Friedman, Draghi y Zorba el griego.

Una de las paradojas del dinero, del economista de la Escuela de Chicago Milton Friedman es la archiconocida paradoja del helicóptero. Friedman no creía en la expansión cuantitativa del dinero, porque lo único que traería sería inflación. El caso que él propone es el de una isla donde sobre sus habitantes se arrojaran miles de billetes en un helicóptero. ¿Qué sucedería con la economía?, ¿habría más riqueza entre su gente? La respuesta es obvio que negativa, el dinero no produce más bienes y servicios, lo único que sucedería es que habría más billetes por unidad producida, es decir, inflación. Lo verdaderamente paradójico de esta paradoja, es que esta escuela económica basa toda su política en el control de la cantidad de dinero: se reduce la emisión de dinero para frenar la inflación, se flexibiliza su emisión para activar la economía. Toda la política estadounidense hasta Bernanke fue controlar la cantidad de dinero en circulación para impedir la inflación. Lo mismo sucede en Europa, el BCE ha controlado la emisión de dinero para evitar la inflación, y a fe que lo ha conseguido, hasta el punto que Europa corre el riesgo de la deflación, un mal mucho peor para el modelo capitalista.

Sin embargo, Draghi ha decidido que ya estaba bien de controlar tanto el dinero y se ha propuesto empezar a arrojarlo con el helicóptero de Friedman, pero controlado, no sobre toda la población, sino sobre los bancos, otra vez. Sí, otra vez, pues hasta ahora, de tapadillo, el BCE no ha hecho otra cosa que dar dinero a los bancos, barra libre al 0,05% con la condición de que compraran deuda pública. De esta manera, en un acto de prestidigitación, la deuda de los bancos, billonaria, ha ido pasando a los Estados. Pongamos el ejemplo de España. Al comenzar la crisis el Estado tenía una deuda total del 36% del PIB y los bancos españoles más de 2 billones, el 200% del PIB español. Con la política de Draghi, los bancos españoles compraban dinero a un precio irrisorio de entre el 0 y el 1% y compraban deuda de España a entre el 3 y el 6% que llegó a estar. En cinco años, 2010-2014, el Estado español se ha endeudado en 700 mil millones de euros, de los cuales han sido comprados por los bancos españoles la mitad. Ahora la situación es que los bancos españoles poseen deuda española que les genera beneficios netos de entre el 3 y el 5%, pero siguen sin liquidez. Aquí viene el helicóptero en su ayuda otra vez.

El BCE va a comprar, por valor de 1,1 billones, la deuda que los bancos han adquirido del Estado, con el objetivo de crearles liquidez y que den préstamos. Pero la jugada es más enrevesada. En los 18 meses que va a durar el QE, el alivio cuantitativo, como lo llaman, los bancos españoles podrán convertir sus bonos del Estado en dinero líquido. De esta manera, la deuda española en manos de los bancos pasará al BCE, que será oficialmente el primer tenedor de deuda del Estado español. Una vez hecho esto, los bancos españoles habrán saneado algo su cartera y estarán en disposición de pujar por lo poco que le queda a España por vender. Mientras, la deuda española, en manos del BCE, nos pondrá bajo su entera disposición. Si había alguna posibilidad de que España cancelara la deuda con los bancos españoles a cuenta de los más de 400 mil millones que nos ha costado salvarlos, esta posibilidad se esfuma. No será posible negociar con el BCE, como sí lo era con los bancos. El círculo se cierra sobre España, Portugal o Italia. Caso aparte es Grecia.

Muchos olvidan que Grecia debía su dinero a bancos alemanes y franceses principalmente. También olvidan que el 80% de la deuda griega en el momento del primer rescate se debía a tanques y submarinos comprados a Francia y Alemania y comprados a crédito de bancos alemanes y franceses. El rescate a Grecia fue un salvamento de aquellos créditos que no podrían, ni deberían, ser pagados. Ahora, el BCE se convierte en el dueño y señor de las economías del sur, por si acaso se ponen un poco respondones. Sin embargo, lo que está haciendo Draghi no es más que una patada a seguir, su bala de plata para salvar lo insalvable. Con los tipos de interés en 0 y empezando a comprar deuda pública indirecta, el siguiente paso para evitar la deflación es imprimir dinero y eso será el fin de Europa, si seguimos por este camino. En Grecia ha amanecido un nuevo día, quizá la cuna de la civilización occidental sea la cuna de su renacimiento.

Bailemos un sirtaki por el futuro.
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