Los antiFrancisco, encabezados por el cardenal Müller, celebran una cumbre en Madrid Dios los cría...y el CEU los junta
"El CEU pone la plataforma, convoca, da visibilidad, organiza los ponentes y, sobre todo, pone el dinero y paga desde billetes de avión hasta estancias en hoteles madrileños"
"Munilla habló de 'martirio mediático'. Lo que no dice es que se lo ha buscado y que disfruta con él. Los medios son el arma que ha elegido 'para dar la batalla, porque hay que darla', dice"
"El arzobispado de Madrid dio la espalda al Congreso del CEU. Es sintomática, en este sentido, la ausencia del cardenal Osoro"
"El arzobispado de Madrid dio la espalda al Congreso del CEU. Es sintomática, en este sentido, la ausencia del cardenal Osoro"
Se acaba de celebrar en el CEU-San Pablo de Madrid una especia de 'cumbre' (algunos le llaman 'aquelarre') rigorista. Con la ACdP como anfitriona y organizadora del evento. Con el otrora prefecto de Doctrina de la Fe, cardenal Müller, como oficiante principal, acompañado por algunos de los líderes del sector antiFrancisco español: el cardenal Rouco y los obispos Munilla, Reig y Martínez Camino. A los que se sumó el cardenal peruano, emérito de Lima, Cipriani.
El Ceu, en su nuevo intento de convertirse en el aglutinador de todos los rigorismos patrios (como en la época de Alfredo Dagnino), pone la plataforma, convoca, da visibilidad, organiza los ponentes y, sobre todo, pone el dinero y paga desde billetes de avión hasta estancias en hoteles madrileños.
Y es que, desde la llegada al poder de los Propagandistas de Alfonso Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera, la asociación católica, hija del Padre Ayala y del cardenal Herrera Oria, vuelve a renunciar a su carisma y a sus señas de identidad tradicionales de moderación eclesial y centrismo político, para convertirse en el eventual 'pegamento' de los sectores más descontentos con el actual pontificado.
Y lo hace con total desfachatez. Por ejemplo, invitando sólo a los eclesiásticos a los que todos en la Iglesia colocan (y, con gestos como éstos, ellos mismos se autocolocan) en el bando antipapal, de una forma clara, manifiesta y sin rubor.
El CEU lo hace, además, utilizando de una forma torticera la figura y la memoria del Papa Benedicto. Desde el título del evento: “Congreso con motivo del 95 cumpleaños de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI”. Hasta su objetivo confesado: “Testimoniar y agradecer la labor apostólica del papa emérito”.
Un tema elegido a conciencia que, en apariencia, no debería molestar a nadie (¿Quién va a poner pegas a un congreso sobre Benedicto y ésta efemérides vital?), pero que, en el fondo, se está queriendo contraponer al Papa reinante. ¿Por qué no un Congreso sobre los diez años del pontificado de Bergoglio? Todavía están a tiempo de organizarlo...
Pasando por la selección de ponentes, que, lógicamente, han colmado todas las expectativas. Con algunas afirmaciones cuando menos imprudentes cuando no infundadas. Como las que hizo Peter Seewald, que, escudándose en su supuesta autoridad de biógrafo de Ratzinger, dijo textualmente: “Hace dos semanas estuve con Benedicto XVI y tengo la impresión de que está sufriendo mucho a causa de la situación actual de la Iglesia. Me confesó que a lo mejor Dios lo tiene todavía aquí para dar un testimonio al mundo". ¿Es lícito poner en boca del Papa una impresión personal?
Y Müller, que no se calla ni debajo del agua y aprovecha cualquier ocasión para criticar a Francisco directa e indirectamente, se empleó a fondo. Primero en su conferencia en el Casino de Madrid, bendecido en primera fila por la presencia del cardenal Rouco y de su escudero Martínez Camino, donde llegó a decir que “la confusión actual de la Iglesia viene del demonio”. ¿Puede un cardenal, que ha jurado defender al Papa hasta el derramamiento de sangre, decir algo así públicamente? Pudo y lo hizo. Y nadie le matizó, ni siquiera el otro cardenal presente, Rouco Varela.
La situación en el Casino debió ser tan esperpéntica que hasta uno de los voceros oficiosos mediáticos de los Propagandistas y profesor e su Universidad, José Francisco Serrano, se vio en el brete de tener que publicar al día siguiente un artículo, en el que asegura que, a pesar de lo que reza el programa oficial, él no va a asistir al Congreso del CEU, y que el cardenal Müller, “convertido en una especie de conciencia crítica del pontificado”, le interesa menos como “cardenal succionado por el hoy de la Iglesia” que como “profesor que tiene que dar razones de la fe católica en el contexto actual”. Y hasta reconoce que “hubo un cierto tono que me sabía a otro tiempo”.
A pesar de los matices de Paco Serrano, lo cierto es que el Congreso tuvo un eco constante y completo en los medios rigoristas: El Debate, Religion confidencial o Infovaticana. Cada cual elige sus amigos...y sus adversarios (no me atrevo a decir enemigos, hablando entre católicos).
Y lo cierto es que el arzobispado de Madrid dio la espalda al Congreso del CEU. Es sintomática, en este sentido, la ausencia del cardenal Osoro y de sus auxiliares (excepto Camino, que siempre va por libre y sigue obedeciendo a su 'amo', el anterior arzobispo. En cambio, sí estuvo presente (tanto en el Casino como en el salón del CEU) el cardenal Rouco Varela.
Algunos, como Munilla, se hacen las víctimas y hasta predice que "algunos digitales" (ni siquiera se atreve a citarnos) van a criticar el acto. Y alardea del "martirio mediático" que ha sufrido. Lo que no dice es que se lo ha buscado y que disfruta con él. Los medios son el arma que ha elegido "para dar la batalla, porque hay que darla", dice. Y los medios sólo somos, como bien decía José María García, notarios de la actualidad que otros escriben o emborronan.
Termino con unas preguntas: ¿Todos en la ACdP piensan lo mismo ante la actual deriva de la asociación? ¿Dónde están los 'clásicos', como Marcelino Oreja o Eugenio Nasarre? Porque si se lo preguntan a Marhuenda...
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