Comentario por Juan 05.05.12 | 23:48
«La pobre prostituta que según Jesús entrará en primera fila en el Cielo ¿iba a la Misa pre o post-conciliar? ¿O porque aunque pecadora tuvo en vida entrañas de misericordia?»

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Respuesta.-

Se quiere destruir, anular todo lo que sea religión y suponer que Dios sólo se agrada en que seamos solidarios con los hombres. Incluso con todas las criaturas por sí mismas: los caniche con tumbas carísimas en los cementerios de California, las vacas como abuelas reencarnadas, los toros fumándose un puro y los toreros en la cárcel, los estreptococos defendidos de la asesina penicilina... Y la prostitución, no la conversión, vendida como paradigma de cristianismo. Hablemos de esto último a propósito de nuestro comentarista que parece estar todavía con el dedo gordo en el raíl de la misericordia.

El comentario de mi lector, Juan, plantea una disyuntiva que no sólo caduca la misa de Trento sino también la del post-conciliar. Porque si lo que se tiene como religión perfecta es el simple humanitarismo, de amor a la propia especie, ¿para qué sirve ya la Misa? ¿Es la misericordia un fin en sí mismo? Recordemos que la misericordia es un atributo de Dios. Él sí la tuvo verdadera con todos nosotros porque la ejerció en su justo sentido: puso el corazón(cor, cordis)con el hombre abandonado en sumiseria. Nuestra respuesta debería ser en reciprocidad encender en los demás el amor hacia Él. De ningún modo un amor cainita, tanto por su tacañería como, aun peor, por estar dirigido a nosotros mismos. En cualquier caso sin recibir Dios lo más selecto de todos nosotros que es nuestras ansias de Él, convertidas en efecto de misericordia hacia los que son suyos. (Mt 25, 40: "estos")

Creo que para interpretar este episodio o cualquier otro hay que conocer quién es el que habla, en este caso nada menos que Dios bajado a la tierra para enseñarnos. El mismo que, niño de doce años, asombró en Jerusalén a los doctores del Templo por su conocimiento de las Escrituras. Además, hay que conocer el trasfondo del asunto que le interesaba corregir. Y destacar o remitirse al antecedente de frase tan tremenda e inesperada: "Las prostitutas os precederán en el reino de los cielos."

¿Canoniza aquí Jesús la prostitución? ¿Cómo entender que nos proponga como ejemplo un desorden tan claro en la vida de cualquier persona? Sin embargo...

Esta invectiva de Cristo aparece en el Evangelio después de la parábola de los dos hijos, que uno dice:“Sí”, al mandato de su padre, sin cumplirlo, y el otro que diciendo: “No” sí le obedece. Aplicado a los fariseos parece acusación clara a que sus palabras no se refrendaban con los hechos, es decir, con sincero amor a Dios. Y para destacarlo advierte que las prostitutas les precederían en el Reino de los cielos. Algunos predicadores dicen que estas prostitutas en aquel tiempo recordaban a Jesús a los pobres de Yahvé. Si se acepta el supuesto, como aquellos ellas también estaban marginadas de la sociedad.

Pero no sólo las cita por eso sino que afirma que mucho se le perdonará a quien mucho ha amado. Se entiende la evidencia del arrepentimiento, la conversión de vida como sustento del perdón, y se admite que el desorden del pecado se neutraliza con el reconocimiento humilde de nuestra bajeza y la misericordia - mejor decir solidaridad - con los demás, prójimos y congéneres nuestros. En estas prostitutas a mi me parece que se destaca la ofrenda de su oficio, la ganancia y el patrimonio todo, llegado el momento, para servir a Dios y para beneficio de su Santo Nombre. Así la mujer que le unge y le lava con sus lágrimas y cabellos muestra su confesión de pecadora y proclama su intuición de la divinidad presente.

Las prostitutas que fueron parientes de Jesús

Aparte de lo dicho, hay otros datos que llevan a entender, quizás mejor, a Nuestro Señor. Es fácil deducirlo de un auditorio que conocería sobradamente lo que diré a continuación.

Para prólogo recordemos que la genealogía de Jesús tiene entre sus antepasados tres mujeres de moral dudosa. Una, Tamar, o Tamara, que sedujo a su suegro, Judá, para tener la descendencia que deseaba; otra, Betsabé, la famosa amante del rey David. Pero la que mejor explicaría la frase de Jesús es Rajab, o Rahab. (Jos 2, 1 y ss)

Rajab era una cananea conocida en Jericó como ramera que explotaba un negocio de prostitución. Esta condición hacía su casa muy visitada por forasteros. Josué, que con sus tropas estaba acampado en Sittim, cerca de Jericó, decidió que había llegado el tiempo de expulsar a los cananeos de la Tierra Prometida. Jericó era la principal fortaleza de Canaán y si caía en sus manos caerían todas las demás ciudades de aquel pueblo de idólatras que hostigaba constantemente a los israelitas.

Para investigar los puntos más débiles de la muralla Josué mandó unos espías que se hospedaron en la casa de Rajab, suponiendo que pasarían desapercibidos al ser lugar frecuentado por forasteros. La casa de Rajab estaba en la misma muralla con accesos por ambos lados: una puerta al interior y una ventana al exterior. Se enteró el rey de Jericó y envió unos emisarios conminando a Rajab que entregara los espías.

La prostituta Rajab ya conocía que los israelitas fueron ayudados por su dios al separar las aguas del Mar Rojo. Esto lo deduzco yo. Consecuentemente decidió apostar por ellos. Los escondió en la terraza y con riesgo de su vida les dijo a los emisarios: «[...] estaba a punto de cerrarse la puerta (de la ciudad) al oscurecer, cuando esos hombres salieron. No sé adonde habrán ido; perseguidlos aprisa que de seguro los alcanzaréis.» Salieron entonces a buscarlos hacia el Jordán.

Rajab acordó con los israelitas que cuando tomaran la ciudad ella y su familia estarían en casa preparados para huir o ser protegidos. Para ello ataría en la puerta un lazo rojo. Luego les ayudó a salir por la ventana y descolgarse hasta el suelo. Informado, Josué cumplió la promesa y salvó a la prostituta Rajab y los suyos porque gracias a su ayuda pudo derribar la muralla y liberar para Israel la Tierra Prometida.

Evidentemente, los fariseos del tiempo de Jesús no eran émulos de Rajab pues que con el enviado de Dios, el Verbo encarnado, el mesías profetizado, no sólo no arriesgaron nada de su estatus ni mucho menos sus vidas sino que, para mayor culpa: “Vino a los suyos y los suyos no le recibieron.”

Y miren ustedes que a mí esta historia me hace más comprensible la cita: «Las prostitutas os precederán en el Reino de los cielos.” Porque estar como cristiano y no serlo, es una falsa identidad; decir sí para que sea no, un fraude de la confianza puesta en nosotros. Así como ofensa y traición apostar, hoy de nuevo, por los ecumenismos cananeos dando la espalda al Evangelio de Jesucristo, Dios y hombre verdadero.

Confío que nadie se escandalice y, si así ocurre..., pues que sea mejor la próxima vez.


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