El corazón guardará siempre
todos los recuerdos,
todos los viajes,
todos los paisajes,
todos los inviernos,
todas las olas con sus playas,
todos los ríos y sus orillas,
todas las risas y las lágrimas,
todos los malos y los buenos momentos...
Solo nos salva el corazón
en el que depositamos
el lenguaje de la ternura,
la sinrazón de la esperanza,
la cómplice mirada,
la pasión indecisa
y la dulzura de la compañía
cuando la gris realidad
se transforma en la serena
cotidianidad de su mano
y su brisa en nuestra vida.