Tan sólo un día después de la “Jornada Mundial del Agua”, que se celebró el pasado día 22, llega la alarma de que once millones de personas en la zona del Cuerno de África, particularmente en las regiones etíopes de la Somali Region y Oromiya, están siendo golpeadas por una brutal sequía. La noticia ha sido difundida por el “Voluntariado Internacional para el Desarrollo” (VIS, por sus siglas en italiano), una ONG de los salesianos italianos. La población de esas regiones está en riesgo de morir de sed a causa de la prolongada ausencia de agua que afecta a toda la zona.

Esta situación ha llegado a tal extremo que está provocando movilizaciones masivas de personas y animales, a lo cual las organizaciones internacionales están respondiendo lentamente con recursos a todas luces inferiores a las necesidades. Los voluntarios del VIS están trabajando, especialmente, en Devalle, a unas dos horas en coche de Jijiga, capital de la Somali Region. El poblado se encuentra en una zona de población predominantemente musulmana, dedicada en su mayoría al pastoreo.

Y en este poblado ha saltado la alarma por la falta de agua. En este lugar, la fuerte sequía está provocando insuficiencia de cultivos, una veloz disminución de las reservas alimenticias, una sistemática reducción del ganado y, un grave aumento de las epidemias y del índice de mortalidad de los niños menores de 5 años, quienes no se encuentran en grado de sobrevivir a esta difícil situación.

En esta zona los voluntarios del VIS están comprobando la posibilidad de la excavación de 5 pozos de agua, que serían financiados, en parte, por fondos aportados por la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) para la construcción de estas fundamentales reservas del vital líquido.

Otro de los proyectos del VIS es la construcción, que ya está en marcha, de una escuela primaria en la población de Devalle, muy esperada por la gente de la zona ya que sería la única en un radio de muchos kilómetros. En esta escuela se atenderá alrededor de 400 chicos entre los 5 y los 15 años.

Cerca de la mitad de los más de 71 millones de habitantes de Etiopía son musulmanes; los ortodoxos representan entre un 35% y un 40% de la población etíope. Si bien el porcentaje de católicos en el país es reducido -menos del 1%-, la Iglesia es muy activa a través de la red de sus instituciones.