Sé que hay noches que se alargan y la incertidumbre nos aprisiona,
y también que el amanecer disipa las dudas y nos brinda una luz nueva y clara.
Sé que hay horizontes que se alejan como desoladoras ausencias,
y también que el recuerdo nos acerca olores, palabras y miradas.
Sé que hay mares repletos de anhelos, sufrimientos y lágrimas,
y también que existen corazones y manos que acompañan y salvan.
Sé que hay separaciones que hieren como filo de navaja
y también fidelidades que se recrean y crean un clima de alegría y confianza.
Sé que la esperanza es una flor frágil en las heladas del invierno,
y que el entusiasmo se alimenta de cálidos abrazos y nos nace del alma.
Sé que el individualismo, la ambición y la codicia ciegan la razón,
y también que la solidaridad, la amistad y el amor avivan la llama.
Sé que la ingratitud y el engaño privan de compasión y sensibilidad,
y también que la humanidad se despierta con el agradecimiento y la resiliencia.
Sé que la felicidad no se compra ni el futuro está garantizado,
y también que en el día a día, a tu lado, se vivifica la ternura y la querencia.