Tica Font, del Centro Delás, repasa la trayectoria vital de Arcadi Oliveres Defensor incansable de los más débiles
Referente intelectual y de vida comprometida en la formación de varias generaciones de jóvenes catalanes, Arcadi Oliveres nunca ha aceptado ninguna injusticia y se ha enfrentado a todo aquello que decían que no se podía cambiar. Y por el camino nos ha cambiado a muchos de nosotros, convirtiéndose en referente y maestro.
| Tica Font
Hoy reconocemos la trayectoria personal de Arcadi Oliveres, una vida dedicada a la defensa de los más débiles, una vida que para muchos podría ser agotadora, solamente conociendo su agenda de cada día con 2, 3, 4 o 5 actos, entre charlas, programas de radio, televisión, reuniones y clases en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Desde joven, su compromiso lo llevó a vincularse en movimientos como el escultismo y en los años 60 participó en las marchas europeas de Pax Christi, que le permitieron entrar en contacto con jóvenes europeos y con el movimiento pacifista, mientras España vivía sumida aún en la dictadura. Este contacto personal le impregnó de valores pacifistas y no violentos; valores que no dejará nunca y que guiarán sus compromisos a lo largo de toda su vida.
Su compromiso político se plasmó en la defensa de la democracia y las libertades democráticas durante el franquismo y la Transición. Así durante su época de estudiante universitario, en el 66 se implicó activamente en las asambleas clandestinas del Sindicato Democrático de Estudiantes. En los 70 hizo lo propio en varias plataformas y actividades en favor de la democracia y las libertades. Participó en la Asamblea de Cataluña, incluso llegó a custodiar sus archivos clandestinos durante ciertos periodos de tiempo. También se implicó en el nacimiento del movimiento vecinal, en concreto en la creación de la asociación de vecinos de L’Esquerra de l’Eixample. En este ámbito es importante mencionar, desde su vinculación con Justícia i Pau, su compromiso, junto con Joan Gomis y Joaquin Ruiz-Giménez, en el desarrollo de varias campañas de oposición a la pena de muerte en los últimos años de la dictadura. En un intento de evitar las últimas ejecuciones del Régimen, enviaron mensajes a Franco, se reunieron con el nuncio vaticano en España, con el cardenal de Barcelona, con el presidente de la Conferencia Episcopal y pidieron la actuación del Papa tanto en el caso de los condenado del proceso de Burgos como en el de Salvador Puig Antich en Barcelona.
Más adelante, a inicios de los 80 nos conocimos dentro del movimiento anti-OTAN en Barcelona, en los debates y en el apoyo al movimiento de objetores de conciencia al servicio militar obligatorio, de la noviolencia y en las campañas de objeción fiscal al gasto militar. En paralelo, en 1984 Arcadi entró en contacto con la incipiente Red Europea contra el Comercio de Armas (ENAAT) y así fue como después de perder el referéndum de la OTAN, nos propuso a algunas personas abrir un área nueva de trabajo por la paz, centrada en la venta de armas, en la industria militar y involucrarnos en campañas europeas contra las exportaciones de armas, el desarme y contra las guerras. Fue, por tanto, un precursor incansable del movimiento por la paz en Cataluña.
Como persona siempre comprometida con los más débiles, se ha dedicado a denunciar las injusticias sociales, es decir, la falta de paz en nuestra sociedad y los excluidos de lo que llamábamos "Tercer mundo". Así, se comprometió y lideró la primera "Campaña del 0,7%" de ayuda al desarrollo y otras campañas como la de la condonación de la deuda externa de los países empobrecidos y la de denuncia del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Defensor de la banca ética, hizo de mediador entre los inmigrantes sin papeles encerrados en la Iglesia del Pi y la Generalitat de Catalunya.
Su activismo social se ha caracterizado por combinar la acción local dentro de un marco global. Así, en 1999 participó en la primera cumbre mundial de activistas por la Justicia Global en Seattle, que protestaban contra la cumbre de la Organización Mundial del Comercio. Con él, el activismo social catalán se unió al movimiento mundial de descontentos y críticos con el neoliberalismo globalizador y en solidaridad con la población de los países empobrecidos. Este movimiento de resistencia "antiglobalización" o altermundista asumió el lema "Otro mundo es posible", un movimiento plural y heterogéneo, que aglutinó sindicalistas, ambientalistas, indigenistas, organizaciones cristianas, feministas, organizaciones de derechos humanos y muchas organizaciones sociales. Un movimiento que reivindicaba priorizar los valores sociales y ambientales en frente del neoliberalismo económico que solo busca beneficiar a las grandes multinacionales de los países enriquecidos, que provocó la precarización del trabajo, la consolidación de un modelo económico injusto e insostenible, al tiempo que socavaba la capacidad democrática de los estados.
Arcadi era la persona que aglutinaba a todos los catalanes y catalanas que asistíamos a los Foros Sociales Mundiales, era el punto de referencia y de información. Bajo su impulso, las organizaciones catalanas y en especial las de Barcelona hicimos tejer red entre nosotros y al igual que en otras partes del mundo organizamos grandes protestas. Por ejemplo: "Contra el desfile militar" del año 2000, desfile que se terminó haciendo en Montjuïc y no en la Diagonal y que hizo posible que nunca más el Ejército volviera a desfilar por la ciudad de Barcelona. O la contra-cumbre del Banco Mundial que tenía que tener lugar en Barcelona en 2001 y que finalmente se hace por skype; o en la gran protesta mundial contra la invasión de Irak en 2003 "No la Guerra". Arcadi nos ha acompañado en todas las grandes "movidas" y manifestaciones, apoyando también la movilización del 15M en plaza Cataluña.
Siempre dispuesto a dar la cara por una causa justa, Arcadi nunca tuvo un no por respuesta. Su activismo se ha hecho patente con innumerables conferencias y actos por toda Cataluña y otros lugares de España y del mundo, convirtiéndose en un personaje influyente y querido. Arcadi ha sido y es un referente intelectual y de vida comprometida en la formación de muchas generaciones de jóvenes catalanes. Arcadi nunca ha aceptado ninguna injusticia y se ha enfrentado a todo aquello que nos decían que no se podía cambiar y se ha comprometido a cambiar todo lo que era inaceptable y por el camino nos ha cambiado a muchos de nosotros, ha sido nuestro referente y nuestro maestro. Esta es la suerte que hemos tenido los que la hemos conocido y hemos trabajado a su lado, hemos podido transitar por un camino difícil, a menudo poco transitado, pero muy gratificante, lleno de aprendizajes y de emociones.
Gracias Arcadi, muchas gracias, mil veces gracias, sin ti nada hubiera sido igual y muchas de nosotras no seríamos las mismas.