¿Feliz 2014 o 2016?

Dos tendencias se adueñan del espacio virtual de la Red global en este inicio de año. De un lado están los que felicitan el 2014 porque, siguiendo la estela de su amado líder, afirman que es el año, por fin, de la recuperación y por tanto el 2015 será el de su siguiente victoria electoral. Por otro lado están los que piensan que 2014 y 2015 no tienen nada que celebrar, puesto que serán dos años más de gobierno pepero. Los de "Carne cruda", han felicitado el 2016 porque será el primer próximo año sin gobierno PP. A pesar de las apariencias, son dos posiciones simétricas: ambas piensan que la salida de la crisis es fruto del esfuerzo económico y social que podamos hacer. Unos piensan que el gobierno es la solución, los otros que una de las causas; pero ambos que hacer esto o hacer lo otro es lo que nos saca de la crisis. Ambos están equivocados.

La crisis tienen una causa estructural, es antropológica y por tanto espiritual en un sentido lato. La única forma de salir de la crisis es mediante una transformación de todos y cada uno de los seres humanos que habitamos este planeta. Esa metanoia es la que llevará a adoptar las medidas sociales, económicas y políticas que nos saquen de esta crisis. Es cierto que hay medidas, todas las que toma el gobierno, que solo ayudan a proseguir mucho tiempo en esta situación, pero será necesario un cambio de mentalidad global para que se tomen las medidas adecuadas. Sin este cambio, los del otro bando seguirán tomando las mismas medidas, con un parchecito aquí y otro allá, con un coloreado verde o rojo, pero las mismas medidas de fondo, pues el modelo de desarrollo social y económico, el capitalismo, es el molde que da forma a todo lo que se hace en él. Necesitamos una transformación radical del ser humano y esto solo puede suceder por reflexión, por sufrimiento o por una combinación de ambos.

Es patético el baile de cifras arrojadas a la cabeza del contrincante estos días. Unos disparan con los datos del paro registrado, los otros con los datos EPA; unos atizan con la prima de riesgo, los otros con la deuda y el déficit; unos arremeten con los datos de PIB, los otros con los de consumo. Es igual, todos esos datos no dicen nada más que esto no es sino la consecuencia de una economía basada en la especulación, la avaricia y el egoísmo llevado a niveles sociales. Con lo que hay sobra para que podamos organizar una sociedad justa y feliz donde todos colaboremos con todos para que nadie sufra necesidad. Es posible hacer las cosas de otra manera, pero hay que transformar nuestra mente y nuestro corazón, para hacer cosas diferentes y para desear de diferente manera. Tenemos que convencernos que la alegría es una realidad interior que desborda y que la felicidad son las relaciones que establecemos. 2014 será feliz sin nos damos cuenta de esto, de lo contrario no habrá ningún año próximo feliz.
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