Digámoslo de entrada: la LOMCE es una chapuza en toda regla, una amalgama de inconsistencias, insensateces y estupideces de tal calibre que no puede existir ni una sola mente inteligente que pueda darle su apoyo tras haberla leído. Y como entiendo que entre el 42% de los que fueron a votar y lo hicieron al actual gobierno debe haber, por pura ley estadística, muchos inteligentes, entiendo que todos ellos, tras la lectura se habrán descojonado de la broma, porque no cabe otra opción. Un mal chiste, una broma de mal gusto, eso y no otra cosa es el corta y pega al que han llamado Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa. Una inconsistencia legal de tal calibre que abochorna a cualquiera que haya tenido que tragarse las anteriores leyes de educación. A tal punto llega esta supuesta ley que no es tal, sino una enmienda parcial a la ley anterior, la LOE, que a su vez era una adaptación de la LOGSE. Esas dos sí que eran leyes, con las que se puede estar de acuerdo o no, con argumentos y mediante un debate. Pero, ¿qué narices de debate puede existir con una pifia de un mal alumno que ha rebuscado en el rincón del vago para presentar un trabajo? José Ignacio Wert se ha lucido para lo que le queda de existencia. Ha llenado su calva de ceniza y oprobio y su nombre se asociará a lo opuesto de su significado alemán.

En muchas ocasiones una anécdota es capaz de explicar la categoría. La anécdota nos la ha proporcionado el vil señor Gates, ladrón a espuertas de las riquezas comunes que Dios ha puesto al servicio de la humanidad. Pues bien, con parte de esas riquezas quiere incrementar sus posibles mediante la inversión en una de las empresas que más puede beneficiarse de la LOMCE. Sí, FCC es una de las empresas que va a entrar a saco en la privatización encubierta de la educación en España. Y lo va a hacer mediante varias estrategias. Una puede ser mediante la prestación de servicios ahora llamados externos a los centros públicos; otra será la creación de grupos de trabajo que puedan entrar, al calor de la ley, en los centros saltándose la obligatoriedad de las pruebas de oposición para el personal laboral de los centros públicos y otra más puede ser mediante la creación constante de centros privados que serán concertados y sufragados con dinero de todos, como está sucediendo con la FP, donde ya han sentados sus reales los mercenarios de la educación, ávidos de poder y riqueza. Además, está la cuestión de las evaluaciones "externas" del sistema, que por supuesto realizarán empresas privadas, previo pago de la cantidad requerida, como sucede ahora con la milonga de la Q de calidad en el sector educativo, una verdadera bazofia moral de la que nunca renegaremos bastante.

Gracias a Dios, esta morralla que han llamado tiene fecha de caducidad, la misma que el ministro que ha usurpado el santo nombre del servicio en el que está inserto. Cuando se vaya Wert se llevará con él la ignominia que ha traído a nuestro país. De lo que se trata es que se vaya pronto, pues cada día que pasa este señor al mando de la educación en España es un día perdido para hacer de nuestro país un lugar digno para vivir y del que uno pueda sentirse orgulloso.

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