Entrada a la CEE repleta de flores, ¿símbolo de que el episcopado florece, siguiendo la primavera de Francisco?

El obispo de Tarrasa cruza al lado de los periodistas y dice, sonriendo: “zona peligrosa”. ¿En broma te digo lo que en serio pienso?

Mario Iceta, obispo de Bilbao, niega las quinielas que sobre él circulan y presenta, orgulloso, a su nuevo obispo auxiliar a periodistas y prelados. "Un gran fichaje y, además, bien acogido por toda la diócesis”. Se ordenará en Bilbao el sábado. Un día grande en el que le acompañará entre otros el obispo de Riobamba, el orensano Julio Parrilla, con el que Josepa Segura trabajó muchos años en Ecuador.

Jesús Vidal, el obispo auxiliar de Madrid, que confiesa que su apellido procede de un abuelo berciano y se sabe la historia del apellido, de origen judío, que orgullosamente compartimos.

El cardenal Rouco, que tiene mala cara, habla animadamente con su otrora fiel servidor y actual arzobispo de Burgos, Fidel Herraez.

En medio del hemiciclo, el obispo de Astorga, monseñor Menéndez, mira al tendido de los obispos.

También hablan animadamente dos de los últimos nombramientos episcopales: Sebastián Chico, obispo electo de Cartagena, y el ya consagrado obispo de Guadix, Francisco Jesús Orozco, ex vicario general de Demetrio Fernández, obispo de Cordoba.

El flamante nuevo obispo de Ávila, José María Gil, que, tras dejar la secretaría general, ha cambiado de sitio en la asamblea y le ha tocado, precisamente, en el sector de la prensa y de los invitados. Se le ve feliz.

José Luis Pinilla ha vuelto. Con bastón (“es mi báculo”, decía con sentido del humor), pero ha vuelto a su puesto de director del secretariado de la comisión episcopal de migraciones. Se le echaba de menos. Es la voz de lo sin voz y un hombre absolutamente entregado a la causa de la migración.

El obispo de Guadalajara, Atilano Rodríguez, se muestra entusiasmado con la entrevista del Papa con Jordi Évole: “Francisco comunica verdad y Jordi Évole también estuvo muy bien. Habría que dar un resumen en las parroquias”. ¡Me sumo a esa idea! Sería una buena manera de que la gente conociese un poco más al Papa de la primavera

Por lo demás, monseñor Reig, obispo de Alcalá se quitó las gafas; monseñor Sanz, arzobispo de Oviedo o no estaba o no le vi; y todos pasan de largo ante la prensa que espera a la salida de la puerta. Todos menos el secretario, monseñor Argüello, que se detiene y responde a las preguntas, a pesar de que a lo largo de la semana tendremos con él una rueda de prensa.

Alguien debería decirles a los señores obispos que los periodistas no somos 'ogros', que deberían detenerse con nosotros o, al menos, saludarnos al pasar. Sólo estamos haciendo nuestro trabajo. Un trabajo sin el que sus mensajes no llegarían a la sociedad.