El Niño jesús de Praga
La historia de la relación entre la Comunidad carmelita y la imagen viene de antiguo. En 1906, en tiempos del arzobispo Tomàs Costa Fornaguera, fue inaugurada en el templo una capilla que albergaba esaa imagen. Y, cincuenta años más tarde, en 1956, fue coronada de nuevo por el cardenal Dr. Benjamín de Arriba y Castro. La necesidad de una ampliación de la iglesia hizo que durante mucho tiempo la misma no contara con eta capilla, hoy felizmente restablecida. Entrando por el lateral derecho del templo, puede contemplarse hoy la imagen de Jesús Niño bendiciendo al mundo.
La particular devoción al Santo Niño de Praga comenzó a principios del siglo XVII. La princesa Polyxenia de Lobkowitz recibió, como regalo de su madre en su matrimonio, una hermosa estatua del Divino Niño procedente de España. La estatua era de cera, de 48 cm. El Niño Jesús está de pie, con la mano derecha levantada, en actitud de bendecir, mientras con la izquierda sostiene un globo dorado que representa la tierra.
En 1628 había estallado la guerra en Praga y el monasterio fue reducido al extremo de pobreza. En aquellos días, la princesa se presentó a la puerta con su estatua y dijo: "Aquí les traigo el objeto de mi mayor aprecio en este mundo. Honrad y respetad al Niño Jesús y nunca os faltará lo necesario". Desde aquel momento fueron muchos los avatares históricos que pasó la capital checa y que afectaron a la iglesia que acogía la imagen, situada en uno de los barrios más antiguos, cerca de la Catedral. La imagen fue rota y arrojada a los escombros, pero al restablecerse la paz fue hallada y sus quebrados brazos, restaurados.
La devoción trascendió la ciudad de Praga y se extendió por el mundo, igual que había sucedido con el Santo Niño de Atocha, venerado en España y Latinoamérica o con el Santo Niño de Cebú, en Filipinas.
En todos los casos esas devociones se inspiran en la ternura que despierta la contemplación de la infancia de Jesús, tan presente en la Iglesia y de modo particular entre la comunidad carmelitana. Y nos hace reparar en aquellas palabras de Jesús que recogen los Evangelios: "Si no os hiciereis como uno de estos niños, no entraréis en el reino de los cielos".
En la iglesia de Praga donde es venerada la antigua imagen, son muchas las personas que a diario entran para rezarle. Gentes de todo el mundo, que han obligado a que los domingos se celebren misas en francés, inglés e italiano, además de en checo. Desde noviembre pasado el templo de los PP. Carmelitas Descalzos de Tarragona es nuevamente un punto de referencia para los devotos de esa imagen que presenta a Jesús bendiciendo al mundo y a la que encomiendo, de modo especial, bendiga nuestra archidiócesis de Tarragona.