Rouco trató de defender a Losantos ante el Rey

Según unas fuentes del arzobispado, el contacto entre el Rey y el arzobispo de Madrid se produjo por teléfono. Según otras, hubo un primer contacto telefónico, seguido de una comida entre Sus Majestades y el arzobispo de Madrid en La Zarzuela, donde éste último suele ser invitado “algunas veces”.
En la conversación, el cardenal de Madrid trató de calmar al Rey con varios argumentos. El primero, reconociendo que “efectivamente a Federico le pierden las formas” y que, en efecto, “la mayoría de los obispos está en contra de las formas de Federico y de alguno de sus contenidos”. Y lo primero que hace el cardenal es reconocer ante el Rey que también a él le molestó el comentario del locutor sobre la abdicación. Más aún, prometió darle un “tirón de orejas” y pedirle que “modere sus formas”.
Pero, a continuación, el cardenal de Madrid trató de defender al comunicador estrella de la COPE y, sobre todo, la postura de la Iglesia. Con el siguiente argumento: son precisamente las formas de Federico las que venden y dan oyentes a la cadena y, por lo tanto, “dinero e influencias social y política”. Y Rouco cree, al igual que otros muchos prelados, que echar de su cadena a Federico significaría perder dinero y, sobre todo, quedarse sin la única ventana por la que la Iglesia puede asomarse a la sociedad y hacer frente al “acoso y derribo al que la está sometiendo el Gobierno de Zapatero”.
La COPE es una salvaguarda de independencia de una institución que se siente perseguida, vino a decirle el purpurado al Rey. Y, además, para defender a su estrella mediática, Rouco intentó hacer “exégesis” de la tesis de Federico. Y trató de explicar a Su Majestad que lo que el locutor había querido decir es que “si la abdicación fuese ordenada, la Corona podría salir fortalecida, asi como la legalidad vigente y las instituciones”. Por lo tanto, no se trataría de “algo injurioso para la Corona”. Lo que no saben nuestras fuentes del arzobispado de Madrid es si el Rey quedó convencido y satisfecho de las explicaciones del cardenal Rouco Varela.