Del director del Secretariado de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida Siete sueños para la Iglesia y el laicado español
"Una Iglesia sinodal-familia, donde todo el pueblo de Dios (pastores, vida consagrada y laicos) nos sintamos corresponsables de la misión evangelizadora"
"Con una Iglesia samaritana, que evita caer en posturas derrotistas, signo de esperanza para nuestro mundo herido, preocupada por servir a los más pobres"
"Con una Iglesia menos clericalizada, que promueve la vocación laical, especialmente los jóvenes, la familia y la mujer"
"Con un laicado en salida, que asuma un compromiso cristiano en la sociedad: la política, la economía, el trabajo, los medios de comunicación, la educación, la cultura…"
"Con una Iglesia menos clericalizada, que promueve la vocación laical, especialmente los jóvenes, la familia y la mujer"
"Con un laicado en salida, que asuma un compromiso cristiano en la sociedad: la política, la economía, el trabajo, los medios de comunicación, la educación, la cultura…"
| Luis Manuel Romero Sánchez
El lema del Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, Los sueños se construyen juntos, está tomado de la Encíclica del Papa Francisco, Fratelli tutti. Como Director de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida, me he puesto también a soñar. Estos son mis sueños en relación a la Iglesia y al laicado:
Con una Iglesia centrada en Jesucristo, que se alimenta de la Eucaristía y anuncia con alegría la buena noticia de que Cristo vive.
Con una Iglesia sinodal-familia, donde todo el pueblo de Dios (pastores, vida consagrada y laicos) nos sintamos corresponsables de la misión evangelizadora.
Con una Iglesia en salida, más cercana a la realidad de nuestra gente, que acompaña, que habla un lenguaje reconocible, que escucha, acoge y dialoga.
Con una Iglesia samaritana, que evita caer en posturas derrotistas, signo de esperanza para nuestro mundo herido, preocupada por servir a los más pobres.
Con una Iglesia menos clericalizada, que promueve la vocación laical, especialmente los jóvenes, la familia y la mujer.
Con un laicado adulto, bien formado, tomando como referencia la Sagrada Escritura y la Doctrina Social de la Iglesia.
Con un laicado en salida, que asuma un compromiso cristiano en la sociedad: la política, la economía, el trabajo, los medios de comunicación, la educación, la cultura…