Podemos ser morales o inmorales, pero no "amorales" Los jóvenes cristianos y la ética social
Podemos evitar las siglas y la política profesional como opción de vida, pero no podemos evitar el significado político (la justicia) de nuestro vivir y hacer; y de nuestro comprender o ignorar lo que nos rodea
| José Ignacio Calleja
Me alegra la vida de los movimientos cristianos como JEC, JOC y otros. Mucho. Y "sin necesidad de siglas políticas", sí, es legítimo y posible, pero recordando que no sin "compromiso en clave política, es decir, social y estructural, además de personal y espiritual; porque si la ética quiere alcanzar el bien común, tiene que buscar mediaciones liberadoras de las personas más pobres y las estructuras". No son palabras, sino verdades como puños de la búsqueda del bien común de todos.
Si los jóvenes cristianos viven desde esta convicción, lo harán mejor que nosotros. (La polémica sobre el si o no al banco de alimentos que hoy recorre la Red es un buen ejemplo a discernir(nos) y por qué. Un caso o ejemplo, vale por mil palabras en este caso).
Me lo preguntaba ayer un alumno que decía, "la ética social propone o reclama, pero nadie le hace caso, o quién le hace caso". Esa la cuestión, que la ética social (y personal) no cambia el mundo (algo y para bien), sin personas con vida justa y, a la par, activistas de una sociedad de instituciones y estructuras mejores. No hay ética sin compromiso personal y político y mediaciones que traen al centro la vida digna de los pobres. Y desde ellos, la de todos, pero con ellos en el centro de lo que significa justicia, paz, fraternidad, liberación, solidaridad, escuela, salvación, Mesías, Dios, etc. No hay ética sin sacrificios sociales.
Podemos evitar las siglas y la política profesional como opción de vida, pero no podemos evitar el significado político (la justicia) de nuestro vivir y hacer; y de nuestro comprender o ignorar lo que nos rodea. Podemos ser morales o inmorales, pero no "amorales"; ni en lo personal, ni en lo social o político. Es así, sin remedio, sin opción; así es la condición humana.
Ahora bien, conectar esto con la vida cotidiana de la Iglesia y el Mundo, si unos se dedican tan intensamente a guardar la liturgia y devoción del Santo Cáliz (Valencia) y los otros a pillar ERES en falso, pues eso, la ética puede lo que puede. Saludos.