Teología y Globalización con el Papa Francisco

Desde el año 2007 que comenzó a impartirse la Licenciatura en Teología Fundamental en el Instituto Teológico de Murcia, llevo impartiendo una asignatura que es fruto de mis investigaciones sobre la Teología en el mundo en que vivimos. La asignatura se imparte cada dos años y forma parte del plan de estudios aprobado por la Santa Sede para esta titulación. Su nombre es Teología y Globalización. Cuando se nos aprobó la docencia del Máster en Teología en convenio con la Universidad de Murcia, la asignatura se imparte también bajo el título Teología y Posmodernidad, hoy ya en su modalidad on line. Este lunes comenzamos las clases presenciales del Máster y las clases on line, pero este curso va a ser distinto por un motivo que venía atisbándose desde que imparto esta asignatura: la figura del Papa Francisco y su visión sobre el mundo que vivimos.

Efectivamente, el programa de la asignatura recoge las publicaciones que he ido haciendo en los últimos siete años, especialmente mis libros "Un mundo en quiebra. De la globalización a otro mundo (im)posible" (Catarata, Madrid 2011), "Descodificando a Jesús de Nazaret" (Irreverentes, Madrid 2010), y "No podéis servir a dos amos. Crisis del mundo, crisis en la Iglesia" (Barcelona, Herder R/D, 2013), este último publicado una semana después de la elección de Francisco como obispo de Roma. Durante los distintos cursos académicos que he impartido la asignatura he puesto el acento en el análisis crítico de la globalización y en las estructuras que producen tanto sufrimiento para las inmensas mayorías pobres de nuestro mundo. La globalización es una estructura de dominio que se ha extendido a todos los ámbitos de la sociedad mundial: economía, política, filosofía, medios de comunicación y cultura. Se trata de una variación del capitalismo en su fase senil que nos lleva hacia un mundo organizado y estructurado por la injusticia, la búsqueda del lucro a costa de cualquier cosa y la pérdida de los referentes humanos que nos permiten seguir siendo hombres en un mundo de hombres.

Desde esta perspectiva, mi análisis se tornaba crítico con un modelo de Iglesia que no iba a las causas reales de la injusticia y utilizaba paños calientes para criticar la globalización neoliberal que tanto daño está causando en le Planeta. La Doctrina Social, muy dura con las condiciones de injusticia, suavizaba su tono a la hora de criticar el capitalismo como modo económico y social de la globalización, atrapada todavía en la crítica a un comunismo inexistente. Por eso, mi análisis siempre exigía que la Iglesia se transformara en profeta crítica del modelo social imperante que mata a tantos millones de seres humanos, pues, sin esa implicación de la Iglesia los pobres no tendrían quienes les defendieran realmente. No basta con el asistencialismo; no es suficiente alimentar a los hambrientos, hay que acabar con las causas estructurales que producen el mal, hay que acabar con el capitalismo que mata al hombre y a la sociedad.

Bien saben los alumnos que han cursado la asignatura y que luego hayan leído Evangelii Gaudium y los textos de Francisco contra la economía de la exclusión que mata, que la Iglesia de Francisco es la que en estos años atrás estábamos esbozando en esta asignatura. Una Iglesia del lado de los pobres y contra un sistema social injusto y asesino. Francisco ha sido la respuesta providencial a la propuesta que este profesor ha venido haciendo los últimos siete años, por eso es fácil imaginar la alegría que supuso escuchar a Francisco y leer Evangelii Gaudium. Es, permítaseme decirlo, como si mis plegarias fuesen escuchadas, pues mi análisis conducía, indefectiblemente, a la revolución eclesial de Francisco o a la muerte por inacción de la Iglesia.

Este curso comenzamos la asignatura incluyendo el documento programático de Francisco como punto focal del análisis, y añadiendo sus textos y discursos como apoyo del proceso de enseñanza. Intentaremos seguir aportando un pensamiento lúcido y comprometido para que el mundo y la Iglesia avancen hacia ese otro mundo que hace tiempo parecía menos posible que hoy y que los cristianos llamamos Reino de Dios. El mayor gozo de este profesor es que sus esfuerzos sirvan para esto, a pesar de las críticas que hemos recibido y seguiremos recibiendo, pero seguros en el amor a la Iglesia y al mundo que Dios nos ha regalado para el encuentro y la comunión.
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