"'Fratelli Tutti' nos demuestra que nadie se salva solo, únicamente es posible salvarse juntos" Peio Sánchez: "La fraternidad se construye desde los últimos"

Iglesia de Santa Anna de Barcelona
Iglesia de Santa Anna de Barcelona

Se trata de “una encíclica social”. Un texto eminentemente pastoral. Recopila, para poner modo y orden, aportaciones de papa Francisco sobre la dimensión social de la fe cristiana

Tiene tono de apercibimiento, como ya lo fue Laudato Si’;  al estilo de la denuncia profética supone un aldabonazo para las conciencias

Frente a universalismo de la globalización y el cerramiento en privilegios de los grupos y naciones propone este dinamismo en salida

Escrita en un momento de crisis de la humanidad. La fraternidad es un asunto crucial en esta hora especialmente crítica donde la pandemia del coronavirus no hecho más que radicalizar la crisis social, económica, política y ecológica. Tiene tono de apercibimiento, como ya lo fue Laudato Si’;  al estilo de la denuncia profética supone un aldabonazo para las conciencias.

Se trata de “una encíclica social” (n.20). Un texto que es eminentemente pastoral. Recopila, para poner modo y orden, aportaciones de papa Francisco sobre la dimensión social de la fe cristiana. “Quise recoger en esta encíclica muchas de esas intervenciones situándolas en un contexto más amplio de reflexión” (n. 5).

DOS FIGURAS Y UNA PARÁBOLA-ICONO

El papa comienza con una alusión inspiradora en San Francisco de Asís del que toma el título “Fratelli tutti”: consideremos todos los hermanos al Buen Pastor (Admoniciones 6,1). Y se fija espacialmente en un momento de su vida en que visita al Sultán Malik-el-Kamil. Este gesto, realizado en plenas cruzadas, muestra un deseo de fraternidad universal que refleja la intención de la encíclica.

La otra figura será Carlos de Foucauld y con ella concluye el texto. “Él fue orientando su sueño de una entrega total a Dios hacia una identificación con los últimos, abandonados en lo profundo del desierto africano (…) Quería ser, en definitiva, «el hermano universal». Pero sólo identificándose con los últimos llegó a ser hermano de todos” (n. 287)

Colas del hambre en torno a la parroquia de Santa Anna, en Barcelona
Colas del hambre en torno a la parroquia de Santa Anna, en Barcelona

En el capítulo segundo propone una parábola-icono: El buen samaritano (Lc 10, 25-37). Ella expresa especialmente la fraternidad abierta al “extraño en el camino”. Allí desglosa especialmente los personajes: los salteadores del camino, los que pasan por el camino mirando a otro lado, el hombre herido y finalmente el forastero. “El samaritano fue quien se hizo prójimo del judío herido. Para volverse cercano y presente, atravesó todas las barreras culturales e históricas. La conclusión de Jesús es un pedido: «Tienes que ir y hacer lo mismo» (n. 81).

LAS DENUNCIAS DEL PAPA FRANCISCO

El papa parte en el capítulo primero y en otros lugares de una fuerte denuncia que se enmarca en un mundo especialmente amenazado. Un ataque contra la humanidad grave y de gran alcance. Veamos algunas de estas “sombras en un mundo cerrado”.

“Se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban superados, resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y agresivos” (n. 11)

“Se alienta también una pérdida del sentido de la historia que disgrega todavía más” (n.13)

“Hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar” (n. 15) “Pugna de intereses que nos enfrenta a todos contra todos” ( n. 16)

Descarte mundial: “Partes de la humanidad parecen sacrificables en beneficio de una selección que favorece a un sector humano digno de vivir sin límites” (n.18)

“La organización de las sociedades en todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad que las mujeres tienen exactamente la misma dignidad e idénticos derechos que los varones” (n.23)

“Hay millones de personas —niños, hombres y mujeres de todas las edades— privados de su libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud” (n.24)

“Tercera guerra mundial en etapas” (n.23), “guerra mundial a pedazos” (n. 259)

La cultura de muros: “hay miedos ancestrales que no han sido superados por el desarrollo tecnológico; es más, han sabido esconderse y potenciarse detrás de nuevas tecnologías” (n.27)

Se vaya creando un terreno fértil para las mafias. “Porque ellas se afirman presentándose como “protectoras” de los olvidados, muchas veces a través de diversas ayudas, mientras persiguen sus intereses criminales” (n.28)

La pandemia de Covid-19 y otras pandemias. “Por eso dije que «la tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades” (n.32)

“Tanto desde algunos regímenes políticos populistas como desde planteamientos económicos liberales, se sostiene que hay que evitar a toda costa la llegada de personas migrantes” (n.37)

“Hay otra manera de hacer desaparecer al otro, que no se dirige a países sino a personas. Es la pena de muerte” (n.263)

La ilusión de la comunicación. “Los medios de comunicación digitales pueden exponer al riesgo de dependencia, de aislamiento y de progresiva pérdida de contacto con la realidad concreta, obstaculizando el desarrollo de relaciones interpersonales auténticas” (n.43) y “nuevas formas de colonización cultural” (n.14)

OCHO TEMAS DE FONDO

1.- Teología de la fraternidad

“Las siguientes páginas no pretenden resumir la doctrina del amor fraterno, sino detenerse en su dimensión universal, en su apertura a todos” (n.6).  En la oración final sitúa el papa Francisco el sentido cristiano de la fraternidad: “Dios nuestro, Trinidad de amor,/ desde la fuerza comunitaria de tu intimidad divina/ derrama en nosotros el río del amor fraterno”. 

Peio Sánchez, en la parroquia-hospital de Santa Anna
Peio Sánchez, en la parroquia-hospital de Santa Anna José Manuel Vidal

2.- Antropología de la fraternidad

Una de las contantes del papa es la insistencia dimensión comunitaria de la antropología cristiana frentes los reduccionismos individualistas. “Cada uno es plenamente persona cuando pertenece a un pueblo, y al mismo tiempo no hay verdadero pueblo sin respeto al rostro de cada persona. Pueblo y persona son términos correlativos” (n.182) “La pareja y el amigo son para abrir el corazón en círculos, para volvernos capaces de salir de nosotros mismos hasta acoger a todos” (n.89). Esto asentado a la vez en una fuerte afirmación del valor y dignidad de la persona. “percibir cuánto vale un ser humano, cuándo vale una persona siempre y en cualquier circunstancia” (n.106). “La persona humana (…) está naturalmente abierta a los vínculos” (n.111)

3.- Fraternidad universal y amistad social. 

Esta es una de las cuestiones centrales y recurrentes que forma parte del título de la encíclica. La tensión necesaria entre el sabor local y el horizonte universal.  Frente a universalismo de la globalización y el cerramiento en privilegios de los grupos y naciones propone este dinamismo en salida. “La fraternidad universal y la amistad social dentro de cada sociedad son dos polos inseparables y coesenciales” (n.142). Desde aquí insisten en el “sentimiento de pertenencia” (n. 230). “El amor a la tierra, al pueblo, a los propios rasgos culturales. No me encuentro con el otro si no poseo un sustrato donde estoy firme y arraigado, porque desde allí puedo acoger el don del otro y ofrecerle algo verdadero (…) Estoy afianzado en mi pueblo con su cultura (…) El bien del universo requiere que cada uno proteja y ame su tierra” (n.143). A la vez propone “Pero no es posible ser sanamente local sin una sincera y amable apertura a lo universal sin dejarse interpelar por lo que sucede en otras partes, sin dejarse enriquecer por otras culturas o sin solidarizarse con los dramas de los demás pueblos” (n.146). “En tensión hacia la comunión universal” (n. 95)

4.- Amor personal y amor político. 

La dimensión de la caridad social y política es resaltada en la estela de la Doctrina Social de la Iglesia. “El amor no solo se expresa en relaciones íntimas y cercanas, sino también en las “macro-relaciones”, como las relaciones sociales, económicas y políticas” (n.181). “A partir del “amor social” es posible avanzar hacia la civilización del amor a la que todos podamos sentirnos convocados” (n. 183).  Así recoge de Tomás de Aquino la diferencia entre el amor “elícito” hacia las personas y pueblos concretos y el amor “imperado” hacia instituciones más sanas, justas y solidarias (n. 186).  Para ello es necesaria una mística de la fraternidad que es capaz de actuar institucionalmente (nn. 164-165)

Esta fraternidad supone pasar de ser socios a ser hermanos (inspirándose en Paul Ricoeur) “Los que únicamente son capaces de ser socios crean mundo cerrados” (n.104) que están juntos por “determinados intereses” (n. 102). Así la libertad y la igualdad no bastan sin la fraternidad (nn.103-104). El don y la exigencia cristiana apuntan a la fraternidad. “Jesús no decía: Todos vosotros sois hermanos” (n.95)

5.- La acogida desde los últimos

La fraternidad se construye desde los últimos. “Mientras nuestro sistema económico y social produzca una sola víctima y haya una sola persona descartada, no habrá la fiesta de la fraternidad universal “(n.110). Esta fraternidad “invierte a favor de los frágiles (n. 108) nos hace “responsables de la fragilidad de los demás” y nos invita al cuidado del otro y sus fragilidades (nn. 114-115). “El servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la “padece” y busca la promoción del hermano” (n.115). Este dinamismo supone entrar en la acogida. “Quien no vive en la gratuidad fraterna, convierte su existencia en un comercio ansioso, está siempre midiendo lo que recibe a cambio” (n.140). “La hospitalidad es un modo concreto de no privarse de este desafío y de este don que es el encuentro con la humanidad más allá del propio grupo” (n.90)

Peio Sánchez, en santa Anna
Peio Sánchez, en santa Anna Jordi Cohen

6.- Cultura del encuentro. Diálogo, pacto y consenso

El papa Francisco insiste en la novedad de la fraternidad como encuentro. Romper los límites de las fronteras para enriquecernos en lo diverso, lo distinto, lo diferente (n.147).  Así propone la ofrenda recíproca entre Oriente y Occidente (n.136). En el diálogo de los diferentes siempre nace una nueva síntesis, un mestizaje (n.148). Será necesario abrir espacios para el diálogo. En este diálogo social “es posible llegar a algunas verdades elementales que deben y deberán ser siempre sostenidas Aceptar que hay algunos valores permanentes, aunque no siempre sea fácil reconocerlos, otorga solidez y estabilidad a una ética social (n. 211). Desde aquí “a partir de ese reconocimiento hecho cultura se vuelve posible la gestación de un pacto social” (n.218)

7.- La reconciliación entre hermanos

Una de las aportaciones más significativas de la encíclica son una serie de acotaciones sobre los procesos de reconciliación y de paz. “El perdón y la reconciliación son temas fuertemente acentuado en el cristianismo” (n.237). Describe el conflicto como inevitable en la vida social (n.240) que no anula la lucha por la justicia (n.241) pero sin alimentar la ira (n.242). La superación exige la memoria del dolor y del bien. “Los que perdonan de verdad no olvidan, pero renuncian a ser poseídos por esa misma fuerza destructiva que los ha perjudicado” (n.251).

8.- La fraternidad que brota de las religiones

“Los creyentes pensamos que sin una apertura al padre de todos no habrá razones sólidas y estables para el llamado a la fraternidad. Estamos convencidos de que “solo con esa conciencia de hijos que no son huérfanos podemos vivir en paz entre nosotros” (n.272)

Propuestas concretas

“Una reforma “tanto de la Organización de las Naciones Unidas como de la arquitectura económica y financiera internacional, para que se dé una concreción real al concepto de familia de naciones” (n.173)

La importancia de pactos y consensos (n.220)

“Todavía es posible optar por el cultivo de la amabilidad” (n.222)

La memoria penitencial (nn. 226- 249)

El protagonismo de los movimientos populares (n.169)

“Hoy es muy difícil sostener los criterios racionales madurados en otros siglos para hablar de una posible “guerra justa”. ¡Nunca más la guerra!” (n. 258)

Y con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares, constituyamos un Fondo mundial (n.262)

“Luchar no sólo por la abolición de la pena de muerte, legal o ilegal que sea, y en todas sus formas, sino también con el fin de mejorar las condiciones carcelarias, en el respeto de la dignidad humana de las personas privadas de libertad. Y esto yo lo relaciono con la cadena perpetua. […] La cadena perpetua es una pena de muerte oculta” (n.268)

Migrantes. “Incrementar y simplificar la concesión de visados, adoptar programas de patrocinio privado y comunitario…” (n.130) “Legislación global para las migraciones” (n.132)

La participación social de los empobrecidos en las salidas (n. 188)  

Reproponer la función social de la propiedad (nn.118-120), Subordinación de la propiedad privada al destino universal de los bienes (n.123)

Revisar el pago de la deuda externa (n.126)

Las tres “t”: “Es posible anhelar un planeta que asegure: tierra, techo y trabajo para todos” (n.127)

Revisar el concepto de preventivo tanto en la guerra (n. 258) como en la prisión (n. 266)

Firma de la Fratelli Tutti
Firma de la Fratelli Tutti

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