"La llegada de los españoles a América no fue un picnic" 'El encuentro de cuatro imperios. El management de españoles, incas, mayas y aztecas'
"Mi reciente libro sobre la llegada de los españoles a América se presentará el 23 de mayo de 2022 en Caixaforum de Madrid, a las 19:00"
"En 'El encuentro de cuatro imperios. El management de españoles, aztecas, incas y mayas' (Kolima) analizo las enseñanzas que pueden extraerse de las culturas precolombinas y de las aportaciones españolas del siglo XVI y posteriores"
"Los reyes españoles desplegaron profundo interés en que se escribieran y archivaran leyes, careos, juicios o controversias. En octubre de 1785 llegaron a la lonja del comercio de Sevilla mil novecientas nueve arrobas de papeles históricos"
"En los casi diez kilómetros de estanterías de ese registro queda una y otra vez verificado, salvo puntuales borrones, el loable papel de la Iglesia en América. Su relevancia se debió tanto a la expansión de la fe como a la inculturación"
"Los ingleses nunca trataron de convertir a los aborígenes al cristianismo ni tampoco de formarlos. Su objetivo fue, salvo puntuales excepciones, controlar y explotar territorios. Un buen ejemplo es la Compañía Británica de las Indias"
"La llegada de los españoles a América no fue un picnic. Como tampoco la romanización ni la expansión de Alejandro Magno. El foco de sospecha puesto con saña iletrada sobre lo obrado por los españoles en el proceso de colonización ha sido tan negativo e injusto como espurio"
"Al igual que en 2000 años liderando equipos (Kolima, 2020), me he documentado exhaustivamente a lo largo de tres décadas"
"Los reyes españoles desplegaron profundo interés en que se escribieran y archivaran leyes, careos, juicios o controversias. En octubre de 1785 llegaron a la lonja del comercio de Sevilla mil novecientas nueve arrobas de papeles históricos"
"En los casi diez kilómetros de estanterías de ese registro queda una y otra vez verificado, salvo puntuales borrones, el loable papel de la Iglesia en América. Su relevancia se debió tanto a la expansión de la fe como a la inculturación"
"Los ingleses nunca trataron de convertir a los aborígenes al cristianismo ni tampoco de formarlos. Su objetivo fue, salvo puntuales excepciones, controlar y explotar territorios. Un buen ejemplo es la Compañía Británica de las Indias"
"La llegada de los españoles a América no fue un picnic. Como tampoco la romanización ni la expansión de Alejandro Magno. El foco de sospecha puesto con saña iletrada sobre lo obrado por los españoles en el proceso de colonización ha sido tan negativo e injusto como espurio"
"Al igual que en 2000 años liderando equipos (Kolima, 2020), me he documentado exhaustivamente a lo largo de tres décadas"
"Los ingleses nunca trataron de convertir a los aborígenes al cristianismo ni tampoco de formarlos. Su objetivo fue, salvo puntuales excepciones, controlar y explotar territorios. Un buen ejemplo es la Compañía Británica de las Indias"
"La llegada de los españoles a América no fue un picnic. Como tampoco la romanización ni la expansión de Alejandro Magno. El foco de sospecha puesto con saña iletrada sobre lo obrado por los españoles en el proceso de colonización ha sido tan negativo e injusto como espurio"
"Al igual que en 2000 años liderando equipos (Kolima, 2020), me he documentado exhaustivamente a lo largo de tres décadas"
"Al igual que en 2000 años liderando equipos (Kolima, 2020), me he documentado exhaustivamente a lo largo de tres décadas"
Cuando cursaba mis iniciales estudios universitarios conocí al capellán de aquella institución académica. Se llamaba Antonio Ruiz Retegui (+2001). Era joven, empático, con inquietudes intelectuales. Charlé con él con motivo de mis investigaciones sobre Descartes, que culminaron en primera tesis doctoral. Antonio era un extraordinario docente, admirado por los estudiantes en las clases de teología que impartía. Me confió con sano orgullo que era el profesor mejor valorado. Cierto día me habló de que solía poner una prueba en la primera sesión: dictaba nombres de personajes relevantes y solicitaba que los asistentes los ordenasen cronológicamente.
He replicado aquel experimento en universidades de diversos países. Los resultados han sido sin alteración pasmosos: Julio César, en el siglo X o XII; Hitler, en el II o el III; Stalin, en el V o el VII; Tomás de Aquino, en el XIX o el XX; Calígula, en el s. III o II a.C.; Nerón, en el VII o IX a.C.; y así. El elenco de disparates es portentoso. ¡Y se trata de alumnos de instituciones presuntamente de élite en enclaves supuestamente civilizados!
He recordado estos sucesos con ocasión de mi reciente libro sobre la llegada de los españoles a América, que se presentará el 23 de mayo de 2022 en Caixaforum de Madrid, a las 19:00. El sábado sucesivo, 28 de mayo, firmaré ejemplares en la Feria del libro, de 19:00 a 21:00 en la caseta de la editorial Kolima. Día muy especial, por cierto, pues en ese mismo lugar y hora firmará mi hijo mayor su primera obra -Trayectoria manipulada-, comentada en este blog.
La ignorancia de muchos es, como digo, enciclopédica, ¡abismal! Lo he verificado una vez más con ocasión del último libro de Enrique Sueiro, reseñado por mí hace pocas semanas. Gente que ni siquiera lo ha leído lo juzga con esperpéntica desfachatez. Quizá hicieran mejor estudiando que criticando.
En 'El encuentro de cuatro imperios. El management de españoles, aztecas, incas y mayas' (Kolima) analizo las enseñanzas que pueden extraerse de las culturas precolombinas y de las aportaciones españolas del siglo XVI y posteriores. Era entonces España un faro cultural de primer orden en el que se encuadró la Escuela de Salamanca, hontanar en el que siguen bebiendo los mejores intelectuales interesados, entre otras ciencias, por la gestión de personas y organizaciones.
"La ignorancia de muchos es, como digo, enciclopédica, ¡abismal!"
Escasas vicisitudes se encuentran tan documentadas como las que examino en este volumen. Los reyes españoles -¡tan clara era su conciencia de estar realizando una portentosa labor!- desplegaron profundo interés en que se escribieran y archivaran leyes, careos, juicios o controversias. Primero, entre otros lugares, en Simancas (Valladolid) y luego en Sevilla.
Tal como detallo en el libro, el 14 de octubre de 1785, a las 16:45 h, llegaron a la lonja del comercio de Sevilla veinticuatro carretas arrastradas por mulos desde Simancas, tras haber transitado por Despeñaperros, La Carolina, Córdoba y Écija. El peso transportado fue de mil novecientas nueve arrobas de papeles históricos almacenados en doscientos cincuenta y siete cajones protegidos por hule.
Carlos III, el ministro malagueño José de Gálvez y Juan Bautista Muñoz, cosmógrafo, fueron los responsables de una memorable decisión: la fundación del Archivo General de Indias. En los casi diez kilómetros de estanterías de ese registro se halla la documentación coherente, objetiva y organizada de los hombres del descubrimiento y sus avatares. Toda una fronda estructurada primordialmente de manuscritos que plasman eventualidades de los territorios e instituciones americanistas. La práctica totalidad de los legajos y pliegos figuran con su lugar y fecha.
Queda una y otra vez verificado, salvo puntuales borrones, el loable papel de la Iglesia en América. Su relevancia se debió tanto a la expansión de la fe como a la inculturación. Los misioneros se esforzaron con denuedo por dominar idiomas autóctonos y calar en las culturas indígenas. La Iglesia erigió innumerables colegios tanto para nativos como para colonos. Fray Pedro de Gante, apenas culminada la conquista de México, fundó una escuela para los naturales en el convento de San Francisco. En 1536 arrancó para hijos de los caciques el Colegio Imperial de Santa Cruz de Tlatelolco, promovido por el obispo mexicano fray Juan de Zumárraga bajo el patrocinio del virrey Antonio de Mendoza, que también fue el motor de un centro de formación para mestizos, nominado San Juan de Letrán (1547). Mendoza, Zumárraga, al igual que otros miles de españoles, siempre confiaron más en la preparación intelectual que en la imposición.
"El foco de sospecha puesto con saña iletrada sobre lo obrado por los españoles en el proceso de colonización ha sido tan negativo e injusto como espurio"
Los ingleses nunca trataron de convertir a los aborígenes al cristianismo ni tampoco de formarlos. Su objetivo fue, salvo puntuales excepciones, controlar y explotar territorios, y poco importaba si para ello tenían que aniquilar a poblaciones enteras. Un buen ejemplo es la Compañía Británica de las Indias, una desalmada sociedad privada que esquilmó sin control buena parte de lo que hoy son la India y Pakistán, y llegó a disponer de un ejército más numeroso que el británico.
La llegada de los españoles a América no fue un picnic. Como tampoco la romanización ni la expansión de Alejandro Magno. El foco de sospecha puesto con saña iletrada sobre lo obrado por los españoles en el proceso de colonización ha sido tan negativo e injusto como espurio.
Al igual que en 2000 años liderando equipos (Kolima, 2020), me he documentado exhaustivamente a lo largo de tres décadas. Las aproximadamente dos mil quinientas horas dedicadas en los últimos dos años han sido posibles gracias a la Cátedra de Fundación la Caixa en el IE.