MILEI Y AYUSO
No existe autentica libertad sin justicia social. Van de la mano. Es un principio ético reconocido universalmente.
| Fernando Bermúdez
El 20 de junio escuché el discurso del señor Milei, presidente de Argentina, en el acto en el que la comunidad de Madrid le condecoró con una medalla. Me sorprendió poderosamente sus palabras: “La justicia social es una idea aberrante... Es un monstruo horrible… La justicia social es profundamente injusta y violenta”,palabras asentidas también por la Sra. Diaz Ayuso, a quien se le hacía la boca agua hablando de libertad.
Como teólogo y misionero jubilado en Centroamérica no puedo callar ante este pensamiento opuesto radicalmente a los más elementales principios de la ética y de la Doctrina Social de la Iglesia, emanados del evangelio de Jesús.
La justicia social no debe considerarse como una mera teoría sino como un fundamento para la acción, porque surge de la conciencia de la dignidad de todas las personas y desde la opción preferencial por los más pobres y excluidos.
No existe autentica libertad sin justicia social. Van de la mano. Es un principio ético reconocido universalmente. No entendemos cómo un hombre que es presidente de un país latinoamericano que, precisamente en los seis meses de gobierno está acelerando el proceso de empobrecimiento, y por otra parte, la presidenta de la comunidad de Madrid, juntos degradan tan descaradamente los valores humanos. ¿Qué entienden por libertad? Para ellos libertad es explotar a los trabajadores, saquear los recursos naturales, privatizar los servicios públicos, enriquecer a una minoría a costa del trabajo de las mayorías… Esa libertad es antidemocrática. Pues no existe verdadera libertad sin igualdad y fraternidad. España y el mundo necesitan una apremiante regeneración ética y los políticos deberían ser los primeros en vivir, proclamar y dar ejemplo de estos valores.