De Babel a Pentecostés

Esta vez la ley de la Antigua Alianza se completó, con parecidos signos externos, con la Nueva Alianza en el Espíritu Santo. Nacía la Iglesia, de acuerdo con la promesa de Jesucristo. El pueblo escogido ya no era sólo Israel, sino todos los pueblos, como escribió San Pablo a los Corintios: "En un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo, judíos y griegos, esclavos y libres...". El mensaje era claro: el Espíritu Santo derriba todas las posibles barreras de razas y naciones. Todos somos hermanos en Jesucristo.
Benedicto XVI repara en otra aportación del texto de los Hechos de los Apóstoles: en aquel que nos dice que había por aquellos días en Jerusalén gentes de muy diversas procedencias y todos entendían las palabras de los apóstoles. Es un símbolo de la unidad, que nos lleva, por contraste, a pensar en la confusión de lenguas que siguió a la construcción de la Torre de Babel. La lección es que la soberbia, cuando el hombre intenta prescindir de Dios y se endiosa él mismo, lleva a la desunión; mientras que las personas que se dejan llevar por el soplo del Espíritu, son agentes de unidad y siembran la paz a su alrededor.
Hoy, en esta fiesta de Pentecostés, podemos dar gracias a Dios, como fue la intención primera de los judíos al establecerla, y también celebrar la presencia del Espíritu Santo entre nosotros, que asistirá siempre a su Iglesia.
Hace poco hemos tenido una prueba más, si puede hablarse así, de esta asistencia. Durante el tiempo de sede vacante, muchos periodistas y vaticanistas pronosticaron quién sería el nuevo Papa. Barajaban muchas posibilidades, pero nadie acertó con que el elegido sería el cardenal argentino Bergoglio. La presencia del Espíritu se hizo casi patente en el cónclave.
Pero no pensemos que sólo actúa en momentos especiales de la vida de la Iglesia. Nos asiste a cada uno de nosotros cuando lo invocamos y nos conduce generalmente no como viento impetuoso, sino como brisa suave que nos llena de paz y nos enseña cómo estrechar la unidad con todos nuestros hermanos.