricos que estamos viviendo y nos ayudará a construir el futuro. Convendrá actualizar la noticia de tantas personas que en todas partes anhelan esperanza y cómo nuestra fe en Cristo Resucitado responde a ese anhelo.
El domingo 17, aunque ya durante la semana hubo culto público, llegó el día del Señor. Se dio un curioso regreso dominical a las celebraciones eucarísticas comunitarias abiertas con distancia marcada, gel desinfectante y mascarilla. La expresión facial se redujo a la mirada, hasta donde se puede alcanzar con la distancia obligada. Sé que hubo quien al volver a comulgar experimentó un vuelco del corazón; una experiencia de encuentro entre lo humano y lo divino, el cielo y la tierra, con una fe, un amor y una esperanza transformadores que supera cualquier emoción bellamente descrita.
🙏🏼🧡 @elvideodelpapa@Pontifex_es: "Recemos para que aquellos que sufren encuentren caminos de vida, dejándose tocar por el Corazón de Jesús" @vaticannews_es#CompasiónPorElMundo ▶ ¡Dale al PLAY! pic.twitter.com/Aa0tMP4L2T
— Diócesis de Mondoñedo-Ferrol (@mondonedoferrol) June 5, 2020
Por otra parte, resultó inevitable dudar si nos acostumbraríamos a las mascarillas y a usar el gel desinfectante sin miedo a olvidarlo.
El 17 fue el Día Das Letras Galegas. Dedicado este año al ferrolano Ricardo Carballo Calero. En su honor, el compositor Miguel Brotóns, ferrolano de adopción, puso música a un poema del homenajeado que se pudo y se puede disfrutar online —“Ferrol 1916”— como dos piezas extraordinarias unidas bajo un mismo título, entrelazando la ternura y la nostalgia gallegas en la letra y la música, la voz y el piano. A causa de las restricciones del momento se aplazó el homenaje público.
Tuve la suerte de acercarme al libro “La vida después de la pandemia”. Recoge ocho textos del Papa Francisco pronunciados o escritos entre el 27 de marzo y el 22 de abril. Por tanto, ya eran conocidos. Pero el prólogo del cardenal Michael Czerny, sj, me animó a descubrir dos objetivos en el pensamiento del Papa en torno a este tiempo de pandemia y cómo afrontar la vida después, constituyendo un precioso mensaje para la humanidad. El primer objetivo consistía en sugerir una dirección, con claves y directrices para reconstruir un mundo mejor después de esta crisis. El segundo, era sembrar esperanza en medio de tanto sufrimiento e incertidumbre. El Papa fundamentó esta esperanza en la fe, “porque con Dios la vida nunca muere”.
Testigos de vida y esperanza están siendo muchos sacerdotes próximos a sus feligreses; cirineos de la carne sufriente de Cristo que carga con pesadas cruces engrosadas en estos tiempos. Estos hermanos no dejan de estar en primera línea, poniendo en riesgo sus vidas fieles a su vocación y misión.
Al llegar a la fase 2 no hubo ningún cambio en las disposiciones para la reapertura del culto público, salvo el aforo permitido. No obstante, la expectativa de pasar de fase trajo interrogantes sobre supuestas novedades. No fue poca nueva la de acostumbrarse a adoptar todas las medidas higiénicas de cuidado y prevención, pensando en los demás antes que en uno mismo.
El 24 de mayo, VII Domingo de Pascua, día de la Ascensión, tras el rezo del Regina Coeli, el papa Francisco recordó el V Aniversario de la publicación de la Encíclica Laudato Si’ y dijo: “La ‘Semana Laudato si’, que acabamos de celebrar, se convertirá en un Año especial de Aniversario de la Laudato si’, un Año especial para reflexionar sobre la Encíclica”. De este modo, Francisco nos invitó a mirar hacia el futuro, tras la pandemia, con el prisma de Laudato Si’. Inaugurado este domingo, este Año especial concluirá el 24 de mayo de 2021. Ojalá nos unamos muchos para cuidar de nuestra Casa Común y de los más vulnerables. El Dicasterio para la promoción del Desarrollo Humano Integral publicó un Programa para el Año especial digno de tener presente y sumarse con alegría a sus propuestas.
En el contexto en el que nos encontramos cobró importancia la Encíclica en su exposición sobre cómo todo está conectado, es interdependiente y los fenómenos problemáticos (cambio climático, migraciones, guerras, pobreza, subdesarrollo…) son manifestaciones distintas de una sola crisis ética, cultural y espiritual. En Laudato Si’ encontraremos claves de futuro para reconstruir la esperanza dañada de la humanidad. No podemos desechar las lecciones y las señales que la realidad nos fue dando estos meses. El Papa nos propuso una oración para rezar en este Año especial en la que pedir al Creador que abra nuestras mentes y toque nuestros corazones para que seamos parte de la creación; que nos ayude a mostrar solidaridad creativa para enfrentar las consecuencias de esta pandemia; que nos haga valientes para abrazar los cambios que han de procurar el bien común, sintiendo que estamos interconectados y somos interdependientes. Realmente trae esperanza orar para que los sufrimientos presentes sean “dolores de parto” que alumbren un mundo más fraternal, justo y sostenible.
La necesidad de una renta mínima estatal era una medida que demandábamos desde hace años y cuya necesidad había sido planteada de manera reiterada tanto por @_FOESSA como por el sector social en su conjunto.https://t.co/CHeD9aPA1b
— Cáritas Española (@_CARITAS) June 2, 2020
El mismo día 24, fiesta de la Ascensión, la Iglesia celebró la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. El Papa resaltó en su mensaje lo importante que es narrar buenas historias que nos sitúen en la grandeza y belleza de la humanidad, con vida y con esperanza, en medio de cualquier situación, especialmente si hay oscuridad y desesperación.
Fue una jornada para felicitar y reconocer la pasión con la que informan tantos buenos profesionales de la comunicación. En medio de la realidad salpicada de sucesos dramáticos y negativos, muchos merecen el aplauso y el reconocimiento por su tarea de búsqueda de la verdad y anuncio de buenas noticias. Pude agradecer particularmente esta encomiable misión a los amigos comunicadores de Cope Ferrol y Cope de la Costa-Ribadeo, así como a los del servicio diocesano de comunicación; pero mi felicitación fue para todos los comunicadores sociales que narran historias humanas llenas de vida y esperanza, con un agradecimiento expreso por tejer buenas #ComunicacionesSociales.
Avanzó el mes hacia su última semana. El martes 26, fiel al lema #CadaGestoCuenta, el Programa de Familia de Cáritas Mondoñedo-Ferrol difundió en redes sociales la prioridad de encontrar y formar voluntarios para el “proyecto mentoría”. ¿Destinatarios? Personas entre 25 y 55 años que, desde octubre de 2020 hasta junio de 2021, durante dos horas a la semana, acompañarán a menores entre 9 y 17 años. La persona acompañante deberá ayudar al menor a adquirir conocimientos, habilidades y destrezas; habrá de ser guía y apoyo. El proyecto se realizará a favor de menores que precisen crecer en confianza, en autoestima, ampliar su red de conocimientos y recursos y tener una persona referente. ¡Menudo reto!
Cáritas busca ‘hermanos mayores’ para apoyar a niños y jóvenes de Ferrol https://t.co/NteSuJgeiJpic.twitter.com/vswaWuJHz7
— Ferrol360 (@Ferrol360) June 1, 2020
Siempre me pareció un proyecto atrayente, que podrá ser cauce de solidaridad para personas con motivaciones altruistas y cristianas ante desafíos relevantes, como el de los menores a los que va dirigido. Con cierta facilidad afirmamos que los menores son el futuro. Hablar así, nos ha de comprometer a trabajar para que los menores desarrollen valores que construyan persona y sociedad. Eso supone acompañarlos para que sean respetuosos, pacíficos, dialogantes, promotores de cordialidad, solidarios, generosos, emprendedores, integradores... Es un motivo de satisfacción caminar con ellos para que aspiren a algo más que no hacer daño a nadie, que no es poco, y a bastante más que ser buenas personas, que ya es mucho. El pedagogo que nos enseña cómo hacerlo es el Jesús del Evangelio. No solo #CadaGestoCuenta, sino que, estos gestos demuestran que #CáritasNoCierra, que #CáritasNoSeDetiene. Más motivos de esperanza y de acción de gracias.
El miércoles 27 de mayo pudimos celebrar una reunión del consejo diocesano de gobierno, con las debidas distancias sanitarias. Comprobamos que empleamos más tiempo en las sesiones presenciales, pero resultan más vivas y merecen la pena, sin descartar la variante telemática en alguna ocasión.
Ese mismo día se inició el luto oficial en España. Otros lutos aparecieron, sin convocatoria, mucho antes y se prolongarán después de este. Desde que comenzó el drama, compartimos el dolor por los fallecidos a causa del virus Covid-19 —o por otras causas en estos meses— y oramos por ellos, así como por sus familiares y por todas las personas que vienen sufriendo las consecuencias de esta pandemia. Viene siendo una oración incesante que busca, en medio de un duelo difícil, consuelo, fortaleza y esperanza.
"Es un motivo de satisfacción caminar con ellos para que aspiren a algo más que no hacer daño a nadie, que no es poco, y a bastante más que ser buenas personas, que ya es mucho. El pedagogo que nos enseña cómo hacerlo es el Jesús del Evangelio"
Por su puesto, se acrecentó la acción de gracias a Dios por los profesionales de la salud y de todos los servicios a la sociedad, por los voluntarios laicos, sacerdotes y personas consagradas, con una mención especial a todas las Cáritas y a la pastoral de la salud. A todos los de primera línea. Igualmente dimos gracias al Señor por quienes se curaron y siguen curándose, por quienes, aunque infectados no estuvieron graves y por quienes no se infectaron.
El 29 de mayo, en la memoria de san Pablo VI, Manos Unidas de Mondoñedo-Ferrol anunció un nuevo proyecto solidario en la India, que, nuevamente, me llevó a pensar en los que sufren más que nosotros. Consiste en la escolarización de menores víctimas de explotación infantil, analfabetismo y falta de oportunidades. Como dijo la Delegada, “Es necesario que la solidaridad no se pare en nuestras fronteras”. El proyecto se realiza en los suburbios de la ciudad de Pune, al Oeste de India. San Pablo VI dijo que “la justicia es la medida mínima de la caridad”. Esta es una justa justificación de este proyecto, como de otros gestos cristianamente imprescindibles.
Terminó mayo con la fiesta de Pentecostés. Celebramos a Dios de la manera más profunda, recibiendo el inestimable don de la paz. ¡Cuán necesaria! Paz que rompe nuestras cerrazones, nuestras cadenas de mente y corazón; nuestros miedos y rechazos; nuestras angustias, odios y separaciones; nuestros deseos, aparentemente justos, de devolver ojo por ojo. La paz de Jesús nos sosiega, nos alegra, nos llena el corazón que se siente colmado y amado por Dios para compartir lo que tenemos y tantos hermanos necesitan. Pentecostés es Paz como es Iglesia Pueblo de Dios, como es Misión. Todas con mayúsculas.
Terminó el tiempo pascual y el mes de mayo, mes de María, pero no la fase 2, que proseguirá en Galicia. Mañana nos sorprenderán, como no puede ser de otro modo, el mes de junio y el tiempo ordinario con grandes fiestas litúrgicas. Todo aún en tiempo de “coronavirus”.
🗨 Gela Losada @ManosUnidasFR: "Hay millones de personas que han caído en el olvido y que, con esta #pandemia, su situación se ha acentuado"
— Diócesis de Mondoñedo-Ferrol (@mondonedoferrol) June 7, 2020
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