"Los procesos judiciales en casos como el del Colegio Gaztelueta, deberían ser más urgentes e inmediatos" La insoportable altanería del pederasta condenado que continúa insultando a su víctima
"El pederasta, José María Martinez Sanz, intenta culpabilizar a su víctima, y a la familia, transformarse de verdugo a damnificado, dilatar su responsabilidad imborrable, acogerse a garantías jurídicas que nunca le faltaron, intentando demostrar que fue su déficit quien decidió en varias salas de juzgados y tribunales"
"Lo que está pasando no es más que consecuencia de una política de ignorancia deliberada, de amnesia colectiva en lo que a las víctimas y supervivientes de pederastia respecta"
| Juan Cuatrecasas Asua
Está pasando en estos momentos y en España. Mientras desde la calle llegan graves insultos que pueden ser considerados incitación al odio contra un presidente del gobierno, un partido político y centenares de personas que tienen vínculos con este grupo con representación en las Cortes Generales, un pederasta condenado en firme por la vía penal de la justicia ordinaria, por abusos continuados a un menor en un colegio, obra corporativa del Opus Dei, se permite el lujo de descalificar con una insoportable altanería y una incalificable falta de rubor, a su víctima, un niño que cuando fue abusado sexualmente tenía 12 y 13 años.
Los procesos judiciales en casos como el del Colegio Gaztelueta, deberían ser más urgentes e inmediatos. La media que marca en proceso de este caso delictivo sobrepasa los doce años de duración, tanto a nivel de la justicia ordinaria, como de la canónica, con múltiples declaraciones de la víctima ante varias instituciones legales, jurídicas y facultativas,revictimizándole una y otra vez, sometiéndole a una tortura infinita a la que añade la falta de vergüenza de un adulto condenado en firme por el delito de abusos continuados.
El pederasta, José María Martinez Sanz, intenta culpabilizar a su víctima, y a la familia, transformarse de verdugo a damnificado, dilatar su responsabilidad imborrable, acogerse a garantías jurídicas que nunca le faltaron, intentando demostrar que fue su déficit quien decidió en varias salas de juzgados y tribunales.
Lo que está pasando en este país y en estos momentos, es la contemplación sumisa de como un depredador sexual contra la infancia, se permite lujos intolerables. Lo que está pasando no es más que consecuencia de una política de ignorancia deliberada, de amnesia colectiva en lo que a las víctimas y supervivientes de pederastia respecta. Actitudes delictivas que no se deben permitir ni un minuto más. Como aviso para navegantes.
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