Meditaciones
mucho de lo que nos han enseñado,
de las seguridades íntimas que hemos forjado,
para recuperar nuestra sencillez original.
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No me decidí a dejar de buscar
hasta que me di cuenta que lo que tenía
era que dejarme encontrar.
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Deja ya de vagar por las nubes,
por el límpido firmamento,
por las cimas esplendorosas.
Contempla a tu alrededor.
Sumérgete en el infierno de los corazones,
en el de tu propio corazón.
Solo ahí lograrás encontrarte.
Solo ahí serás encontrado.
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La resurrección es la liberación del egoísmo.
La experiencia de la máxima libertad.
El paso del acaparar a la dicha de ser don,
de compartir lo que se tiene y se es.
En definitiva, la vida eterna
(la vida en plenitud), es pasar
de la muerte existencial
a la vida en abundancia.
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Os dejo solo un sacramento:
que os convirtáis en próximos,
que améis y cuidéis a los demás
como a vosotros mismos.
