Recuperar la hermandad Raúl Frega: "Fratelli Tutti constituye una respuesta propositiva ante una realidad que la pandemia ha desnudado"

Fraternidad
Fraternidad

"Admite ser leída atentamente como un programa pospandemia para toda la humanidad"

"Así como no se entiende a Francisco de Asís sin el abrazo con el Sultán, no se comprende al Papa Francisco sin el encuentro con el gran Imán y el documento de Abu Dabi"

"El Papa no teme salir a la escena pública para involucrarse en una realidad compleja y desafiante"

El 13 de marzo de 2013 el mundo conocía el nombre del nuevo Papa: Francisco. Con la publicación de la encíclica Fratelli Tutti (FT), el Papa nos sigue revelando el sólido compromiso con aquella elección. Después de Laudato si (LS) este nuevo documento magisterial toma por título otra de las expresiones más reconocidas y reconocibles del pobrecillo de Asís como camino para renovar la Iglesia y el mundo.

Así como no se entiende a Francisco de Asís sin el abrazo con el Sultán, no se comprende al Papa Francisco sin el encuentro con el gran Imán y el documento de Abu Dabi. Es un trasfondo evidente de esta encíclica.

Entre las primeras impresiones frente a la lectura del documento, destaco la simplicidad esencial del mensaje. Fratelli tutti profundiza el magisterio social de la Iglesia y manifiesta el corazón pastoral del Papa. Es una encíclica que lo posiciona como líder mundial que reflexiona y propone. Si Laudato si fue la intervención papal previa a la cumbre de París con el propósito de participar de la discusión del cuidado de la casa común, Fratelli Tutti constituye una respuesta propositiva ante una realidad que la pandemia ha desnudado y acelerado. No se trata de una respuesta motivada por el Covid, pero sí admite ser leída atentamente como un programa pospandemia para toda la humanidad.

Francisco, en Asís
Francisco, en Asís Agencias

Francisco insiste en un tema recurrente en su magisterio: el aporte de las tradiciones religiosas al debate público y a la construcción social. Algo que fue programático en Evangelii Gaudium (EG), paradigmático en Laudato si, se convierte en encarnatorio por su concreción en Fratelli Tutti. De modo similar se puede señalar que EG define los interlocutores del diálogo, LS abre el camino y FT lo universaliza. Estamos ante un texto que contrasta con el deseo de la modernidad de encerrar la fe en el ámbito de lo privado.

El Papa no teme salir a la escena pública para involucrarse en una realidad compleja y desafiante. El modo en que presenta el mensaje es significativo: aporta, defendiendo su identidad creyente, e invita a un diálogo amplio. No pretende ser catedrático, aunque fundamenta sus posturas. Me ha llamado grandemente la atención la cantidad de veces que Francisco recurre a las preguntas para interpelar, como quien humildemente abre el juego al enriquecimiento mutuo. No son preguntas inocentes sino provocadoras; las que dirige a los políticos son incisivas.

Manifiesta un tono bellamente kerigmático cuando habla desde su identidad creyente. En el capítulo segundo asume el tono de un tierno catequista o un abuelo que comparte las riquezas de una parábola profunda. En otros puntos propone una mirada profética que no teme decir las cosas de frente, contundentemente y sin pretensión de adecuarse al aplauso fácil. Particularmente cuando expone la situación de los pobres, intenta manifestar su voz o quiere acompañar su lucha.

El pontificado de la alegría
El pontificado de la alegría Vatican News

"Expone la situación de los pobres, intenta manifestar su voz o quiere acompañar su lucha"

Su propuesta de la fraternidad no es ingenua ni ilusa y por eso conjuga todos los matices que el tema genera en un mundo polarizado y atravesado por diversas realidades. Al detenerse en considerar cuestiones lacerantes se apoya en realidades nacionales y personales que las han atravesado. Les da autoridad a las víctimas y toma su voz.

El capítulo quinto sobre la política es un verdadero tratado sobre el tema y proféticamente asume un serio debate en torno a las democracias y totalitarismos modernos con los matices del populismo y las propuestas liberales. Su apuesta por el tema es corajuda. 

Como encíclica social me atrevo a leerla bajo el esquema clásico de ver, juzgar y actuar. Una dinámica de acercamiento estructural que permite describir que Francisco visualiza las realidades del mundo (capítulo primero), propone elementos y criterios para su análisis (capítulo segundo al quinto), y termina mostrando caminos de acción concretos (capítulo sexto al octavo).

En Argentina estamos tristemente acostumbrados a escuchar que el Papa está detrás de cada cuestión de alcance nacional. Espero que la significancia del texto no se reduzca a esa clave interpretativa. Aun así no se puede desconocer que muchos de sus párrafos nos interpelan en nuestra historia bicentenaria y actual. 

La lucha de los trabajadores
La lucha de los trabajadores

Es un texto ameno de leer, que nos sumerge en la cruda realidad, no para generar desánimo ni análisis estériles sino para abrir caminos de esperanza que necesitan el aporte de toda hermana y hermano. Levanta la bandera de la Fraternidad sin desconocer el grito tripartito de la revolución francesa, pero llevándonos a los orígenes creyentes y humanos de esta búsqueda de hermandad. 

En su invitación a la Fraternidad, el Papa se involucra en los grandes temas de la política y la economía mundial (recordemos el citado capítulo quinto e incluyamos los temas de la función social de la propiedad o las palabras sobre el pago de la deuda y el anhelo de un planeta con tierra, techo y trabajo para todos) como también se muestra capaz de bucear en el corazón de toda persona cuando debe lidiar con conflictos y rencores. Es bella su escritura cuando nos habla del valor y el sentido del perdón, de la gratuidad y la amabilidad. 

A leerla, dejarla resonar y emprender los caminos que propone -ser hermanos y hermanas para una sociedad y una iglesia renovadas- la discusión en torno a la supuesta invisibilización de la mujer en el título de la Encíclica se diluye, con las recurrentes alusiones como hermanos y hermanas en las afirmaciones más solemnes de la encíclica).

* Raúl Frega es Asesor de la Comisión de Ecumenismo y diálogo interreligioso de la Diócesis de Río Cuarto, Argentina

El Papa, con refugiados
El Papa, con refugiados Agencias

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