Sábado 29 de agosto: conversatorio de V. Pérez, J. Melloni y V. Moreno Panikkar: 10 años del agua de la gota que volvió al Mar
Webinar sobre Pánikkar: Sábado 29 de agosto, 18:00 hrs España, 13:hrs Argentina. 11:00hrs Colombia y México; 10:hrs Centroamérica: vía Zoom, Facebook y Youtube
"Su pensamiento no cruzó fronteras, porque descubrió que tales no existían. La libertad interior le confirmó que no hay fronteras para un corazón sediento de eternidad, sediento de verdad, mendigo de sabiduría"
"¿Cómo rendir homenaje a quien nos ha abierto un abismo ante los ojos del alma y nos ha empujado para caer en él?"
"¿Cómo rendir homenaje a quien nos ha abierto un abismo ante los ojos del alma y nos ha empujado para caer en él?"
| Victor Ricardo Moreno Holguín director Escuela SALMOS
Nunca se escribirá suficiente sobre Raimon Pánikkar, porque, de hecho, él nunca creyó haber escrito suficiente sobre lo que la Vida Plena manifestaba en su existencia. Si alguien quiere evocarlo, o simplemente hablar de él, debe caminar hacia el mar, y sentado en la playa, permitirse descubrir el agua de cada gota que humedece su rostro, cuando salpican las olas de ese inmenso Mar.
Su pensamiento no cruzó fronteras, porque descubrió que tales no existían. La libertad interior le confirmó que no hay fronteras para un corazón sediento de eternidad, sediento de verdad, mendigo de sabiduría; las fronteras no existen, aunque muchas veces tropezó con las fronteras de otros, que quisieron imponerse, y algunas de las que heredó. Hace diez años cruzó la última.
Panikkar vino a Latinoamérica. No me refiero a algunos de sus innumerable viajes por el mundo, ni a las huellas que dejó de este Continente en sus escritos, tampoco a los latinoamericanos que bebieron de su sabiduría (el colombiano José Luis Meza, sistematizó su antropología bajo la tutela del mismo Pánikkar); me refiero a un ‘pandémico anhelo panikkariano’ de contagiarnos a muchos del diálogo intrareligioso e intracultural; pues es un proceso de experiencia personal, que implica integralmente, implicando al otro, sin hacer síntesis; es el verdadero diálogo dialógico y dialogal, que busca ir más allá de los diálogos estériles de quienes no se abren a la verdadera comprensión del otro, y que tanto necesitamos para comprendernos.
Porque, como podemos decir, siguiendo sus certeras miradas sobre la espiritualidad: necesitamos purificar las idolatrías religiosas para abrirnos en medio de la iconolatría, como espiritualidad, que no se queda en el objeto de culto, sino que lo trasciende, respetando la dimensión simbólica del ser humano, y liberándolo de los ídolos que le impone una cultura que ha olvidado la trascendencia. Ciertamente será muy importante seguir fortaleciendo nuestra espiritualidad personalista, porque, como fuerte acento de herencia cristiana, ha redimido rostros humanos abandonados, despreciados, y violentados, sobre los cuales aún nos falta preocuparnos en verdad, en un Continente que aún no logra romper sus cadenas.
Pero, sobre todo, nuestra mirada se ha de alzar a una espiritualidad mística, en la que la contemplación cumple la misión de unificar, lo que la religión de los discursos es incapaz de intuir, y que, por el contrario, tiende cada vez más a dividir. No para extrapolarnos de las obligaciones sociales y políticas, sino para unificarnos con los sueños que desde hace siglos han estado guardados, y de los retos que hoy se nos presentan: solo una espiritualidad mística supera las limitaciones del tiempo malogrado, del espacio maltratado y la cultura no cultivada, integrándolos en el brillante horizonte de la paz interior, la libertad de la comunión amorosa y la trascendencia de un Dios que es inmanente en el cosmos.
Hoy, mejor que hace diez años, algunos anhelamos mirar hacia el mismo horizonte que él desde hacía muchas décadas miraba. Ese anhelo de la sencillez del arquetipo del monje, que nos dispone a que la sabiduría prepare su morada entre nosotros, ya que no podemos alcanzarla, sino que se nos da, sin dejarse atrapar, esperando a que ella misma sea la que nos inunde, en el mismo instante en que ya no la pretendamos.
Y no se trata de hacerle un nostálgico homenaje. ¿Cómo rendir homenaje a quien nos ha abierto un abismo ante los ojos del alma y nos ha empujado para caer en él? No nos detendremos en eso; solo sirve tener la experiencia de la Vida Plena, la Mística; esa de la que se quiso negar a escribir, pero que a la que tampoco pudo resistírsele, porque cayó en su mismo abismo, y ya no le fue posible callar.
Pero sí podemos evocarlo sin invocarlo, tornando nuestra mirada hacia la inocencia; sí, esa ‘nueva inocencia’, que siempre ha estado esperándonos para revelarnos la intuición cosmoteándrica, que no está marcada por acentos filosóficos, ni ideológicos y menos aún exclusivistas, sino que nos permite ver cómo el Amor es el camino. Un amor al que no se negó, porque solo así se hace Camino al andar por este Mar, en el que ahora es agua y ya no una gota.
La Escuela de Contemplación SALMOS, ha querido ser un tiempo, un espacio y una puerta, para que muchos pasemos al Mar que él intuyó en la experiencia cosmoteándrica. Sabemos que él está allí, y ya no está, porque se nos escapa como agua entre los dedos. En todo caso, conversemos un poco sobre Raimon Panikkar y su pensamiento, porque “de lo que no se puede hablar, es de lo que vale la pena hablar”.
Sábado 29 de agosto, 18:00 hrs España, 13:hrs Argentina. 11:00hrs Colombia y México; 10:hrs Centroamérica: vía Zoom, Facebook y Youtube:
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¡Los Esperamos!