Con la idea de fusionar a corto plazo la diócesis civitatense con la de Salamanca José San José Prisco podría ser el nuevo obispo de Ciudad Rodrigo y el primer nombramiento del nuevo Nuncio
Actualmente, es director del Colegio Español en Roma
Ha sido profesor de derecho canónico en la UPSA y actualmente es el director del Colegio Español en Roma
De confirmarse, el nuevo nuncio se estrenaría marcando pautas claras de cara al devenir de la Iglesia española en las próximas décadas. Cambian nombres y líneas. Se pasa de la pura ortodoxia y de obispos grises, mansos y seguros, a prelados bien formados, con experiencia contrastada y con perfil francisquista
Los fieles de la antiquísima sede episcopal civitatense están molestos con la jerarquía de la Iglesia, por haberse llevado a su obispo, Raúl Berzosa, hace ya 20 meses. Sin darles explicación alguna, ni entonces ni ahora
De confirmarse, el nuevo nuncio se estrenaría marcando pautas claras de cara al devenir de la Iglesia española en las próximas décadas. Cambian nombres y líneas. Se pasa de la pura ortodoxia y de obispos grises, mansos y seguros, a prelados bien formados, con experiencia contrastada y con perfil francisquista
Los fieles de la antiquísima sede episcopal civitatense están molestos con la jerarquía de la Iglesia, por haberse llevado a su obispo, Raúl Berzosa, hace ya 20 meses. Sin darles explicación alguna, ni entonces ni ahora
Acaba de aterrizar en Madrid y ya se le acumula el trabajo. El nuevo Nuncio de Su Santidad en España, Bernardito Auza tiene que renovar los dos próximos años al menos al 30% de los obispos españoles y, en los dos años siguientes, un porcentaje similar. Dispuesto a poner manos a la obra, el primer nombramiento podría estar al caer en la persona de José San José Prisco, que, según nuestras fuentes, podría ser designado pronto obispo de Ciudad Rodrigo.
De confirmarse, el nuevo nuncio se estrenaría marcando pautas claras de cara al devenir de la Iglesia española en las próximas décadas. Cambian nombres y líneas. Se pasa de la pura ortodoxia y de obispos grises, mansos y seguros, a prelados bien formados, con experiencia contrastada y con perfil francisquista.
Y ahí encaja a la perfección el que podría ser el primer nombramiento del Nuncio Auza. En efecto, José San José Prisco nació en Valladolid el 7 de abril de 1966. Tiene, pues, 54 años, edad joven para un obispo, que le garantiza un pontificado de unas dos décadas.
Además de juventud eclesiástica, cuenta con una muy sólida formación. Es Licenciado en Estudios eclesiásticos por la Universidad Pontificia de Salamanca y en Derecho canónico por la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma. Es Doctor en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Salamanca (2000).
Tras una larga estancia en misiones (México, Perú y Washington), volvió a Salamanca y, en la UPSA desarrolló gran parte de su labor docente, hasta llegar a ser decano de la Facultad de Derecho Canónico en 2010. Salamanca y la docencia forman parte de su alma.
En 2015, es llamado a un cargo de mayor relevancia si cabe: la Congregación del Clero de la Santa Sede le nombra rector del Colegio Español de Roma, puesto en el que sucede a su hermano de congregación, Ángel Pérez Pueyo, que acababa de ser nombrado obispo de Barbastro-Monzón.
Porque José San José, al igual que monseñor Pérez Pueyo, pertenecen a la benemérita Hermandad de los Sacerdotes Operarios, que, últimamente, se está destacando como cantera de obispos.
El Colegio Español de Roma es, desde su creación, la fábrica' de obispos españoles. Fue fundado por el beato Manuel Domingo y Sol en el año 1892, con el fin de ofrecer formación y atender a los seminaristas y sacerdotes españoles en Roma. El beato Manuel había fundado, unos años antes, en 1883, la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, quienes se han encargado desde sus inicios de dirigir el Colegio.
En sus 123 años de historia han pasado por sus estancias más de 3.500 colegiales. Allí residen una media de 70 sacerdotes, procedentes de una treintena de diócesis españolas. Para cualquier eclesiástico, ir al Colegio español de Roma significa tener asegurada una subida en el escalafón de su diócesis y muchas posibilidades de acceder a la mitra.
A pesar de ser un intelectual y uno de los mejores especialistas en derecho parroquial, a José San José la ciencia no se le ha subido a la cabeza. Sigue siendo un cura cercano, sencillo, afable, de mirada clara y siempre sonriente. Le encanta la música, especialmente la de las bandas sonoras de las películas, que suele ponerse de fondo a la hora de estudiar, para concentrarse mejor y evitar los ruidos.
Con don de gentes, preparación y experiencia pastoral, tanto en el trato con la gente como en su relación con los curas, San José es una especie de mirlo blanco, que, además, conoce perfectamente no sólo Salamanca, sino todas las zonas aledañas, entre ellas su eventual nueva diócesis de Ciudad Rodrigo.
Para pacificar y hacer volver a la normalidad a la diócesis de Ciudad Rodrigo, José San José tendrá que activar todas sus dotes de empatía y cercanía con la gente. Los fieles de la antiquísima sede episcopal civitatense están molestos con la jerarquía de la Iglesia, por haberse llevado a su obispo, Raúl Berzosa, hace ya 20 meses. Sin darles explicación alguna, ni entonces ni ahora. Como si fuesen menores de edad en estos asuntos eclesiásticos.
Muchos fieles, que siguen suspirando por el bueno de Don Raúl (que se encuentra en Roma, a la espera de destino), no entienden qué ha pasado con su obispo y qué pecado tan grave ha podido cometer, para que se encuentre recluido y en silencio durante ya casi dos años. “¿Es ésta la Iglesia sinodal y laical, que quiere el Papa Francisco?”, se preguntan.
José San José tendrá que dar explicaciones sobre su predecesor en el cargo, hacerse con las riendas de la pequeña diócesis y rodarse, para poder desembarcar, con todas las garantías, en Salamanca, cuyo obispo, Carlos López, cumplirá los 75 en el mes de noviembre y, por lo tanto, presentará us renuncia al Papa.
En ese momento, José San José se convertiría en obispo de Ciudad Rodrigo-Salamanca, fusionando las dos diócesis, en una tendencia que el nuevo Nuncio tendrá que aplicar en distintas partes de España. Y es que hay bastantes pequeñas diócesis españolas que no son viables ni pastoral ni económicamente y, por lo tanto, deben fusionarse con otras, sin perder sus señas de identidad y su memoria histórica, en muchos casos realmente gloriosa.
Un nuevo y eventual obispo para la Iglesia española, que tiene muy clara su sintonía con el Papa y sus reformas. Por eso, habla así de claro sobre la reconversión pastoral que necesitan muchas parroquias españolas:
“No existe, ciertamente, 'la' parroquia, sino muchas y con muchas configuraciones distintas, pero generalizando se podría decir que existen dos tipos diferenciados: las parroquias que podríamos llamar 'de mantenimiento' y las 'renovadas'. Las primeras son aquellas comunidades que no han asumido todavía el compromiso de renovación surgido del Concilio Vaticano II. Su vida parroquial se desarrolla fundamentalmente en torno a la celebración del culto y a la administración de los sacramentos, la predicación y la catequesis sacramental, sin planes pastorales definidos, con ausencia de una estructura básica de participación de los fieles, alejadas muchas veces de las preocupaciones reales de la gente y con escaso espíritu misionero. Las segundas sí han emprendido un proceso serio de renovación desarrollando una pastoral catecumenal, implicando al mayor número posible de agentes pastorales, creando órganos de colaboración y participación, no cerradas en sí mismas sino abiertas a los alejados”.
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