"Propone una Iglesia dirigida por el Evangelio y los signos de los tiempos" "El Papa merece todo nuestro apoyo por su valentía y coraje en reformar una Iglesia asentada en la tradición"
"La misoginia, defendida por el patriarcado, no tiene cabida en la nueva Iglesia porque ofende a la mujer y a Dios"
"Proclamar la tolerancia cero a la pederastia clerical, que ha campado libremente durante decenios con la condescendencia de los obispos"
"Eliminar la homofobia, ofreciendo los mismos sacramentos y grados jerárquicos a los homosexuales que a los heterosexuales"
"Eliminar la homofobia, ofreciendo los mismos sacramentos y grados jerárquicos a los homosexuales que a los heterosexuales"
El papa Francisco merece todo nuestro apoyo por su valentía y coraje en reformar una Iglesia asentada en la tradición, proponiendo una Iglesia en salida que salga del actual status y camine hacia la auténtica Iglesia dirigida por el Evangelio y los signos de los tiempos. Eso supone una mutación o un giro copernicano iniciada por Francisco como:
1.Dejar la puerta abierta para caminar hacia la igualdad entre hombres y mujeres en el acceso a todos los grados de la jerarquía. El diaconado debe ser el primer paso, defendido por el Papa, pero no el único, para evitar pensar que se trata de un lavado de cara. La misoginia, defendida por el patriarcado, no tiene cabida en la nueva Iglesia porque ofende a la mujer y a Dios.
2.Aplicar el mandamiento fundamental del cristianismo: “Amaos los unos a los otros” especialmente a los niños, a los enfermos, a los pobres y a los más vulnerables en general.
3.Proclamar la tolerancia cero a la pederastia clerical, que ha campado libremente durante decenios con la condescendencia de los obispos, con juicios y reparaciones económicas a las víctimas.
4. Dejar la puerta abierta para sustituir el celibato obligatorio de la clerecía por el celibato opcional, al afirmar que no es ningún dogma, sino una cuestión disciplinaria.
5. Eliminar la homofobia, ofreciendo los mismos sacramentos y grados jerárquicos a los homosexuales que a los heterosexuales. Para conseguirlo, previamente hay que aceptar que la diversidad sexual forma parte de la naturaleza humana, tal como Dios la creó. “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”. (Génesis 1.31). También hay que aceptar la Ciencia cuando el 17 de mayo de 1990, la asamblea general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades psiquiátricas.
Los Principios de Yogyakarta también son tajantes en defender: “El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental sin discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género,»
De momento, el papa Francisco ha dado un primer paso, aceptando la bendición de las parejas homosexuales.
6. La publicación de la encíclica Laudato Si’ en 2015, que se centra en el cuidado del entorno natural y de todas las personas. El subtítulo de la encíclica, «El cuidado de nuestra casa común», refuerza este tema.
Otras cuestiones pendientes
Es de esperar que el papa Francisco se plantee otras cuestiones, que ha dejado en el aire, para que la Iglesia en salida sea una realidad. De momento, se ha mostrado inflexible en debatir unos temas considerados inamovibles: «No podemos seguir insistiendo en cuestiones referentes al aborto, al divorcio, al matrimonio homosexual, a la eutanasia o al uso de anticonceptivos”. Creo que son cuestiones que también deberían ser tratadas, especialmente el uso libre de los preservativos para evitar enfermedades y limitar el número de hijos. Francisco dejó una puerta abierta al afirmar que “es una irresponsabilidad tener muchos hijos”. Muy incisiva es la frase de Jesús: ”Misericordia quiero, y no sacrificio. ( Mateo 9:13 )
CONCLUSIÓN
La iglesia en salida es la que se empeña en desconectar de la tradición y conectar con el Evangelio y los signos de los tiempos. Ese es el propósito del papa Francisco. Para conseguir sus propuestas es imprescindible que reciba el apoyo de todos los cristianos que deseamos una Iglesia evangélica en salida, oponiéndonos a una Iglesia cerrada a cal y canto por la tradición. Es una pugna entre visiones distintas y opuestas. Esa pugna la está sufriendo el papa Francisco por aquellos sectores involucionistas que solo pretenden poner palos a las ruedas del progreso eclesial para obstaculizar que la Iglesia camine hacia adelante, en vez de estancarse en el pasado.
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