Ven

Ven.
Salgamos a respirar hondo a la calle.

A caminar juntas, enardecidas, libres.

Para desandar
las sendas del silencio impuesto,
las voces ofensivas, infamantes,
las incesantes humillaciones.

Ven.
Paseemos por el parque fragante.

Donde florecen albos los almendros.

Para olvidar
los amenazantes puños cobardes,
los menosprecios de los ignorantes,
la falsa superioridad de los infames.

Ven.
Unamos nuestros brazos e ilusiones.

Dejemos que nuestras historias nos sanen.

Para renacer
a insólitos oasis de aguas vivificadoras,
a incitantes alamedas de intimidad,
al anhelado arcoíris de un nuevo amanecer.
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