¿Feliz 2014 o 2016?
La crisis tienen una causa estructural, es antropológica y por tanto espiritual en un sentido lato. La única forma de salir de la crisis es mediante una transformación de todos y cada uno de los seres humanos que habitamos este planeta. Esa metanoia es la que llevará a adoptar las medidas sociales, económicas y políticas que nos saquen de esta crisis. Es cierto que hay medidas, todas las que toma el gobierno, que solo ayudan a proseguir mucho tiempo en esta situación, pero será necesario un cambio de mentalidad global para que se tomen las medidas adecuadas. Sin este cambio, los del otro bando seguirán tomando las mismas medidas, con un parchecito aquí y otro allá, con un coloreado verde o rojo, pero las mismas medidas de fondo, pues el modelo de desarrollo social y económico, el capitalismo, es el molde que da forma a todo lo que se hace en él. Necesitamos una transformación radical del ser humano y esto solo puede suceder por reflexión, por sufrimiento o por una combinación de ambos.
Es patético el baile de cifras arrojadas a la cabeza del contrincante estos días. Unos disparan con los datos del paro registrado, los otros con los datos EPA; unos atizan con la prima de riesgo, los otros con la deuda y el déficit; unos arremeten con los datos de PIB, los otros con los de consumo. Es igual, todos esos datos no dicen nada más que esto no es sino la consecuencia de una economía basada en la especulación, la avaricia y el egoísmo llevado a niveles sociales. Con lo que hay sobra para que podamos organizar una sociedad justa y feliz donde todos colaboremos con todos para que nadie sufra necesidad. Es posible hacer las cosas de otra manera, pero hay que transformar nuestra mente y nuestro corazón, para hacer cosas diferentes y para desear de diferente manera. Tenemos que convencernos que la alegría es una realidad interior que desborda y que la felicidad son las relaciones que establecemos. 2014 será feliz sin nos damos cuenta de esto, de lo contrario no habrá ningún año próximo feliz.