"La Madre Iglesia ha marginado a las mujeres, realizando una discriminación de género al implantar el patriarcado" ¿Cómo es la Madre Iglesia?

¿Cómo es la Madre Iglesia?
¿Cómo es la Madre Iglesia?

"Una madre protege a sus hijos de cualquiera que pretenda hacerles daño. La Madre Iglesia, sin embargo, ha desprotegido a centenares de miles de niños y niñas del daño sufrido por innumerables clérigos y religiosos pederastas, con el beneplácito encubrimiento por parte de los obispos"

"En el 2001, el entonces cardenal Ratzinger -el futuro papa Benedicto XVI- respaldó extender el secreto del silencio pontificio a los casos de abuso sexual clerical para proteger la reputación del acusado y la credibilidad de la Iglesia"

"Una madre desea que sus hijos se casen, tengan hijos y sean felices. La Madre Iglesia, por el contrario, no permite que sus clérigos y religiosos se casen"

En España y en otros países se celebra el Día de la Madre el primer domingo de mayo, que este año es el 5 de mayo. Es un día para homenajear a las madres por su labor encomiable en dar a luz hijos que hagan posible la regeneración de la vida humana en la Tierra. Ser madre no significa solo tener hijos, sino amarlos, alimentarlos, atenderlos, protegerlos y educarlos en valores para que el día de mañana estén suficientemente formados para emprender una vida autónoma.

La institución eclesial católica es considerada Santa Madre Iglesia. ¿Esa institución ha sido y es una auténtica madre para con sus hijos creyentes? Para responder a esa pregunta hay que analizar su forma de pensar, de adoctrinar y de obrar como dijo Jesús: “Por sus obras los conoceréis” (Mt 7,15-20).

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Madre Iglesia

Una madre protege a sus hijos de cualquiera que pretenda hacerles daño. La Madre Iglesia, sin embargo, ha desprotegido a centenares de miles de niños y niñas del daño sufrido por innumerables clérigos y religiosos pederastas, con el beneplácito encubrimiento por parte de los obispos, dando carta blanca a esos pederastas para continuar con los abusos sexuales a menores, en vez de sacarlos a la luz inmediatamente, retirarlos del estado clerical y ponerlos en manos de la justicia. Una vez más, las palabras de Jesús contra todo aquel que haga daño a los niños han sido olvidadas: “Al que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar. (Mateo 18,6).

Ese encubrimiento también lo llevó a cabo el Vaticano, el máximo representante de la moral y doctrina cristiana, a través del secreto papal. En el 2001, el entonces cardenal Ratzinger -el futuro papa Benedicto XVI- respaldó extender el secreto del silencio pontificio a los casos de abuso sexual clerical para proteger la reputación del acusado y la credibilidad de la Iglesia. Ese secreto fue anulado por el papa Francisco en el 2019, seis años después de ser proclamado papa. Específicamente, el secreto papal se levanta para "los casos de violencia y de actos sexuales cometidos bajo amenaza o abuso de autoridad, casos de abuso de menores y de personas vulnerables, casos de pornografía infantil, casos de no denuncia y encubrimiento de los abusadores por parte de los obispos y superiores generales de los institutos religiosos"

Lo que resulta lamentable es que Francisco tardara tanto tiempo en anular ese secreto, sabiendo que imposibilitaba la denuncia temprana de muchos casos de pederastia clerical, haciendo posible muchos otros casos ante la impunidad de la que gozaban esos pederastas 

Una madre acoge y quiere a todos sus hijos por igual, sin hacer discriminaciones por cuestión de género

La Madre Iglesia, por el contrario, ha marginado a las mujeres, realizando una discriminación de género al implantar el patriarcado. De ese modo, las mujeres no pueden acceder a ningún grado de la jerarquía ni siquiera al diaconado, que no acaba de implantarse, aunque es igualmente discriminatorio por ser el grado inferior de la clerecía, manteniéndose firme el patriarcado.

Una madre desea que sus hijos sean felices casándose con la persona que hayan elegido, aunque ambos sean homosexuales. Desea también que tengan los hijos que decidan tener por el método que elijan: mediante el acto sexual entre hombre y mujer, por inseminación artificial o por fecundación in vitro. Y que también usen medios anticonceptivos para limitar el número de hijos que deseen tener.

La Madre Iglesia, sin embargo, ha marginado a los homosexuales, no permitiendo que contraigan matrimonio ni que abracen el orden clerical. Solo les ha permitido la humillante celebración de una corta bendición, recordándoles que su relación es irregular.  Así, el prefecto de Doctrina de la Fe ha puntualizado que las bendiciones tienen que ser breves, es decir, de una duración máxima de "10 o 15 segundos".

Mater Ecclesiae

También ha prohibido el uso de medios anticonceptivos como el preservativo. El papa Francisco ya manifestó que “tener muchos hijos era una irresponsabilidad” Sin embargo, no ha cambiado ni un ápice la doctrina sobre el sexo. La iglesia solo permite dos formas de limitar el número de hijos: la marcha atrás, que se ha mostrado insegura, y la continencia. 

Una madre permite que su hija aborte, especialmente en tres supuestos: en el caso de que sea violada, por una grave enfermedad genética del feto que haga la vida del recién nacido y la de la madre insufribles, y en el caso de que su hija corra un alto riesgo de morir si da a luz.

La Iglesia defiende la vida del feto, incluso en los tres supuestos citados, ignorando las palabras de Jesús: “Misericordia quiero, no sacrificio”

Una madre desea que sus hijos se casen, tengan hijos y sean felices.

La Madre Iglesia, por el contrario, no permite que sus clérigos y religiosos se casen. A partir de los concilios de Letrán, en 1215, y en el Concilio de Trento, entre 1545 y 1563, quedó decretado que los clérigos no podrían casarse o relacionarse con concubinas, considerando que la castidad era más virtuosa que el matrimonio. Esa declaración fue rebatida por Lutero, ya que Jesús consideró el matrimonio como sacramento y no exigió a los apóstoles ni a sus discípulos que fueran célibes. Pedro, el primer papa de la Iglesia estaba casado. 

Todavía queda en el aire el celibato opcional de los clérigos. Pero la Madre Iglesia sigue en sus trece.

La iglesia, por tanto, deja mucho que desear como Madre, lo que supone ser motivo de preocupación, al mostrar una imagen que contradice la imagen natural de una madre y que además no tiene ningún respaldo por parte del Evangelio. 

Si la Iglesia reconociera sus errores doctrinales y sus pecaminosos abusos de poder podría acceder a la conversión y al encuentro de un camino maternal evangélico y humano. Si no es así, porque se autoengaña al considerar que no hay nada que cambiar, como viene demostrando durante siglos, continuará manteniéndose en el pasado, despreciando los signos de los tiempos, los valores del Evangelio y los nuevos valores que la humanidad ha conquistado y seguirá conquistando con voluntad y esfuerzo. Así lo manifestó Einstein: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la. electricidad y la energía atómica: la voluntad”.

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