Antonio Aradillas Los obispos también votaron

Antonio Aradillas
Antonio Aradillas

"Los obispos son tan ciudadanos como los demás cristianos – y antes y más, ciudadanos que cristianos-"

"Los tics 'franquistas' y extremadamente clericalesperduran en obispos y en los sacerdotes"

Aunque por el momento no sea posible saciar la santa, y hasta orientadora, curiosidad anecdótica de algunos, por averiguar cual fue mayoritariamente el destino de los votos dirigidos hacia las siglas democráticas de los penúltimos comicios –cosa que no resultará demasiadamente difícil-, la reflexión sobre el tema es, y será, de provecho. Los obispos son tan ciudadanos como los demás cristianos – y antes y más, ciudadanos que cristianos- , por lo que saber cuanto se pueda, y más, acerca de los derechos y deberes que conlleva la acción y la actividad democráticas, construye comunidad y, por tanto, Iglesia.

El cardenal Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española, cursó, como corresponde, y en nombre del episcopado, su felicitación “al presidente Sánchez, ganador de las elecciones” con los más fervientes deseos de “colaboración leal, de que su elección provea al bien de la sociedad, tarea también de la Iglesia”. Tal felicitación fue seguidamente rubricada por el portavoz de la CEE, Mons. Luís Argüello, reseñando ”la justicia del resultado” y, con una pizca y halo de misterio, al “instar al PSOE “a escuchar a los que han votado diferente”, como si en todo sistema democrático no estuviera ya implícita esta condición.

Hay que comprender que, precisamente en relación con la democracia, la Iglesia como institución, no es experta en dictar y en practicar lecciones. En la misma línea de la comprensión urge tener rigurosamente en cuenta que la tarea que se le presenta a la Iglesia española a consecuencia del reciente cambio –cambiazo- electoral, es inexcusablemente notable y con efectos tangibles y palpables en la sociedad y en las relaciones Iglesia-Estado.

Las causas son muchas. Los tics “franquistas” y extremadamente clericalesperduran en obispos y en los sacerdotes, en sus respectivas demarcaciones y actuaciones canónicas y aún “doctrinales”, exacerbadas en determinados “movimientos” piadosos. La edad cardenalicia de piedra “rouconiana” no ha sido superada aún, y no acaba de traspasar el meridiano de las esperanzas, alentadas a machamartillo por el propio papa Francisco, tal vez lento en corregir determinaciones y plazos curiales.

Blázquez y Sánchez

En ocasiones, da la impresión de que el catolicismo en España sigue echando de menos el palio, bajo el que gobernantes y gobernadores efectuaban la entrada en los templos, en el trato y en el tratamiento con la Iglesia, y, si no, no accedían a la misma. Tal composición y compostura se ha observado en la práctica, en las siglas últimas a cuya sombra fuimos regidos y pastoreados.

Los problemas pendientes en la relación Iglesia-Estado en vísperas del izquierdismo democrático, son más o menos, los de siempre, pero que, al no haber sido afrontados a tiempo, y al estar ahora decididas las partes, en conformidad con las promesas electorales, a buscar soluciones, los riesgos de ruptura y de incomodidad no favorecerán la convivencia y la paz entre unos y otros. Quede constancia de que precisamente el diálogo ni fue, ni posiblemente será por parte del episcopado español, ejemplo de comportamiento.

Las distintas Comisiones disponnen sempiternamente de letanías de cánones y de “dogmas” avaladas con las correspondientes e indulgenciadas anatemas para justificar intransigencias, aunque de moderador sea y actúe hipotéticamente el papa Francisco. Si bien en las Iglesias de otros países se hayan dado ya los pasos aquí sugeridos , siempre habrá una religiosa dispuesta, por poner un ejemplo, a robar un puñado de votos en el colegio de la Misericordia y adscribírselos al partido “eclesiástico de toda la vida”, que es el PP.

La religión como asignatura en la educación no universitaria es uno de los temas más prestos, pero de los más enconados, sin tener en cuenta, por ejemplo, que en los dos últimos años descendió en 255,000 el número de los alumnos que no se inscribieron en la misma, sin que sus responsables eclesiásticos apenas si hayan hecho examen y autocrítica de los contenidos de la susodicha asignatura y de sus docentes.

El de la financiación de la Iglesia, con sus inmatriculaciones, exenciones y privilegios, -que hacen de ella la entidad más “rica” de España, después del Estado-, será tema/eje de reflexiones y pactos, no fáciles de resolver. Siempre hay obispos y curas dispuestos a dar por santos, y a canonizar, bienes y propiedades de sus respectivas demarcaciones canónicas, con o sin IVA.

Discusiones y anatemas se entrecruzarán con ocasión de leyes o proyectos de leyes, como los referidos a la eutanasia, trato inter- religioso, colegios “religiosos” y demás, que habrán de ser afrontados con procedimientos democráticos y siempre al servicio del bien de la colectividad.

Acostumbrados a ser y estar casi de por vida protegidos por las siglas y colores preferentemente “derechistas”, o casi, tener que hacerlo ahora con colores, siglas y signos “izquierdosos”, no será fácil, sino que exigirá grandes dosis de generosidad, de apertura y de sentido común. ¡Que así sea¡

Pedro Sánchez

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